En algo menos de siete semanas la ciudad que fue entregada a los Reyes Católicos por Boabdil bajo la severa mirada de Aixa, su inflexible madre, que con este acto de sumisión evitó que, quién sabe, hubiese sido irremediablemente dañada la obra que Alhamar comenzó en la Sabika, la ciudad que lloró el día que su rey árabe concluyó su reinado, y que apenas unas horas después aclamó, vitoreó, recibió con los brazos abiertos a quienes la habían tenido tanto tiempo sitiada, esta ciudad elegirá a los nuevos miembros del consistorio nazarí.

Se presenta una exconsejera que deja pendiente explicar qué ha pasado con esa extraña y legal concesión de obras públicas desde su departamento a quienes siquiera se dedicaban a las obras, menos aún públicas. Sale callada de ahí ofreciendo a los granadinos resultados en esta ciudad de gestiones realizadas desde una consejería que es andaluza, desde Sevilla, como desde Sevilla fue señalada candidata a alcaldesa, la misma Sevilla que está dejando en pañales el Parque de las Ciencias, del que tan orgullosos nos sentimos quienes aquí moramos.

Carazo debe explicar cuáles son sus planes de futuro para Granada de llegar a regirla y abandonar los resultados de una gestión sevillana que están sin explicar en la última gestión de contrataciones; poner sobre la mesa proyectos realizables ahora que no es consejera de Juanma Moreno, su líder actual, y decirnos qué piensa hacer con el tráfico, cierre del anillo, peatonalización del centro, turismo…, cuál es su apuesta sobre la ciencia y las tecnología, en qué cestas va a poner los anhelos de futuro de la ciudadanía; en fin, lo que sueña hacer. Lo que Paco Cuenca hace ya lo sabemos.

FOTO : GRANADAHOY

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