No se puede poner en riesgo la supervivencia de Doñana
El parque se seca de manera irremediable, pero la derecha andaluza avala una ley de regadíos que es su estocada definitiva, esto debería pasarle factura a Juanma Moreno Bonilla
El Gobierno ya ha anunciado que no piensa quedarse impasible ante la consumación, ayer en el Parlamento andaluz, de la primera parte del atentando contra Doñana. El PP de Juanma Moreno Bonilla, con mayoría absoluta en la Cámara y el apoyo de la ultraderecha, sacó ayer adelante, sin ningún problema, la tramitación por vía de urgencia de la proposición de ley que legalizará los regadíos en ese entorno natural. Centenares de hectáreas de regadíos ilegales que el PP y Vox se disponen a legalizar, con el impacto que esto va a tener en una zona castigada, además, por una tremenda sequía que tiene al acuífero en sus niveles más bajos en décadas.
“Lo de Doñana debería pasarle factura a Juanma Moreno Bonilla” ANGELS BARCELÓ
Las palabras del presidente del Gobierno fueron, ayer, claras, Doñana no se toca, y ya ha anunciado la intención de recurrir la ley al Constitucional en cuánto se apruebe. Pero es que hay más, la legalización de estos regadíos puede suponer una multa a España por parte de la Comisión Europea, que ya advirtió que de prosperar la ley se estaría produciendo una violación flagrante de lo dispuesto por el Tribunal de Justicia y que la consecuencia podría ser sanciones pecuniarias, o sea multas. Multas que tocará pagar a todos los españoles, porque la sanción será a España, no a Moreno Bonilla y a Vox, y la multa será para España por una decisión electoralista del presidente andaluz.
Y es que el proyecto de legalización de los regadíos tiene en contra a la Comisión Europea, al Gobierno español, a los científicos de la estación biológica y a cualquiera con un mínimo de sentido común y con un mínimo de sensibilidad por los efectos del cambio climático en una zona tan importante para el ecosistema como es el parque de Doñana.
El presidente andaluz desoye todas estas voces en contra, ignora las amenazas de sanciones y solo ve el calendario electoral y lo que puede suponer en votos la legalización de los regadíos, en un cálculo electoral que debería pasarle factura, porque seguro que son muchos más los andaluces, y también los no andaluces, que se oponen a un plan que pone en serio riesgo la supervivencia de Doñana.
Doñana se seca de manera irremediable, pero la derecha andaluza avala una ley de regadíos que es la estocada definitiva al parque.
Angels Barceló: