Soraya, Isabel de Solís
Las crónicas dieron pie a la literatura romántica al culpar a Soraya de la pérdida del reino Nazarí de Granada. Pero veamos la historia un poco más a fondo
Según la tradición patriarcal y la leyenda, Adán fue expulsado del paraíso por culpa de Eva. El rey Rodrigo perdió el reino visigodo de Hispanía por la hermosa Florinda La Cava, hija del conde Don Julián, que una noche bañándose en el río Tajo fue vista por el monarca que la violó, siendo castigado con la derrota de Guadalete por los musulmanes y la traición del conde Don Julián por esta afrenta. Las crónicas dieron pie a la literatura romántica al culpar a Soraya de la pérdida del reino Nazarí de Granada. Pero veamos la historia un poco más a fondo. En primer lugar ¿quién era Soraya?
Según el cronista sefardí Capsali y Hernando de Baeza, en una escaramuza de guerra en el día de San Miguel de 1471, en Aguilar de la Frontera, cautivan -entre otras y otros- a una niña cristiana que llamaron Turraya [Zoraya o Soraya para las fuentes cristianas] que quiere decir «lucero de la mañana». Tendría unos diez o doce años. Era hija del comendador don Sancho Jiménez de Solís, alcaide de Bedmar y de la Higuera de Martos. Entró al servicio de la hija del Sultán, fue creciendo y el sultán Muley Hacén se enamoró de ella y una noche entró en la cámara real. Después le propiciaron una gran paliza y Muley Hacén pensó que ese suceso había sido urdido por su primera esposa A’isa. El sultán dispuso que estuviera en una residencia segura, la leyenda dice que en la Torre de la Cautiva, que es una de las joyas del arte nazarí. Allí mandó a sastres, sederos y plateros para vestirla y agasajarla como a una reina, tomándola como esposa en 1474-75. La enemistad con la primera esposa del sultán, A’isa, y con sus hijos, especialmente con Muhammad XI llamado Boabdil, será manifiesta.
Muley Hacén le regalará diferentes propiedades ubicándola en el Palacio de Daralcotola, en la Alcazaba Cadima del Albayzín, así como diversas propiedades, una alquería en Santa Fe y otras en Armilla, Peligros, Pulianas y en la Vega de Granada y una «huerta grande de la Almanjarra» en la zona norte de Granada. El cronista Hernando de Baeza insinúa que Soraya tuvo algo que ver en la prematura muerte de Yusuf con solo 17 años, hermano de Boabdil e hijo de Muley y A’isa.
Cuando Boabdil es hecho prisionero en la batalla de Lucena, en 1483, Soraya se instaló en los palacios de la Alhambra. Con Muley Hacén tuvo dos hijos, Sa’d y Nars.
Soraya quería a Muley Hacén. Cuando muere este, en 1485, le sucedió su hermano Muhammad b. Sa’d al-Zagal, quedando Soraya bajo su protección. El Zagal le propuso matrimonio y ella lo rechazó. Muley Hacén quería ser enterrado en el lugar más alto de su reino y por eso lleva el nombre de Mulhacen el pico de Sierra Nevada que se encuentra a 3.479 m. de altitud.
Por su parte Boabdil (1459-1533) que era de la dinastía de los Abencerrajes, se va a revelar contra su padre y va a reinar de 1482 a 1483, esta última, en la que es hecho prisionero en la batalla de Lucena, antes mencionada. También reinará con apoyo de los Reyes Católicos de 1487 a 1492. Tanto su madre A’isa como él intentarán quitarle las posesiones y privilegios a Soraya y sus hijos.
Tras la conquista del reino nazarí de Granada en 1492, Soraya que se había convertido al Islam regresará a la fe cristiana con el nombre de Isabel de Solís, en honor de la reina Isabel, como sus hijos, que se denominarán los infantes don Fernando y don Juan de Granada, siendo tratados como miembros de la casa real nazarí bajo la protección de los Reyes Católicos. Mientras vivió Isabel la Católica Isabel de Solís percibió 150.000 maravedies anuales, cantidad que se rebajó en un tercio a la muerte de la reina. Incluso ella y sus hijos pleitearon para que se les devolvieran las posesiones que Boabdil les había arrebatado.
Todos estos ingredientes hacían al personaje de Soraya proclive a inspirar romances y novelas. Desde los cronistas de los siglos XVI y XVII hasta los románticos como Washington Irving en su Crónica de la Conquista de Granada (1829), o las novelas de Martínez de la Rosa (1837) Doña Isabel de Solís, reina de Granada; y actualmente Laurence Vidal (2000) Los amantes de Granada, o la de Brígida Gallego-Coín (2010) Isabel de Solís, Soraya. Mencionar la serie Isabel de TVE de 2013, en donde la actriz Nani Jiménez interpreta a Soraya.
En cuanto a los estudios históricos destacar a Miguel Lafuente Alcántara, Luis Seco de Lucena, J. E. López de Coca Castañar, Emilio de Santiago Simón, M. A. Ladero Quesada, Cristóbal Torres Delgado, Camilo Álvarez de Morales y Barbara Boloix Gallardo.
Finalmente nos queda resolver la pregunta inicial: ¿fue esta mujer la causa de la pérdida del reino de Granada? Deshaciendo el mito tenemos que decir rotundamente que no.
Los ejércitos y las guerras medievales, formados por las mesnadas del rey, de los nobles y las mesnadas concejiles, que hacían la guerra en primavera y verano retirándose en invierno por el mal tiempo, los caminos embarrados y la falta de infraestructuras va a cambiar radicalmente. La corona de Castilla y Aragón se dotó de un ejército moderno y el más avanzado y poderoso del momento a nivel internacional. Ni la famosa caballería francesa pudo con él en las guerras de Italia. Para la conquista de Granada la monarquía contó con el apoyo de la nobleza y de la iglesia. La guerra de Granada será considerada como el acontecimiento que marcó la transición del medievo a la modernidad. El ejército se articuló bajo un mando único y no con jefes diferentes en cada mesnada. Los avances en la artillería, mucho más fáciles de aplicar en el ataque que en las defensas. Los cañones, las minas de pólvora negra, las espingardas, todo eso de fácil incorporación a la artillería pero que era mucho más complejo incorporar a los sistemas defensivos medievales para lo que se necesitaban nuevos conocimientos y obras para reforzar las torres y murallas con baluartes y bastiones. Los Reyes Católicos construyen una ciudad en San Fe para poder continuar la guerra en invierno Hacen caminos reales para permitir el paso de las carretas, hospitales, etc., en definitiva modernas infraestructuras para la guerra.
Al pequeño reino de Granada solo le quedaba la esperanza de la ayuda exterior de los ejércitos del Norte de África o de los turcos, pero esos reinos musulmanes no estaban por entablar una guerra larga, costosa y lejana.
Soraya será un símbolo del mestizaje y convivencia cultural en una Alhambra de leyenda.