21 noviembre 2024

Las mujeres solo ocupan el 6% de las direcciones generales de las empresas en España

Un informe de McKinsey recomienda ofrecer oportunidades de desarrollo, flexibilidad y reconocimiento para aumentar la presencia femenina en los puestos de responsabilidad

¿Menor igualdad cuanto más altos son los puestos directivos?  Así lo vienen indicanto numerosos estudios recientes y lo corrobora uno nuevo: el informe Women Matter España: Tramos pendientes, publicado por McKinsey & Company, y que estudia más de 45 empresas que emplean a más de 300.000 trabajadores. Y lo que es más grave: la evolución en 2022 respecto al año anterior no ha sido positiva, sino todo lo contrario. Las conclusiones son claras: existe un techo de cristal difícil de romper desde años, especialmente cuando se trata de llegar a la cúspide la jerarquía. 

Según el estudio, solo el 6% de las direcciones generales de empresas en España están ocupadas por mujeres y con estas cifras, España se sitúa en el sexto puesto en igualdad de género en la Unión Europea, cuya la media está en el 8%. Al nivel de los directivos que pasan cuentas directamente con el CEO, España tiene un 17% de mujeres, es decir, cuatro puntos por debajo de la media europea (21%). En cambio, está ligeramente por encima de la UE en el promedio de consejeras delegadas españolas, con un 33% frente al 31% europeo.

 

Este estudio analiza el impacto económico de la diversidad de género a nivel macro y microeconómico y propone medidas para mejorar la igualdad en las empresas. Las conclusiones apuntan a que las mujeres sienten que cuentan con menos oportunidades de promoción que los hombres. Mientras que el 76% de ellos ven igualdad entre ambos géneros, las mujeres que piensan así son solo el 64%.

Las mujeres van perdiendo confianza en la igualdad de oportunidades

En cuanto a la promoción interna, el 92% de las mujeres considera que avanzar en su carrera es importante, cifra muy similar a la de los hombres (91%), pero su confianza en la igualdad de oportunidades disminuye a lo largo de la carrera profesional. En este sentido, el 85% de las mujeres piensan al comienzo de su trayectoria profesional que podrán ascender en igualdad de condiciones, solo tres puntos porcentuales menos que los hombres (88%).

Sin embargo, cuando tienen ya cinco años de experiencia, solo el 59% de las mujeres confía en ascender por igual, frente al 73% de los hombres que opinan así. Y cuando se les pregunta sobre sus expectativas de alcanzar puestos de alta responsabilidad, el 36% de las mujeres afirman que aspiran a ocupar posiciones directivas, frente al 43% de los hombres.

Gloria Macías, socia de McKinsey & Company y colíder del estudio, ha señalado que potenciar el liderazgo femenino no solo aporta «beneficios evidentes en términos de igualdad de género». También «tiene un impacto positivo en el bienestar de los empleados», ya que «las altas directivas ponen un mayor énfasis en el desarrollo profesional del equipo, el acompañamiento a empleados de menor antigüedad, el bienestar de los trabajadores y la flexibilidad laboral», ha explicado.

Así que las encuestas recogidas revelan que el 79% de los empleados de empresas con un alto porcentaje de liderazgo femenino se muestran satisfechos con su organización, mientras que en las empresas con escasa presencia de mujeres en los altos cargos el porcentaje desciende al 65%.

El 56% de las mujeres consideran primordial el reconocimiento profesional para sentirse a gusto en una empresa

El análisis de McKinsey identifica cinco factores clave a tener en cuenta para adaptar el panorama actual a las necesidades de desarrollo laboral de las mujeres. Uno de ellos es la flexibilidad: el 33% prioriza la flexibilidad con medidas como el ajuste de horarios para poder adaptar la productividad a las necesidades de cada empleado.

Además, son fundamentales el asesoramiento, mediante programas que ayuden a los empleados a aprovechar todos los recursos disponibles para un mayor desarrollo laboral; los salarios competitivos, para atraer y retener el talento, cuyo 41% lo ponen en primer lugar, mientras que un 31% pone el foco en los programas de mentoría.

María del Mar Martínez, socia senior de McKinsey y responsable global de Diversidad, Igualdad e Inclusión, ha indicado que para aumentar la presencia de mujeres en puestos directivos es necesario «ofrecer oportunidades de desarrollo exigiendo resultados, dar flexibilidad en sentido amplio y apoyar en momentos clave de la carrera profesional, especialmente en ese primer salto a responsabilidades directivas que suele coincidir con la maternidad».

Pese a los datos, la gran mayoría de las empresas participantes están impulsando medidas concretas enfocadas a la igualdad

Las empresas participantes en el estudio, pese a no cumplir con la paridad en los consejos de administración, sí que implementan medidas concretas enfocadas a la igualdad. El 80% realizan formación para directivos para fomentar el comportamiento inclusivo, mientras que un 90% proporcionan horarios de trabajo flexibles y un 95% han aumentado el trabajo a distancia, en lo que respecta a las medidas para potenciar la conciliación.

Según Amaia Noguera, socia de la consultora y líder de la práctica de personas, organización y performance en España y Portugal, «las organizaciones que destacan son aquellas que apoyan no solamente la diversidad, sino también la inclusión, promocionando de manera consistente una cultura de apoyo que incluya aspectos como el bienestar de los empleados». Por ejemplo, ponen en marcha formaciones específicas para integrar el bienestar entre los objetivos de los equipos.

FOTO: Las mujeres participan casi cinco veces menos (2% frente a 9%) en programas de movilidad, pero un 19% más en programas de flexibilidad horaria.  Shutterstock