Maravilloso, un detalle de respeto, de consideración hacia quien dedica la vida a enseñar

Cosas de respeto, o mejor dicho de falta de respeto. Esa madre que manda al niño a la escuela con el dinero para la excursión, dos euros, envuelto en un papel (la criaturilla tiene siete años), en monedas de cobre, de uno, dos y cinco céntimos.

A ver, no me diga usted que no tiene  guasa la cosa. Ya sé que esto puede importar a poca gente, principalmente a los maestros que cuando organizan una excursión para enseñar a su alumnado en el Parque de las Ciencias, o en
la Alhambra, o en un teatro, o donde puedan aprender a ser personas un poquito mejor preparadas, críticas, sociables, construidas con decencia y educación y conocimientos pensando por sí mismos porque un o una docente se ha empleado con ellos durante años, cuando sale de la zona de la escuela y se monta en un autobús, atiende sus necesidades, vigila que no se distraiga ninguno, se deja la voz con estos fríos explicando en la calle, haciendo filas
que todos hemos visto por las aceras, ocupándose de instruir donde los padres, esa madre delgrupo de guasap, no pueden llevarlos porque tienen que trabajar para alimentarlos y vestirlos, esa docente pide los dos o tres euros para pagar el autobús y esa detallosa madre se los manda en monedas de cobre.

Maravilloso, un detalle de respeto, de consideración hacia quien dedica la vida a enseñar. Así es esta sociedad  nuestra. Pero estoy seguro de que esto apenas importa a nadie. En fin, luego nos quejamos de los políticos o de que alguien paga una multa con cien monedas de euro.

 

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