El verano se alarga cada vez más en España: 32 grados a finales de octubre

En los casi dos meses que van de otoño meteorológico, la tenaz persistencia de las altas temperaturas en España está asombrando a los expertos, y eso que los pronósticos ya apuntaban a que esta estación sería más cálida de lo habitual. Salvo un pequeño paréntesis a finales de septiembre y otro la semana pasada, en el que dos borrascas devolvieron los registros a los valores normales para la época del año, lo cierto es que los termómetros siguen alargando el verano. A partir del miércoles, ya a finales de octubre, se espera un nuevo episodio “inusualmente cálido”, el tercero en lo que va de estación, con los valores diurnos y nocturnos otra vez disparados hasta 10° por encima de lo habitual. Este calor extemporáneo afectará a toda Europa occidental ―en Francia, Alemania o Grecia, las anomalías serán de más de 7°―, persistirá a lo largo toda la semana e incluso puede extenderse a los primeros días de noviembre.

“Las temperaturas de esta semana serán propias de principios o finales de verano en casi toda la Península y Baleares y de pleno verano en el Cantábrico”, certifica Rubén del Campo, portavoz de la Agencia Estatal de Meteorología (Aemet). Lejos de términos amables como veranillo o veroño y de las imágenes que repiten las televisiones de playas atestadas de locales y de visitantes, Del Campo subraya que “de buen tiempo, nada”. “En cada época tiene que hacer su tiempo, porque esto está relacionado con los ciclos de los ecosistemas y las cosechas. Y no solo es que haga calor cuando no debe y que se adelanten las floraciones, es que además no llueve, por lo que se dispara la sequía y el riesgo de incendios”, añade el meteorólogo de Aemet.

Se trata, subraya el experto, de una “situación anómala” que en esta ocasión afecta “no solo a las máximas, sino también a las mínimas”, ya que ambas estarán en general entre 5º y 10° por encima del promedio de finales de octubre, incluso más en puntos del interior oriental de la Península. El índice EFI ―siglas en inglés de Extreme Forecast Index, con el que se cuantifica la rareza de un fenómeno extremo― marca valores inusuales de miércoles al domingo en toda la península Ibérica, Baleares y en la mayor parte de Europa Occidental y muy inusuales en el tercio norte y puntos del este de la Península, en Baleares y en buena parte de Francia.

Una mujer vende castañas asadas en un puesto callejero de Sevilla, este martes.PACO PUENTES

“El EFI califica el episodio de muy raro, de muy extraño”, anota Del Campo. ¿Se superarán algunos récords? “Habrá que esperar. Hay que tener en cuenta que estamos a finales de mes y la mayoría suelen caer a comienzos. Hay que poner el ojo en el Cantábrico oriental y sus mínimas a mediados/finales de semana, pero es difícil saber si se batirán y dónde”, responde este experto.

La causa directa de este episodio concreto es una dorsal o una región de áreas presiones asociada a aire cálido, que actuará de bloqueo e impedirá acercarse a las borrascas atlánticas, al tiempo que impulsará vientos cálidos del sur, que darán lugar a valores “anormalmente altos” para la época del año en la mayor parte del territorio. Pero, de fondo y en conjunto, late el zarpazo del cambio climático.

“Este semestre han predominado de forma sobresaliente las situaciones de bloqueo, las condiciones atmosféricas estables y las masas de aire subtropical y algunos estudios indican que el cambio climático fomenta estos patrones”, explica el experto. Pero, sin ir más lejos, “el simple hecho de que las temperaturas sean más altas ya es 100% achacable sin ninguna duda al cambio climático”, ratifica. Lo grave para Del Campo es la tendencia hacia los veranos sin fin en España. “Un estudio de Aemet de 2019 cifró que la estación cálida es 40 días más larga ahora que en los años ochenta y los últimos tres años no han hecho más que ratificar y ampliar lo anotado en dicho informe”, recuerda Del Campo.

En grados, en los tercios norte y sur de la Península, así como en el área mediterránea, se podrán superar los 30° e incluso los 32° en el valle del Guadalquivir, en el interior de las regiones mediterráneas y en Mallorca. Este mismo martes previo a la nueva subida, la realidad ha superado a las previsiones, con unos “alucinantes” 36,8° en Melilla y 33° en Baleares, Granada y Torremolinos (Málaga).

En todas estas zonas, se registrarán además noches tropicales ―en las que no se baja de los 20°―, algo “realmente anómalo” para la época. “Antes podía darse alguna noche tropical de forma excepcional en puntos del Mediterráneo incluso en octubre, pero a primeros de mes. Este año, se están produciendo de forma generalizada y recurrente en toda la costa y en puntos del interior casi en noviembre. La noche del lunes al martes, por ejemplo, la mínima en Doña Mencía (Córdoba) fue de 24,6°, prácticamente noche tórrida ―por encima de 25°―”, contextualiza el portavoz de Aemet.

“¿Estamos en junio o casi en noviembre?”, se pregunta por su parte el meteorólogo Roberto Granda, de Eltiempo.es, con los mapas de las mínimas del lunes en la mano. “22° el lunes en San Sebastián; 21° en Bilbao, Santander y Cádiz; 20° en Málaga y Palma… Y no solo eso: 17° en Segovia y A Coruña o 15° en Cuenca. Lo normal en Cuenca serían unos 6° de mínima”, comenta.

Con esta nueva subida en los termómetros a partir del miércoles, este mes “muy probablemente se convertirá en el octubre más cálido de España de toda la serie histórica, que arranca en 1961” ―o más bien desde que hay registros, ya que hasta ese año no se disponía de suficientes datos validados para estudiar el carácter de las temperaturas en todo el país―. “Y eso que tenía el listón muy alto: octubre de 2017 fue también un mes extremadamente cálido y seco. Cuando parecía que era un récord que iba a perdurar, en apenas cinco años nos lo hemos ventilado”, se sorprende Del Campo. “Hay muchas posibilidades de que octubre de 2022 pase a la historia como el octubre más cálido de Europa”, apunta el climatólogo Mika Rantanen, del Instituto Meteorológico de Finlandia. Sin embargo, en el resto del continente sí tuvieron un respiro otoñal, ya que septiembre fue en conjunto más frío que el promedio normal.

En cambio, España lleva seis largos meses instalada en máximos de temperatura. “Llevamos con condiciones veraniegas o prácticamente desde comienzos de mayo. Ese mes fue el segundo más caluroso de la serie, solo por detrás de dicho mes de 1964; junio, el cuarto, porque los últimos 10 días rebajaron la media al ser los más fríos de todo el verano; julio fue no solo el julio más cálido, sino el mes más cálido de toda la serie; agosto el segundo, solo por debajo del de 2003; septiembre también fue seis décimas más cálido de lo normal y octubre vuelve a la carga, con lo que todo el semestre va a ser el más cálido en su conjunto, algo del todo excepcional”, resume Del Campo. Y lo peor es que “la dinámica que comenzó en la segunda mitad del mes de mayo parece no tener fin”, añade la asociación meteorológica FrostSE.

Victoria Torres Benayas

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