¿Qué esconden los científicos en la ‘bóveda del fin del mundo’? En el Arca de Noé del S. XXI?

En Noruega reside el Arca de Noé del S. XXI., una bóveda a prueba de bombas atómicas que contendría más de dos millones y medio de semillas de todo el planeta. El cambio climático, catástrofes naturales, guerras, etc. ponen en riesgo el legado vegetal natural de este mundo y, claro está, es necesario preservarlo.

Es un ejemplo de humanidad defendiéndose de la humanidad. La bóveda global de semillas -así se llama científicamente- se encuentra a 125 metros de profundidad, en el Polo Norte. La vida congelada lejos de la vida.

La bóveda, que se construyó en el archipiélago noruego de Svalbard en 2008, está diseñada para proteger las semillas de cataclismos globales como guerras nucleares o enfermedades. El enorme depósito subterráneo a prueba de bombas atómicas cuenta con más de 860.000 muestras provenientes de casi todos los países, incluyendo a Irak y Corea del Norte.

La bóveda global de semillas -así se llama científicamente- se encuentra a 125 metros de profundidad, en el Polo Norte. La vida congelada lejos de la vida.

Pese a que el objetivo del fondo de semillas es preservar los diferentes tipos de cultivos para las próximas generaciones, sus reservas ya han sido alteradas el año pasado. En septiembre investigadores de Oriente Medio retiraron muestras de trigo, cebada y hierbas adaptadas a las zonas secas para reemplazar las semillas de un banco de genes cercano a la ciudad siria de Alepo, muy dañada por la guerra civil.

Hasta ahora nadie había retirado semillas de este banco de vida, pero la guerra y las sequías que asuelan Siria han forzado a un equipo de investigadores a pedir muestras de trigo, cebada y pastos. Es la primera retirada del banco desde que fue construido en el año 2008.

El banco de semillas de Alepo ha mantenido el funcionamiento en parte, incluyendo el de un almacén refrigerado, a pesar del conflicto. Sin embargo, ya no puede conservar su papel como centro de cultivo y distribución de semillas a otras naciones, principalmente en Oriente Medio.

La guerra siria ha afectado significativamente a las actividades que se llevan a cabo en este banco, de especial importancia para toda la región.

Garantizar el suministro de alimentos, este es uno de los motivos por los que existe un banco mundial, que permita salvaguardar semillas de interés global. La bóveda subterránea funciona como una póliza de seguro para el suministro de alimentos a nivel mundial y ofrece herramientas para que las generaciones futuras puedan superar los desafíos del cambio climático y el crecimiento demográfico.

La bóveda es un enorme búnker subterráneo rodeado de capas de hielo perpetuo, conocidas como permafrost, lo que asegura que las muestras de semillas permanecerán congeladas y aseguradas durante siglos. Incluso si la alimentación eléctrica fallara, la bóveda permanecería congelada y sellada durante al menos 200 años.

Este peculiar banco funciona como una caja de seguridad, de forma que cada país o institución tiene el control del acceso a las semillas que ha depositado. Una muestra se compone de alrededor de 500 semillas selladas herméticamente en una bolsa de aluminio, y la instalación tiene una capacidad de almacenamiento de 4,5 millones de bolsas de este tipo.

Antes que una crisis de los mercados o de las finanzas había estallado una crisis ecológica. El sistema ha exigido durante 50 años crecer un poco cada año para ser viable, y esto ha degradado la naturaleza otro poco, cada año; la lógica de este sistema impedirá la vida tal como la conocemos en unas generaciones.

El capitalismo ensayado usa el poder acumulado de la explotación de la tierra para mantener el privilegio de clases. No hay reconciliación entre capitalismo y ecología. Miremos a nuestro pais, un paraíso donado para la vida y amenazado por el empuje del desarrollo. Es el paradigma del crecer para subsistir: arruinar el medio natural para mantener el status quo. ¿Cuántas semillas se habrán perdido ya? Después, cuando la mierda nos llegua al cuello, nos la llevamos a otra parte o mejor la tapamos. El crecimiento ilimitado de una economía basada en la explotación de la tierra es una falacia.

Casi sin darnos cuenta ha estallado una batalla antropológica entre el modelo de las grandes industrias, de la descolonización del capital, de la explotación de los recursos del sur, y otro modelo de relocalización de la economía, de la producción a escala local y sostenible, de la agricultura ecológica y la desindustrialización. Aún es una batalla desigual, pero en ella nos vamos a jugar el futuro. Olvidemos de una vez la impostada lucha por la democracia como único anhelo contemporáneo, es falsa. Los esfuerzos hay que centrarlos en provocar el cambio de sistema. Empezando por la renuncia de cada uno de nosotros a vivir manteniendo privilegios innecesarios.

Debemos dejar a nuestros hijos un mundo mejor, no podemos empujarles a suspirar un día por un Noé que les salve, no habrá un Arca para todos. Latouche, uno de los padres del decrecimiento, dijo que se trataba de abrir de nuevo el espacio para la capacidad de invención y la creatividad de la imaginación reprimida por el totalitarismo economicista y desarrollista. De volver a vivir con la naturaleza, sin dominarla. De huir de bóvedas congeladas.

seed Svalbard Global Seed Vault

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http://diarioecologia.com/el-arca-de-noe-del-s-xxi-la-boveda-global-de-semillas/?doing_wp_cron=1452445445.9575369358062744140625

 

http://diarioecologia.com/video-que-esconden-los-cientificos-en-la-boveda-del-fin-del-mundo/?doing_wp_cron=1452444858.5783259868621826171875

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