DOS MUJERES: GRANDES Y FUERTES por Fran López

«Queridos vecinos, queridas vecinas, camaradas y cómplices de los trabajos y placeres…. Escribo como escribo, a veces deliberadamente mal, para que os llegue bien»

Tan cierta es la afirmación anterior que comenzaré confesando que soy un impostor, que el comienzo de este artículo es una composición entre el inicio del Pregón de San Isidro 2018 ofrecido por Almudena Grandes a los vecinos de Madrid y, de otra parte, un poema compuesto por Gloria Fuertes, con título “Arte Poética”.

El que en el título los adjetivos Grandes y Fuertes aparezcan con inicio en mayúscula, tampoco es una casualidad. Perfectamente podrían servir para definir a las dos mujeres que MAÑANA nos ocupan, pero en esta ocasión no hacen tal función, sino que, obviamente, hacen referencia a sus apellidos. El hecho de unir en un mismo artículo a estas dos representantes de las letras españolas e internacionales, resulta complicado de explicar si nos paramos a pensar que entre ellas existió una diferencia de edad de cuarenta y dos años, nueve meses y nueve días, por lo que hicieron vida profesional en diferentes periodos y sin interacción alguna, pero verán que es fácil de entender.

A estas dos madrileñas de pro, no sólo les unieron lazos geográficos y dedicación profesional y es que hay un motivo mayor que las mantendrá unidas eternamente. Hoy 27 de noviembre de 2023, se cumplen veinticinco años de la muerte de Gloria Fuertes y dos años de la muerte de Almudena Grandes. El azar de la vida quiso que estás dos  figuras de las letras universales murieran en el mismo día y mes con una diferencia de veintitrés años.

Considero que nuestras protagonistas también coincidirían en que el mejor homenaje que podemos hacerles es continuar leyéndolas y hablando de sus creaciones literarias.

Como nos decía Machado en uno de sus versos del poema “Retrato”: «Y al cabo, nada os debo; me debéis cuanto he escrito.» Tanto Almudena, como Gloria se debían a sus lectores y su mayor recompensa era, y es, ser leídas. Gloria hizo una poesía que parecía que no se tomaba en serio a sí misma y, sin embargo, no hay poesía más seria que la suya. Como muestra de ello, os dejo un fragmento de su poema “Nota Biográfica”:



Gloria Fuertes nació en Madrid


a los dos días de edad,


pues fue muy laborioso el parto de mi madre


que si se descuida muere por vivirme.


A los tres años ya sabía leer


y a los seis ya sabía mis labores.


Yo era buena y delgada,


alta y algo enferma.


(…)


Sin duda, uno de sus mejores poemas, merece la pena seguir leyéndolo y os animo a buscarlo y conocerlo al completo. No obstante, puestos hablar de su obra, pues ella
misma creó un poema en el que explicaba su forma de trabajar, con título “Telegramas de urgencia escribo”:

Escribo, más que cantar cuento cosas.

Destino: La Humanidad.

Ingredientes: Mucha pena

mucha rabia

algo de sal.

Forma: ya nace con ella.

Fondo: que consiga emocionar.

Música: la que el verso toca

según lo que va a bailar—

Técnica: (¡Qué aburrimiento!)

Color: color natural.

Hay que echarle corazón,

la verdad de la verdad,

la magia de la mentira

—no es necesario inventar—.

Y así contar lo que pasa

—¡nunca sílabas contar!—.

Y nace sólo el poema…

Y luego la habilidad

de poner aquello en claro

si nace sin claridad.


Cuando Gloria prácticamente culminaba su obra literaria, recién comenzaba a resonar el nombre de Almudena  Grandes en los foros. Almudena Grandes Hernández nació en Madrid en el año 1960 y a sus veintiocho años de edad, su vida cambió al ser galardonada con el premio Sonrisa Vertical por su primera novela “Las Edades de Lulú”. Desde entonces no dejó de crear obras literarias, hasta que, en noviembre de 2021, desgraciadamente, murió a  consecuencia de un cáncer que le habían diagnosticado un año y tres meses antes.

Atrás quedan títulos como “Te llamaré Viernes”, “Malena es un nombre de tango”, “Los aires difíciles”, “Los besos en el pan”, “El Corazón Helado”, etc. También la autora de una serie nombrada como “Episodios de una Guerra  interminable” que deja inacabada a falta de su último volumen. No se me ocurre mejor forma de hacer homenaje a

Almudena, que recordando el final de su novela “Inés y la Alegría”, el primer volumen de
su serie, que, muchos años después de leerla, la parte que os cito aún me emociona.

“El 27 de octubre de 1944, tras la incursión fallida de la Operación Reconquista en el Valle de Arán, Inés y Galán, junto a cuatro mil hombres armados se despiden de Sebastián Hernández Romero, alias Comprendes, que ha tomado la decisión de unirse a las guerrillas del monte. El resto se dispone a cruzar la frontera de vuelta a Francia, atravesando los Pirineos. Comprendes se abraza a Galán, en el que, según la escritora, pudo ser el abrazo más largo de sus vidas y tras soltarse se planta serio delante de Inés, levanta el dedo índice y señalándola le dice:

«– Y tú me debes cinco kilos de rosquillas ¿Comprendes? –cuando asentí con la cabeza para aceptar aquel  compromiso, me abrazó a mí también- El día que entremos en Madrid. Que no se te olvide.» Pasaron treinta y dos años, cinco meses y veinte días hasta que Inés pudo cumplir con su compromiso. Comprendes había citado a todos en el cine que habían ido juntos a ver La hija de Juan Simón en el primer permiso que les dieron (como soldados entonces del Ejercito Republicano) en noviembre del 36. Cuando llegaron a la escalinata de entrada del Cine Capitol, la escena del abrazo entre Comprendes y Galán se repitió y tras de sí apareció Inés con su caja de rosquillas en pro de saldar la deuda contraída. Comprendes emocionado ante la escena le dijo:

«- No me esperaba esto ¿Comprendes? –Sebastián Hernández Romero me miró con
las gafas muy sucias, los ojos muy brillantes en cambio- Estaba seguro de que no te ibas acordar.

– Pues me acordado, ya ves –dejé las rosquillas en el suelo y me abalancé entre sus
brazos para no echarme a llorar antes de tiempo- ¿Cómo se me iba a olvidar?»


Todos los Episodios de una Guerra Interminable que escribió Almudena terminan así, con un final feliz, historias de amor y de eterna amistad, historias de gente de a pie, que se relaciona e interacciona con personajes reales de la  historia. Fiel defensora de sus ideales y ejerciendo con maestría de conciencia para un país entero, en voz de los derrotados y de sus herederos. Nos deja un legado eterno que son sus libros y las historias contadas en ellos. Gracias, Almudena, por ser la voz de la Memoria.

Por muchos años que pasen de la muerte de estas dos grandes escritoras, siempre nos quedará el legado de sus obras y no habrá mejor forma de homenajear sus trabajos que re-leyéndolas. Como diría Miguel Delibes en su libro “Mujer de rojo sobre fondo gris” dos mujeres «que con su sola presencia aligeran la pesadumbre del vivir». Si las continuamos leyendo nunca dejarán de estar presentes.

Escribo, más que cantar cuento cosas.

Destino: La Humanidad.

Ingredientes: Mucha pena

mucha rabia

algo de sal.

Forma: ya nace con ella.

Fondo: que consiga emocionar.

Música: la que el verso toca

según lo que va a bailar—

Técnica: (¡Qué aburrimiento!)

 
 
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