Hoy marcamos el inicio de un emocionante nuevo capítulo en Atarfe. Los niños y niñas de nuestro pueblo se enfrentan a una tarea ilusionante: convertir nuestro pueblo en un lugar más verde y amigable con el medio ambiente. Para hacer más ‘verdes’ las ciudades deberíamos volverlas literalmente de ese color
La gestión pública de las administraciones puede mejorar en el ámbito ambiental comprometiéndose con la transparencia y la gestión transformadora desde nuevas visiones, implicando la participación ciudadana en un marco de democracia deliberativa.
¿Cómo luciría una ‘ciudad verde’? ¿Se parecería a Copenhague, con sus altas tasas de transporte en bicicleta y reciclaje? ¿O a Curitiba, en
Brasil, con su planificación centrada en el peatón? ¿O quizás a la capital de Etiopía, Adís Abeba, que depende completamente de energías renovables? En la actualidad, con más del
50 % de la población mundial viviendo en áreas urbanas –proporción que crece rápidamente– la respuesta a esta pregunta dará forma a nuestro futuro. Puede que sea más directa de lo que pensamos: para hacer más ‘verdes’ las ciudades –es decir, menos contaminadas, más eficientes en el manejo de sus recursos y más resistentes en lo ambiental– deberíamos volverlas literalmente de ese color.
Existen estudios que demuestran que los árboles de la calle pueden reducir la polución del aire –la gran amenaza que afecta la salud humana, especialmente en áreas urbanas, según la Organización Mundial de la Salud– al filtrar material particulado fino, como el que emiten los motores de combustión interna. También son muy efectivos para contrapesar el “efecto de isla de calor urbano”, que puede causar temperaturas peligrosamente altas en verano.
Y plantar árboles puede ser algo particularmente eficaz si se usa con objetivos concretos, como una barrera en caminos muy transitados o áreas industriales, o para proteger zonas vulnerables como escuelas y casas de reposo. Más aún, plantar árboles en vecindarios de menores ingresos y recursos, que a menudo tienen menos cubierta vegetal, puede ayudar a mitigar la desigualdad (reduciendo las tasas de enfermedades respiratorias y su elevado costo económico, por ejemplo).
Los niños y niñas de ATARFE van a ser los verdaderos protagonistas de esta transformación, y estamos deseando ver cómo liderarán este cambio .Nuestra Alcaldesa, Yolanda Fernández, se ha unido a los más pequeños en este Proyecto. Un momento especial para compartir con los futuros adultos que harán de Atarfe un lugar más sostenible.
Aprovechamos para dar las gracias a la comunidad educativa de Atarfe: maestros, maestras, padres y madres por su dedicación para hacer de nuestro pueblo un lugar mejor a través de nuestros hijos. ¡Gracias por hacerlo posible!
Puede que las soluciones basadas en la naturaleza no sean suficientes para solucionar todos los retos que enfrenta una ciudad como ATARFE , pero las soluciones basadas en la naturaleza ofrecen beneficios que ya no nos podemos permitir ignorar.
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