Las posibilidades de padecer una cistitis se multiplican en el caso de las mujeres, puesto que prácticamente la mitad de ellas tendrá al menos una infección de tracto urinario a lo largo de su vida

Las infecciones del tracto urinario (ITU) son las segundas más frecuentes en la población en general –por detrás de las respiratorias–, sobre todo en esta época del año, en la que nos pasamos horas sumergidos en el agua de playas y piscinas. «Las posibilidades de padecer una cistitis, por ejemplo, se multiplican en el caso de las mujeres, puesto que prácticamente la mitad de ellas tendrá al menos una infección de orina a lo largo de su vida y en una de cada cuatro serán recurrentes», alerta la doctora María Fernanda Lorenzo, jefa del Servicio de Urología en el hospital Universitario de Salamanca y referente internacional en el tratamiento de este tipo de patologías. Los hombres mayores de 50 años también tienen infecciones de orina (10%), pero en su caso suelen estar relacionadas con problemas de próstata. «Son mucho menos frecuentes, aunque más importantes», puntualizan en la Asociación Española de Urología (AEU).

Las causas

Ahora bien, tanto en el caso de las mujeres como de los hombres, el origen de estas infecciones suele ser bacteriano y excepcionalmente micótico (hongos) o vírico. «En verano, factores como los cambios de temperatura entre el agua de baño y el exterior, una mayor sudoración, la arena y la humedad de los bañadores favorecen precisamente el crecimiento de microorganismos y bacterias que afectan a tanto a la zona del bajo vientre como genital», explican en la empresa farmacéutica Lanier Pharma.

Pero no son las únicas causas. Los antecedentes familiares por parte de la madre, llevar una vida sexualmente activa (el coito facilita la ascensión de bacterias hasta la vejiga), el uso de espermicidas o una mala higiene íntima, tanto por exceso como por defecto, pueden desencadenar infecciones de orina. «También son frecuentes durante el embarazo, el parto y la menopausia, mientras que en el caso de los hombres jóvenes casi siempre están relacionadas con la actividad sexual», aclara el doctor Francisco José Brenes, miembro del grupo de trabajo de Nefrología y Vías Urinarias de la Sociedad Española de Médicos de Atención Primaria (Semergen).

Los síntomas

Varían en función de dónde se localice la infección. «Y se diferencian dos tipos: las de vías bajas (cistitis, uretritis…), que afectan a la vejiga y la uretra y suelen ser leves; y las de vías altas o pielonefritis, que se producen cuando el germen asciende hasta el riñón o la próstata en el caso de los hombres y se pueden complicar mucho. En esta época del año, por ejemplo, son muy frecuentes las cistitis, «que presentan un cuadro clínico muy característico: dolor o escozor al orinar, frecuencia miccional muy aumentada y escasa (polaquiuria) y a veces sanguinolenta (hematuria). Y siempre sin fiebre», enumeran en la Clínica Universidad de Navarra.

«Hasta hace unos años se pensaba que el tracto urinario y la orina eran estériles, pero se ha demostrado que no es así. De manera que existe la posibilidad de que tengamos bacterias pero no síntomas. Solo debemos preocuparnos y acudir al médico cuando esa colonización de gérmenes tenga consecuencias para nuestra salud (escozor al orinar, molestias, necesidad continua de ir al baño…). Si a estos síntomas añadimos fiebre, escalofríos y dolor lumbar eso ya quiere decir que la bacteria ha alcanzado el riñón –o también la próstata en el caso de los hombres– y ya hablamos de palabras mayores», alerta la doctora Lorenzo.

Tratamiento

Para diagnosticar una infección del tracto urinario, tanto en adultos como en niños, es necesario hacer un cultivo de orina. «En un primer momento se suele hacer una prueba inmediata y rápida con una tira reactiva a la orina. Esto nos puede dar pistas, pero sin la confirmación de un cultivo no hay diagnóstico definitivo», coinciden los especialistas.

Una vez confirmado que se trata de una ITU, el tratamiento suele ser antibiótico, pero en los casos de infecciones de orina recurrentes –más de dos episodios en seis meses o más de tres en un año–, «la solución más eficaz son las vacunas», asegura la doctora Lorenzo. De esta manera se consigue atenuar y en algunos casos acabar definitivamente con infecciones tan engorrosas como la cistitis. Los estudios realizados confirman que un 75% de las mujeres inmunizadas redujeron notablemente el número de infecciones registradas en el siguiente año y medio desde su administración. «Las vacunas son una muy buena alternativa a los antibióticos, puesto que muchas bacterias terminan haciéndose resistentes al fármaco».

Cinco consejos para evitar las molestas cistitis en verano

Beber mucha agua, 2 litros como mínimo al día: «Tomar líquidos favorece la limpieza de tus vías urinarias mediante la orina, evitando así la aparición de bacterias que provocan la aparición de infecciones urinarias», explican en la empresa Lanier Pharma.

No usar ropa interior muy apretada o sintética: una transpiración adecuada de la zona íntima también ayuda a evitar infecciones. Es importante usar ropa holgada y de tejidos transpirables, como el algodón.

Mantener la zona vaginal lo más seca posible después de la playa o piscina: llevar un bañador mojado durante muchas horas es el perfecto escenario para las bacterias que causan este tipo de infecciones. Hay que procurar cambiarse de ropa después de estar en el agua.

Usar jabones neutros para tu zona íntima: los jabones perfumados pueden causar irritaciones en esta zona sensible, aumentando, de este modo, el riesgo de que aparezcan bacterias.

Ir al baño antes y después de mantener relaciones sexuales: es importante orinar una vez finalizado el acto sexual, ya que de esta forma se reducen las posibilidades de que las bacterias queden alojadas en las proximidades de la uretra.

Carmen Barreiro

FOTO: LEAL

https://www.ideal.es/vivir/salud/puedes-evitar-molestas-infecciones-orina-verano-20230627190323-ntrc.html

 

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