“Un ejemplo de la influencia artística de Cano: la Inmaculada de Atarfe” En 2002, entre el 14 y el 17 de febrero se celebró en Granada el Symposium Internacional Alonso Cano y su época. En aquel congreso se presentó el trabajo de nuestro paisano Francisco Sánchez Sánchez titulado “Un ejemplo de la influencia artística de Cano: la Inmaculada de Atarfe”.

Lo transcribimos en parte:
 
<<La Inmaculada Concepción de Atarfe, sigue la misma tipología de Inmaculadas en cuanto a su composición que creara Alonso Cano, pero con variaciones en cuanto a la técnica y a la policromía. La Inmaculada que estudiamos mide 65 x 31 x 22 cm. Representa a una mujer joven, pero no tanto como la que realizase Cano, con la cabeza un poco redondeada y alargada, con la mirada, perdida y un poco hacia abajo, de larga melena que cae por sus hombros y espalda como la del artista barroco.
 
También destaca por su frontalidad, a causa de su ubicación ya que, siguiendo los datos que nos proporciona el inventario de 1799, se situaba en el retablo de la Capilla Mayor, y por tanto su contemplación perfecta sería de frente, o como mucho por tres lados (nunca por detrás), a diferencia de la de Cano; además presenta una argolla de hierro unida a la peana lo que nos indica, que por detrás estaría unida, con toda probabilidad, a una de las hornacinas, de una de las calles del mencionado retablo. Sobre una peana dorada, aparece una nube con tres cabezas de ángeles, un dragón y media luna con los picos hacia abajo.
 
Aquí el autor sigue la tradición de representar a la Inmaculada sobre media luna, y aplastando al dragón, en esto no sigue a Alonso Cano, sino a la tradición, tanto pictórica, como escultórica; en lo que si se mantiene fiel a Cano, será en hacerla surgir de una nube con tres ángeles a sus pies, tema pictórico que permitía integrar la peana en la escultura. Sobre ellos, la imagen de María Inmaculada de pie, con las manos juntas a la altura del pecho, La corona de plata, es un añadido a la escultura, pero por el libro de inventario, sabemos que la tenía originariamente.
 
Está vestida con túnica de fondo blanco (en Cano presenta tonos verdosos) y decoración vegetal y floral, y en esto no sigue a Cano, (en su Inmaculada no aparece la técnica del estofado) sino a la tradición pictórica de los siglos XVII y XVIII.
 
Tiene manto azul, con bordes dorados, que recoge en su brazo izquierdo. Es fiel a Cano en él en cuanto que se adelgaza desde la altura de los hombros hacia abajo, afirmando su perfil, pero en la Inmaculada de Cano no habrá bordes dorados; y se recoge en el brazo izquierdo. El espacio mayor lo ocupa la parte central de la escultura, la zona del manto, (adelgazamiento desde el arranque de este hacia abajo) al igual que en la zona de la nube, existiendo una relación de hueco-masa en la peana y a la altura de las manos.
 
En esta escultura destacan varias piezas que se encajan a la talla: la peana, los angelotes, que se pueden desmontar, ya que están encajados en la nube, y la corona de plata, que se introduce en el centro de la cabeza y también se puede extraer.
 
En los siglos XVII, XVIII, junto al aspecto maternal, se desarrollará el tema de la Inmaculada Concepción, por su sencillez e inmediatez, sobre otras ¡representaciones teológicamente más elaboradas y complejas, de acuerdo con uno de los postulados de la retórica de Aristóteles que enseñaba que para persuadir había que incidir sobre los motivos comunes y respetar los comportamientos afectivos del público.
 
La talla policromada alcanza su máximo apogeo y difusión en el siglo XVII en España y en los países alemanes; y en los eslavos, en el siglo XVIII. Pero con la llegada del Neoclasicismo la talla deja de tener sentido en casi toda Europa. A.
 
Las técnicas empleadas en esta Inmaculada, han sido: 1. La talla. 2. Policromía. 3. Estofado. El material ha sido: Maderas, pigmentos y Pan de oro. C. El soporte ha sido la madera. Esta talla es un soporte escultórico realizado en madera. A partir del XVII, cambia la técnica de la talla en cuanto se separan manos y cabeza, trabajándose aparte, como ocurre en nuestra Inmaculada, donde las manos se han trabajado de forma diferente; al igual también se talla de forma separada los ángeles y la peana, que se unen al bloque principal con unos goznes que encajan perfectamente.
 
En la talla, encontramos unas alteraciones importantes en el soporte lígneo: con separación de piezas (ángel y pico de la izquierda de la media luna, con riesgo de desprendimiento), grietas en el manto que cae sobre el hombro izquierdo. Esta obra escultórica policromada está constituida, por el soporte, en este caso de tipo lígneo (cedro), capa aislante o de sellado, capa de preparación, capa aislante o imprimación, preparación de hematites o cama de Bol (caso de ser dorada), capa de color mixta, y capa de protección (barniz).
 
En la Inmaculada, las “encarnaciones” son (mate), produciéndose una pérdida de los dedos de la mano de la Virgen y en rostro de los ángeles. La policromía en color liso se realiza sobre todo para el manto de la Virgen, utilizando el color azul Prusia como pigmento -pensemos que este pigmento se introduce en 1704, siendo su composición ferrocianuro de hierro- y como aglutinante el aceite de linaza.
 
En la Inmaculada se ha perdido un 15% de conjunto pictórico, en la superficie de la obra. Además, existen repintes parciales en el manto (por detrás). En la Inmaculada el estofado se observa en el manto, con decoración vegetal y floral en la talla. Existiendo un ennegrecimiento del barniz que hace difícil distinguir los colores y el dorado. Se observa también la pérdida del estofado en la superficie de los brazos donde existen desprendimientos de este. >>
 
Fotografía cortesía de Jorge Rodríguez Puche con la imagen de la Inmaculada en un primer término.
 
Gacetilla Y curiosidades elvirenses.
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