Localización:  Cima del cerro del Castillejo (Sierra Elvira) . Periodo Histórico:  Edad Contemporánea. Titularidad: Público. Cronología: 1941

Data de la década de los 40 (siglo XX), aunque fue reconstruida por la Escuela Taller del Ayuntamiento en la década de los 90, con la intención de convertirla en un museo de la naturaleza. Se restauró toda la zona con una repoblación forestal y faunística típicamente mediterránea, paliando así el brutal impacto ambiental y paisajístico que las canteras habían dejado en el entorno natural.

Se trata de un edificio en planta de cruz latina con cubierta resaltada en el crucero. Todo cubierto a dos aguas, salvo el crucero que está a cuatro, con teja árabe. Tiene un potente zócalo de mampostería. El resto enfoscado y encalado.

En sus alrededores y a distintos niveles de altura hay un jardín botánico, con diversas especies arbóreas y arbustivas. Incluso, se pueden encontrar varios pavos reales que se mueven libremente alrededor de la Ermita.

En un nivel inferior al recinto, se encuentra el restaurante, que posee una bella panorámica de los alrededores. Y a un nivel más bajo se creó un lago con cascada y zona de recreo con un merendero típico. En este singular y bello marco se celebra todos los años en el primer fin de semana de Julio, el Festiva del Jazz, conocido a nivel nacional como «Jazz en el lago». Tiene una excelente posición paisajística y es una atalaya privilegiada para contemplar la aglomeración urbana de la ciudad de Granada, incluyendo el territorio de varios municipios de los Montes y Vega de Granada, e incluso la vista llega hasta montes de la provincia de Málaga.

Reseña Histórica

La ermita se construyó sobre restos de una edificación árabe, de la que sólo queda el aljibe. Allí mismo existió una ermita musulmana desde el siglo XI hasta la conquista cristiana. También se dice que en esta cima había un castillo llamado ‘El Puntal’, donde se hicieron fuertes los moros en sus luchas con los cristianos en los tiempos previos a la reconquista de Granada.

Fue construida por Juan de Dios Sánchez Pozo, vecino de Atarfe de origen modesto, y muy religioso. Un acontecimiento motivó que este hombre erigiera la ermita: la milagrosa supervivencia de tres de sus cuatro hijos a una explosión de una granada abandonada en la Guerra Civil. El padre atribuyó la suerte de sus hijos a un milagro de San Juan, cuya estatua había encontrado previamente en la calle y que custodiaba en su casa.

Así, acrecentándole la fe, empezó a cultivar la idea de erigirle una modesta capilla. La ermita se llamaría Los Tres San Juanes, por sus tres hijos, y porque estaba consagrada al culto de San Juan Bautista, que estaría en el altar mayor y a San Juan de Dios y San Juan Evangelista, que ubicaría en los laterales del templo.

Sin medios económicos suficientes se vio obligado a pedir aportaciones y donaciones para llevar a cabo la obra. El proyecto fue acogido por el vecindario con verdadera simpatía y fueron muchos los que aportaron materiales, dinero, equipamiento,… El que era alcalde de Atarfe por entonces, don Enrique Ruiz Cabello le cedió los terrenos de 12.000 m², incluyendo el aljibe antiguo, para construir la ermita en la cima del cerro del Castillejo (1940). Enrique Jiménez Molinero le cedió una finca rústica “La Joya de San Felipe” en las cercanías donde plantó olivos, higueras y parras (en 1945) que dedicaría para el sostenimiento del templo y el culto del mismo.

La superficie sobre la que se asentaba el monumento era de 226 m², de los cuales 82 m² correspondían al ático, 4 m² a la sacristía, 4 m² al departamento ornamental, quedando aproximadamente 134 m² para el templo propiamente dicho, 101 m² dedicados a los altares y lugar para los fieles y el resto de superficie estaría ocupada en los gruesos muros de piedra que sostenían el edificio.

El edificio constaba de tres naves, la central de mayor altura que las laterales, estando divididas entre sí por pilares. Al norte de la nave central y cubriendo todo el fondo de la misma, se encontraba el aljibe, con una capacidad para albergar 50.000 litros de agua. Instaló un generador eólico y un colector subterráneo que el agua llovediza llenaría, previo paso por filtros arenosos de gravedad. Además añadió a modo de pilar, una caseta con su grifo para mitigar la sed de quienes subieran, y colocó sobre él, grabada en piedra, una ingenua y desenfadada leyenda en la que pregonaba la estima a un bien tan escaso, en aquellos años de sequía:

“Agua del Cielo quered
Que os la manda el Señor
Santíguate al beber
De los Sanjuanes sudor”

Cuando Juan de Dios fallece a sus 53 años un 12 de marzo de 1949, su obra, que era una empresa estrictamente personal y unívocamente destinada a su pueblo queda inconclusa y abandonada.
En la década de los 90, por iniciativa del Ayuntamiento de Atarfe se acometieron las obras de reconstrucción del edificio y restauración de los alrededores, convirtiéndose en la Ermita que conocemos en la actualidad.

PUBLICADO EN EL LIBRO: ATARFE , Patrimonio cultural y natural ( 2015) Francisca López Prados , Iñaki Nieva Prado, Manuel Guerrero Jiménez

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