Este sábado, a las 3 serán las 2.¿ QUE CONSECUENCIAS LLEVA?
Consecuencias para la salud del cambio de hora
Los efectos más perjudiciales para la salud los trae el verdadero cambio de hora, el que tiene lugar en primavera. “El cambio de hora de marzo produce una serie de efectos agudos, a corto plazo”, señala Bonmatí. “Se acorta el tiempo de sueño, con todo lo que ello puede conllevar, hay mayor somnolencia durante el día, mayor tendencia a los cambios de humor y peor estado de ánimo”. Además, “las alteraciones digestivas también son frecuentes, pues nuestro metabolismo no entiende los cambios de hora”. Incluso “parece que las visitas a urgencias se incrementan, así como los infartos de miocardio y los accidentes cerebrovasculares”.
Todo esto ocurre a corto plazo. Es difícil cuantificar si también hay efectos a largo plazo, porque “se pueden confundir los efectos del cambio de hora con los producidos por el cambio estacional natural en el fotoperiodo”.
Además, influyen diversos factores, desde los patrones de sueño de cada persona hasta su ubicación geográfica. Sin embargo, “de forma indirecta sí podemos intuir que puede haber efectos negativos acumulativos relacionados con el cambio de hora, debidos a la falta de sueño y la disrupción circadiana”.
Los ritmos circadianos son los que marcan los fenómenos fisiológicos que siguen periodos de 24 horas. Por ejemplo, el sueño. Cada día, dormimos una serie de horas y nos mantenemos despiertos lo que queda hasta completar las 24 horas. Comemos una serie de veces, más o menos a la misma hora y, en general, seguimos ciclos que se repiten una y otra vez. Esto, entre otros desencadenantes, está controlado por las horas de luz. Cuando esta entra a través de nuestros ojos, el cerebro interpreta que es de día y que, por lo tanto, debemos estar despiertos. En cambio, a medida que oscurece, se segrega una hormona llamada melatonina, que, entre otras funciones, se encarga de generarnos la somnolencia que necesitamos para dormir.
Las horas de luz van variando a lo largo del año, como bien nos recuerda Mari Ángeles Bonmatí. “Hay que dejar claro que los días no se acortan o alargan gracias a los cambios de hora, sino a los cambios estacionales que se producen como consecuencia de la traslación de la Tierra alrededor del Sol”, explica la cronobióloga. “Con el cambio de hora lo único que hacemos es retrasar o adelantar el reloj que rige nuestros horarios, lo que implica, sobre todo en el cambio de marzo, aumentar la discrepancia entre nuestro reloj interno, el horario solar y el social”.
Es por eso por lo que ese cambio de hora artificial nos sienta tan mal. Porque estamos entrando en conflicto con los ciclos que normalmente gobiernan nuestro cerebro con la precisión de un reloj suizo.
¿Debería haber solo un cambio de hora?
En los últimos años, expertos de todo el mundo han insistido en que se debería abandonar el cambio de hora. No obstante, hay ciertas discrepancias sobre cuál debe ser la hora elegida.
Por ejemplo, en Estados Unidos, el Senado aprobó en 2022 la decisión de abandonar el cambio de hora y dejar un horario fijo. No obstante, se optó por mantener el conocido como horario de verano, de modo que se generó una intensa respuesta entre los científicos.
La Academia Americana de Medicina del Sueño emitió un comunicado, señalando su acuerdo con abandonar el cambio de hora, pero su desacuerdo en la selección del horario. Ellos señalaban que lo mejor para la salud es mantener el mal llamado horario de invierno, pues es el que coincide con el horario solar y, por lo tanto, aquel por el que se rigen nuestros ritmos circadianos de forma natural.
Está de acuerdo también Bonmatí, quien recuerda que “perder una hora supone alejarnos de lo que marca nuestro reloj interno”.
Por todo esto, este sábado en realidad no tenemos un cambio de hora, sino una vuelta a la normalidad. Al menos, a lo que nuestro cerebro interpreta como normal. Y, como ya hemos visto con tantos otros fenómenos, debemos tomarnos mucho más en serio lo que dicta nuestro cerebro.