Osoji, el infalible método japonés para mantener la casa ordenada
Los nipones ponen en práctica este ritual de limpieza cada 28 de diciembre para entrar en el nuevo año con buen pie y la vivienda reluciente
El 28 de diciembre es una fecha muy diferente para españoles y japoneses. Mientras aquí se celebra el Día de los Inocentes con bromas y programas de cámara oculta en la televisión, los nipones dedican ese día a ordenar la casa para entrar en el nuevo año con buen pie. El método Osoji, que literalmente significa ‘gran limpieza’, es una tradición milenaria japonesa que consiste básicamente en deshacerse de todo aquello que no necesitamos –tanto material como espiritual– centrando nuestra atención en las zonas y rincones de la vivienda a los que apenas dedicamos unos minutos el resto del año como pueden ser techos, ventanas, persianas, muebles de almacenaje, cajones, lámparas…
Este ritual, que inspiró a la mismísima Marie Kondo para elaborar su famoso método de orden y limpieza, va más allá de quitar el polvo de la parte alta de los armarios o retirar la ropa que ya no nos ponemos. La ‘gran limpieza’ también incluye tirar todos los papelotes acumulados en carteras y bolsos, organizar las facturas, separar y archivar los documentos importantes o poner orden en ese cajón de la cocina que se ha convertido con el paso del tiempo en una especie de un agujero negro en el que acumulamos todo tipo de objetos inservibles. «En una casa se puede estar limpiando a todas horas. Pero se puede hacer a tontas y a locas o tener un método para ahorrar tiempo y evitar esfuerzos innecesarios», resume la organizadora profesional Pía Nieto.
Todo a mano y fuera móviles
El Osoji no permite distracciones. De hecho, se aconseja dedicar un día entero a la práctica de este ritual, que los japoneses también se llevan a lo personal. Para ellos entrar en el nuevo año con asuntos o deudas pendientes con amigos o familiares es señal de mal augurio. Estos son los principales pasos de la ‘gran limpieza’ nipona.
Antes de empezar, asegúrate de que tienes a mano todo lo que vas a necesitar: productos de limpieza, cajas, bolsas de basura… El tiempo es oro y este método no permite distracciones, así que «evita hablar por teléfono y silencia las notificaciones del móvil para que no te distraigan», recomiendan en The Home Academy. La clave para una limpieza eficaz está en «aprovechar cada minuto y no interrumpir el trabajo», añade Pía Nieto.
Primero la cocina y el baño
El siguiente paso es abrir puertas y ventanas para ventilar bien la casa. El orden en el que se hacen las cosas también es muy importante en este ritual. Se empieza de arriba hacia abajo y se limpia bien a fondo en el sentido de las agujas del reloj, sin olvidarnos de techos y paredes: mueve muebles, retira alfombras, vacía cajones, armarios, nevera… El aspirador es lo último que se debe pasar.
En el Osoji tampoco se improvisa. Traza un plan de limpieza para ser lo más eficiente posible. La idea es empezar y terminar una habitación por completo antes de pasar a la siguiente. Los japoneses suelen iniciar el ritual por la cocina y el baño porque son las estancias más complicadas. A la hora de deshacerte de las cosas materiales que ya no te sirven o no utilizas, sigue la máxima de ‘si entra algo nuevo, sale algo viejo’. Por cierto, en Japón también practican el Osoji en las oficinas.
Las leyes y reglas del orden
Ley de Parkinson
«Esta ley nos dice que el trabajo se expande hasta llenar el tiempo disponible para que se termine. Es decir, la tendencia a dejar las tareas para otro momento, lo que ahora se conoce como procastinar. Lo mejor en estos casos es fijar una fecha, asignarle un tiempo determinado y comprometerte a hacerlo», explica la organizadora Leticia Pérez, autora del libro ‘Ordena tu casa, tu mente y tu vida’ (Ed. Alienta). Por ejemplo, mañana por la mañana (de 10.00 a 12.00 horas) hago el cambio de armario.
Ley de Carlson
El trabajo ininterrumpido será menos efectivo y te llevará más tiempo que el que se ejecuta de manera continua. «Si estás limpiando el baño o recogiendo la cocina céntrate en eso y elimina todos los ladrones de tiempo (redes sociales, televisión, mandar mails, consultar internet…) para evitar todo tipo de distracciones».
Ley de Pareto
El 20%del esfuerzo genera el 80% de los resultados o el 20% de lo que ordenes y limpies te aportará un 80% de bienestar. «No te obsesiones con hacer más, solo tienes que hacer más de lo que realmente funciona», aconseja la experta.
Ley de la ventanas rotas
Se puede resumir en que el caos solo atrae más caos. «Cuando tenemos un cajón desordenado, nos puede la pereza y nos resulta mucho más difícil poner orden que dejar las cosas como están. Por el contrario, si está ordenado, siempre nos apetecerá más seguir manteniéndolo así de bien y seremos más cuidadosos a la hora de guardar las cosas».
Regla de los dos minutos
Realiza en el momento todas esas tareas que se pueden solucionar en menos de 120 segundos (recoger un vaso de la mesa, meter la toalla que está tirada en el baño en la lavadora, guardar los zapatos en su sitio, limpiar una mancha de tomate de la encimera…). Si no lo hacemos así, las cosas por hacer se van acumulando y al final tenemos que dedicarle más tiempo y esfuerzo.
La regla del uno por uno
‘Cuando algo entra en casa, algo debe salir’. Esta es la máxima por la que se guían la mayoría de organizadoras profesionales. «Esta regla es fundamental para evitar la acumulación de objetos: si compramos un juguete nuevo, deberíamos regalar otro. Si compramos una camiseta, otra tendría que salir de nuestro armario para mantener el equilibrio», argumenta Leticia Pérez.