22 noviembre 2024

No es momento de tibiezas ni de mirar hacia otro lado. El fútbol, el deporte que mueve a las masas de este país, que ejerce de modelo de acción social, no puede entenderse como algo que afecta y decide exclusivamente una minoría que representan los que (todavía) mandan en la Federación Española de Fútbol.

Habló Luis Rubiales y nos dio la dimensión de lo que es. Preocupa relativamente su discurso trasnochado que, por lógica, debe tener las horas contadas. Lo que preocupa más son los aplausos, esos aplausos vergonzosos e injustificables que delatan hasta qué punto es necesario transformar la estructura de la federación (las caras y los nombres) empezando por los entrenadores (Jorge Vilda y Luis de la Fuente) y continuando por directivos nacionales, regionales y provinciales que se sientan en esa sala o que van por los campos de España replicando esa mentalidad inaceptable. Si todos ellos (y ellas, porque hay algunas mujeres, conste) no son conscientes de lo que han hecho, de la imagen que han proyectado en nuestro país y fuera de él, es aún más grave que si son simplemente unos estómagos agradecidos. Resumiendo: que sobran todos, que hay que remodelar la RFEF desde sus cimientos y que el Gobierno de España debe pilotar el cambio.

Y las protagonistas, como siempre, las jugadoras: las 23 y las que se han sumado para hacer un comunicado que las convierte en mujeres comprometidas con la igualdad, con la realidad y con la dignidad de las personas. Vencieron en el campo, son las mejores del mundo en su deporte, pero ahora han demostrado además hasta qué punto el juego limpio, la dignidad y el pundonor las caracteriza en todas sus actuaciones frente a quienes intentan pervertir los valores que tanto ha costado. Su comunicado no es una demostración de fuerza únicamente ni el apoyo expreso a Jeny Hermoso como futbolista agredida, como víctima: es una evidencia rotunda de que, desde la unidad de las personas normales, se puede transformar esta sociedad y de que no valen paños calientes frente a actuaciones deleznables. Que el tiempo no borre su gesta para las niñas y niños que las van a tomar como modelo, pero, sobre todo, que nunca se olvide que ellas, sólo ellas, fueron quienes dijeron basta ya para finiquitar la soberbia patriarcal y los abusos machistas. Se acabó.
 
 
POR REMEDIOS SANCHEZ PUBLICADO EN SU FACEBOOK