“Qué te puedo dar que no me sufras
qué te puedo dar que no te hundas
que no vea en tus ojos reflejos de cristal
que me mata tu angustia, que me puede tu mal
Qué te puedo dar…” (Víctor Manuel Sanjosé)
 
He dejado transcurrir varios meses para no convertir el hecho en una serpiente de verano, pero no quiero desaprovechar la oportunidad que me brinda este blog para denunciar algunas cosas, que, bajo mi punto de vista, no fueron del todo acertadas, en la organización del concierto del pasado 3 de julio en el marco del festival “Atarfe suena en el Lago”.
 
Para asistir al mismo y ante la ausencia de un transporte público que se podría, estudiar su implantación para estos eventos, se cortó el acceso por la cuesta de las Revueltas, quedando solo habilitada la subida por la Cañada. Una vez llegado arriba y ante la imposibilidad de aparcar en los laterales de la carretera al estar balizados estos con cintas que prohibían el estacionamiento, la organización te obligaba a entrar dentro del aparcamiento que hay frente a las últimas rampas de subida a la ermita, previo cobro de dos euros.
 
No entiendo bajo que concepto, sin previo aviso y sin ofrecer una alternativa, los asistentes en vehículo (creo que la inmensa mayoría) tuvimos que pagar ese dinero a una empresa, cuyos operarios te pedían esa cantidad, te entregaban un tique y te indicaban vagamente donde ponerte. Pensé que sería un aparcamiento vigilado pero la realidad fue muy diferente. Al finalizar el espectáculo estos chicos, habían desaparecido sin, naturalmente, participar en que la salida del recinto fuera ordenada.
Tengo varias dudas al respecto, y la primera es conocer quien fue la empresa a la que se adjudicó esta tarea. ¿Por cierto, se adjudicó por concurso o no lo fue? No recuerdo haber leído en ningún lado que se fuera a licitar el aparcamiento de vehículos durante la celebración del festival “Atarfe suena en el lago”. Tampoco recuerdo que en pleno municipal se aprobara la creación de una tasa de estas características.
 
Así que, por favor, antes de tomar estas decisiones, valoren su implantación, ya que podrían como ayuntamiento ser demandados por ciudadanos que se vieron afectados por una decisión arbitraria e ilegal. Y yo, como contribuyente, no deseo que mis impuestos se destinen al pago de indemnizaciones causadas por errores de bulto de mis gobernantes. Bastante tenemos ya.
 
Por cierto, el concierto de Víctor Manuel todo un lujo en un marco excepcional.
 
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