Esta provincia sigue siendo mal mirada también para las cosas del transporte.

No la voy a comparar con Málaga, porque entonces ya sería para montar una feria de agravios. Además, eso nos llevaría a ninguna parte. Las causas son evidentes y todos las sabemos, y ahora no hay tiempo para destriparlas, pero que todos callen aquí, que no se salva nadie, porque cuando salen, automáticamente se aposentan en el lugar al que llegan, aunque su destino sigue siendo Granada.

Pruebas tenemos de todos los partidos, de todos. Y también de todos los escenarios sociales, que parece que dentro hay mucho orgullo y fuera mucha vergüenza. Y viene esto al caso del agravio que esta tierra nazarí sufre con los transportes, también con los transportes.

El hecho de que RENFE nos ponga los billetes más escasos y más caros de la península solo demuestra la incapacidad de quienes la dirigen con respecto a Granada, su desdoro y su ignorancia. Y que están ocupando un cargo que no deben ocupar. Que sean echados ya es lo más suave que se puede pedir.

De aviones no vamos a hablar hoy, que se me está acabando el espacio, pero ahí también hay tanto que decir que mejor nos callamos por ahora. Las personas que hemos elegido vivir aquí seguimos siendo castigados por quienes gobiernan, tanto desde Sevilla, que nos colocan candidatos a alcalde y nos venden como logros lo que es pura gestión, mucha de ella que no aguantaría una mínima comparación con otras provincias (salvo Cádiz, que lo aguanta todo), como desde Madrid, que continúan dejándonos sin transportes adecuados a nuestras posibilidades y necesidades.

No pasa nada por exigir, también en Semana Santa.

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