«Las ‘fake news’ son una amenaza para los valores democráticos» Daniel Montolio
Lleva años analizando el comportamiento de la criminalidad y, en esta entrevista con EL PERIÓDICO, se atreve a reflexionar acerca de cuáles serán en el futuro las principales amenazas para la seguridad
Daniel Montolio (Barcelona, 1975) es doctor en economía por la Universitat de York (Reino Unido) y actualmente es catedrático de Economia en la Universitat de Barcelona (UB) e investigador del Institut d’Economia de Barcelona profesor de la UB
-¿Cómo vamos a hacernos daño en los próximos años? Creo que los principales cambios en criminalidad los notaremos en tres aspectos.
-Empecemos por el primero… Ciberdelincuencia. Cada día se descubren nuevas tecnologías. Y una nueva herramienta puede ser utilizada para fines lícitos o ilícitos. Cada vez estamos más tiempo conectados. No solo a través de los dispositivos móviles, sino también a través de nuestro coche, nevera o sistema de climatización que puede disponer de chips con conexión a la red. Estamos hiperconectados.
-¿»Hiperconectados» también significa cada vez más expuestos a ser agredidos en el entorno digital? Los últimos datos de los Mossos d’Esquadra, por ejemplo, ya muestran que el delito que más crece desde 2019 son las estafas y, sobre todo, las ciberestafas.
-Los ciberestafadores no son los más malos… Los ciudadanos pueden sufrir casos de suplantación de identidad en la red. O las instituciones pueden ver su sistema informático secuestrado en un ciberataque. Lo hemos vivido recientemente con algo tan delicado como el Hospital Clínic. Estas administraciones cada vez generan más información, para cruzar datos y evolucionar en el conocimiento. Eso está muy bien, pero también las hace más vulnerables a filtraciones de datos que pueden ser muy sensibles.
-Todo esto no es exactamente nuevo… No, pero en el futuro los ciberataques serán un aspecto troncal en la delincuencia.
-Ha dicho que había dos aspectos más: ¿cuál es el segundo? Las redes sociales están cambiado el tejido social. Se está modificado cómo nos relacionamos con nuestro entorno. El grupo de amigos ya no es físico sino virtual. El acoso entre menores, por ejemplo, cada vez será más ciberbullying.
-¿Menos casos de robos de bocata en el recreo y más humillaciones en Instagram? Las escuelas y los cuerpos policiales tienen claro que esa es la tendencia.
-¿Cómo afectará a la delincuencia qué la forma que tenemos de relacionarnos con el entorno? De muchas maneras, puede debilitarse el sentimiento de pertenencia a una comunidad, los lazos sociales o la empatía. Que se degrade la base social y, por extensión, se altere la percepción de, por ejemplo, la violencia o de la sexualidad.
-¿Habrá más violencia sexual? Ya se ha detectado que están creciendo los delitos contra las personas y, en especial, los abusos y agresiones sexuales. La violencia machista también repunta.
-¿Hablamos del porno? El consumo de porno puede cambiar la forma de entender el sexo, y condicionar que los individuos actúen de forma violenta, o en «manadas» como desgraciadamente ha ocurrido en los últimos años. Son conductas inaceptables que el entorno virtual de alguna manera estimula, de forma especial entre los más jóvenes.
-¿Sociedades menos civilizadas? La desinformación, y las ‘fake news’, suponen una amenaza muy importante para los valores democráticos. Las redes permiten que los mensajes extremistas se propaguen con mucha facilidad y que renazcan ideologías racistas u homófobas. Los delitos de odio también están creciendo. La sociedad debe cuidar de los valores democráticos, aprenderlos debería ser una competencia básica en la escuela.
-No pinta bien, y todavía falta el tercer aspecto… La convivencia también se verá tensionada por los movimientos migratorios provocados por la crisis climática y sus consecuentes desastres naturales. La movilidad de los ciudadanos, no solo por emergencias humanitarias, también aumentará. El turismo, por ejemplo, ha crecido tras la pandemia. Esos desplazamientos, que incrementan la concentración de personas sobre todo en las ciudades, también repercuten en la seguridad.
-No ha hablado de la marihuana… Catalunya ya es un centro europeo de producción logística de marihuana. Eso no es el futuro, es el presente. Si hablamos de drogas, o de tráfico de drogas, en los próximos años como sociedad deberemos estar pendientes a no importar nuevos hábitos de consumo como el del fentanilo, que en Estados Unidos se está comportando como una epidemia muy destructiva.
FOTO :Daniel Montolio /
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