«ANTONIO SÁNCHEZ EN EL RECUERDO» Miguel Ignacio Prados Osuna

En febrero de 1991 se recopiló y, posteriormente, el Centro Cultural de Motril y Caja General de Ahorros, publicaron el texto poético Hojas Literarias, del amigo fallecido, hijo de Atarfe, Antonio Sánchez Jiménez.

El texto, una síntesis de la labor poética de Antonio, como poesía pura, no tiene ni una sola coma de desperdicio, y, como sentimiento humanista, religiosidad profunda e inquietud cultural, va mucho más allá de las parciales plumas vanguardistas, porque Antonio siempre fue eso: Vanguardia del 68 y del 90.

En el 68, rompiendo el estático esquema localista, contrario al universalismo poético del hombre libre en el espacio y en el espíritu, racional y crítico, mutante al devenir histórico. Y en el 90, por el retorno a la religiosidad profunda, existencial, cósmica.

“Como en una clepsidra,

gota a gota -rojo sobre gris

la sangre va contando los minutos de la Eternidad.

No hay Espacio ni tiempo.

No es Jerusalén.

Es Roma o New York

o Tokio o Madrid o Leopoldville.

Es igual.

Entonces?

Ahora?

Es lo mismo.

Sin Espacio ni tiempo, todo es igual.

No han cesado aún los gritos, las risas y las burlas.

Hasta los mismos ladrones, Señor…!

De pronto, el milagro, la maravilla:

Un tañido lejano, de infantil pureza perdida,

se abre como una flor en el alma de Dimas.

Recuerdos borrosos de niñez.

De niñez asombrada, de risueña niñez.

Cómo era? : ¡Ah, sí!… candidez …, inocencia.

Un cielo azul? ¿Una golondrina, tal vez.

¿Un resol lejano, con sombra de palmera?

Un aire tibio? ¿Un perfume?

Cómo era yo”?

. ..(DIMAS)

Y así, posteriormente, su existencialismo y sensibilidad religiosa se toman conciencia de la grandeza del hombre en sí y su insignificancia cósmica, y surge la angustia vital en lucha interna al imantismo divino y resignación panteísta actual, todo ello enriquecido por su profunda formación humanista, Antonio era médico de profesión y poeta:

“Tarde de verano.

una gaviota blanca

escribe tu nombre en el azul.

El aire en calma.

El sol se oculta.

Y una estela dorada

lleva hacia él, sin querer,

mi mirada.

Las nubes heridas,

de flancos escarlata,

tiñen con su llanto

los reflejos del agua.

Se ha perdido la gaviota

entre la tarde malma.

No soy más que un guijarro redondito

olvidado en la playa”.

“Morir es sentirse traspasado

con la angustia infinita de todos los terrores.

Es sentir el frío que sube por las venas

reptando lentamente.

El corazón -pájaro enjaulado- se estremece de miedo.

Las visiones horrendas de un cerebro sin vida

que sueña con lejanos campanarios, con vencejos

en la tarde dorada, y mientras

la lucha -agonía-,fibra a fibra.

Para esta lucha tus manos, Padre, son,

en mi recuerdo, un bálsamo.

Como una cuna que guarda al niñito dormido

tus manos, Padre, transidas de amor

recogerán mi espíritu fatigado.

Tus manos, Padre, que clavaron las galaxias

en el azul infinito y arcano.

Tus manos que modelaron al Hombre.

Tus manos de Hacedor, manos de Voluntad.

Manos de Dios que llenan los espacios.

Manos de Padre…, de mi Padre.

Recógeme en tus manos.”

Sean éstas, a modo salteado de esa agradecida recopilación, pero Antonio se merece aún más, y es su pueblo, el que le vio nacer, quien tiene ahora la palabra para recoger públicamente el alma de este poeta, médico, humanista, sensible a todo lo que puede enriquecer al PERSONAJES ser humano, su poesía es extensa en un contenido muy profundo, con gran influencia de Antonio Machado;  confiemos también que Atarfe coloque a este hijo suyo en la predilección que se merece.

Artículo editado por Corporación de Medios de Andalucía y el Ayuntamiento de Atarfe, coordinado por José Enrique Granados y tiene por nombre «Atarfe en el papel»

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