El buen paño en el arca se vende. Falso. Hay que sacarlo al expositor, explicar sus ventajas, las diferencias que lo hacen mejor que otros, sus beneficios en el uso… El buen paño hay que saber venderlo. Pero para eso hay que querer venderlo.

A veces hay intereses ocultos para que el buen paño quede guardado en el arca. Hay gentes que no es que sean incapaces, es que no están interesados en que sea  onocido.

Granada es un paño fabuloso, y venderlo debe ser primordial, pero hay que fijar objetivos a largo plazo, ir más allá de los cuatro años que dura un mandato, cualquier  mandato, es necesario proyectarlo más lejos que la vida política de los mandatarios y opositores, porque esta provincia irá mucho más allá. Nada se puede cambiar profundamente en este periodo, pero sí se puede proyectar, poner las bases. Lo demás es pura retórica para llenar el buche, se esté donde se esté, también en la oposición, que llena a veces sus orzas con lo que cobra por apenas susurrar hasta que se aproximan las elecciones, hasta que su lideresa es coronada.

La responsabilidad de generar posibles a la provincia, a sus municipios, es del conjunto de quienes a ello se presentan, ganen o no elecciones, porque después todos van a cobrar del municipio. Por eso no hay excusas. Unos tienen más obligaciones que otros, pero todos deberán estar ahí. Granada lo merece, no solo por la historia escrita. También, y principalmente, por la historia a escribir. Llegan las horas de construir listas, saber quiénes están dispuestos a alimentarse para trabajar o a trabajar para
alimentarse. O solo figurar, temporalmente, porque la memoria

foto: Papeletas de algunos partidos que concurrieron a las elecciones de Cataluña en 2015 / EFE

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