Maracena, Atarfe y Otura, los pueblos donde más crece el endeudamiento
El ‘agujero’ de Rubite aumenta un 170% en seis años y se convierte en el pueblo con mayor deuda por habitante de la provincia
Aunque los datos del Ministerio de Hacienda revelan una mejora generalizada de la situación económica en la provincia entre 2016 y 2022, casi una treintena de municipios constituyeron una excepción e incrementaron sus obligaciones con los bancos en el periodo estudiado. Fueron las localidades de Alhama de Granada, Atarfe, Benalúa, Castril, Cogollos de la Vega, Colomera, Cortes y Graena, Cúllar, Dílar, Fuente Vaqueros, Guadahortuna, Güejar Sierra, Huélago, Huétor Tájar, Huétor Vega, La Malahá, Los Guájares, Lújar, Maracena, Monachil, Montillana, Órgiva, Píñar, Purullena, Rubite, Torrenueva, Trevélez, Válor y Otura.
De estas, tres destacaron por el aumento del endeudamiento en términos absolutos. Fueron Maracena, Atarfe y Otura. La primera reconoció obligaciones por un importe de 12,3 millones de euros. La segunda lo hizo en casi 6 millones, mientras que la última alcanzó los 4,48 millones de euros en el periodo analizado.
En el caso de Maracena, el ‘agujero’ está obligando al Consistorio a apretarse el cinturón. Así lo reconoce el nuevo primer edil, el popular Julio Pérez, quien lamenta la «falta de rigor» del anterior equipo de gobierno en lo económico que ejemplifica en «embargos en la participación de los tributos por valor de 700.000 euros porque llevaban sin pagar el servicio de bomberos provincial mucho tiempo». El dirigente admite que «hay que afrontar los pagos» y, aunque desde la Tesorería se le ha indicado la posibilidad de imponer un plan de ajuste mayor que el que ya tiene, aboga por «rigor y orden» en la gestión económica «para retener el gasto y eliminar la deuda poco a poco».
Otro de los casos llamativos es el de Rubite. La localidad reconoce obligaciones por casi 1,4 millones que la convierten, por su escasa población, en la que tiene mayor deuda por habitante de la provincia. Hasta 3.400 euros por persona censada. Su alcalde, el socialista Arsenio Vázquez, admite que la situación «no es positiva», pero justifica la situación como fruto de la compleja distribución de la localidad. «Tenemos siete anejos que están muy distantes entre sí, lo que encarece los servicios. Además, durante el verano, la población se multiplica por los veraneantes que vienen a la playa a los que no podemos dejar de prestar servicios. Con los proveedores no hay problemas, pero con este tipo de deuda sí. Hemos hablado con el Gobierno para que nos ayuden y estamos buscando todas las soluciones posibles».