Los institutos de Granada piden apoyo para solucionar el «grave» problema del uso de móviles

Sin una norma que los prohíba, son los centros escolares los que tienen que buscar las fórmulas para sancionar su uso

Una notificación de Tik Tok los solivianta de tal manera que sienten un irrefrenable deseo de ir al baño a descubrir quién ha interaccionado con ellos en esta red social, maraña de vídeos. La pérdida de atención y también el ciberacoso eran dos de las consecuencias del uso de los móviles en las aulas, algo que está ya prohibido en la gran mayoría de los institutos de Granada. Está vetado su uso, que no su posesión, ya que no pueden registrar mochilas ni evitar que se cuelen a través de la verja que separa el mundo real, del escolar. Son los órganos autónomos de cada instituto los que determinan qué hacer con los teléfonos, si prohibir su uso, si utilizarlos en las clases con fines pedagógicos… todo recae en las decisiones del claustro y el director del centro, que tienen consejos a su alrededor pero no una normativa autonómica que zanje estos vaivenes sobre si sacar un terminal a la pizarra. El que Cataluña se esté planteando regular los celulares en las escuelas, ha abierto el debate de si debe legislarse o si ha de seguir como una norma interna más de cada centro.

En Andalucía, cada instituto debe establecer normas para la utilización de móviles y otros aparatos electrónicos. Desde la Junta recomiendan que el uso de los móviles solo tenga un fin pedagógico, como herramienta dentro del proceso de enseñanza. Recientemente, la consejera de Desarrollo Educativo, Patricia del Pozo, indicó que su Consejería está «dialogando» y «analizando la cuestión del uso de móviles en las aulas por si hubiera que tomar alguna otra decisión», porque resaltó que los centros «tienen autonomía para decidir el uso de los móviles» y confía «en su buen hacer».

Los móviles se han convertido en el «problema más grave» de los institutos porque «es difícil ponerle puertas al campo». José Madero, director del IES Arjé de Chauchina y presidente de Adián, asociación de directores de instituto de Granada, explica que los teléfonos generan falta de disciplina y cirscustancias difíciles como un caso real de unos chavales que le hicieron una foto a una compañera y la subieron a redes con elementos denigrantes. En ese caso, además de las sanciones por haber usado el teléfono, llegó la expulsión.

Madero cuenta cómo cada instituto pone sus normas sin un protocolo claro, algo que les ayudaría, sin duda, a establecer unos límites y un control, aunque esta opción le genera dudas entre los que valoran la autonomía de los centros para todo.

«Si vemos a algún alumno usando el móvil los retiramos, pero en la mayoría de los casos nos llaman las familias rápidamente para que los devolvamos», apunta el representante de los directores de instituto que manifiesta que estaría bien que la Junta estableciese la prohibición de los móviles en los centros escolares sin que los institutos pierdan esa potestad de aplicar la medida de control.

El IES Los Neveros de Huétor Vega es pionero en esta batalla contra los teléfonos. De hecho, el director, Juan de Dios Rodríguez, define su instituto como «móvil free». El invento de este equipo directivo fue poner una caja para depositar los dispositivo y que así no hubiese ni siquiera tentaciones de mirarlo. Que algunos móviles sigan entrando al centro es totalmente imprescindible porque algunos alumnos los necesitan para sus desplazamientos, pero se quedan apagados en la caja. Si algún padre tiene que decir algo, están abiertos los cauces de toda la vida.

Desde que quitaron los móviles de la circulación dice el director que «tan solo han visto beneficios». «Antes los niños estaban pendientes del móvil y ahora nadie los usa. Ni los profesores. No somos conscientes de la gravedad de lo que se puede hacer con el móvil. El bulling no cesa con las redes sociales».

Los teléfonos generaban problemas de convivencia dentro de este centro de Huétor Vega. «De hecho, cuando un alumno se peleaba con otro avisaban antes a sus padres que nos reclamaban una información que nosotros no teníamos todavía», explica Juan de Dios Rodríguez que ahora dice que los niños están «realmente allí», pendientes de las clases y mirándose a la cara en el recreo».

Las familias están preocupadas y también apuestan por una regulación. «A los hijos hay que educarlos, no darles el móvil para que se callen». Rosa Funes, presidenta de Fampa Alhambra –federación de ampas de Granada– entiende que la escuela no es un lugar para estar con los teléfonos y que hay que educar en esa responsabilidad.

En el instituto Fray Luis de Granada está «totalmente prohibido el uso del teléfono». Además informan a las familias de que lo ideal es que no lo lleven y si lo llevan, que permanezca apagado en las mochilas. «Los requisamos cuando los usan, los recogemos y se los entregamos a los padres», apunta Miguel Ángel Honrubia. En este centro ya intentan que tampoco se usen en el aula con fines pedagógicos para casi ninguna actividad. Piensan que para eso están el resto de dispositivos digitales. «Si es algo inevitable, mandamos una autorización para que la firmen los padres». El director de este centro de Granada valora la autonomía del instituto para prohibir el móvil pero entiende que debería existir «una regulación global» sobre el teléfono y los menores, que les ayudase a controlar el uso de los dispositivos.

Apagados

Aunque algunos profesores lo ven como una herramienta útil para trabajar con ciertas aplicaciones, en los institutos intentan que esto se produzca cada vez menos para intentar alejar los móviles de las aulas, de los recreos y que no lleguen a entrar a los centros o lo hagan completamente apagados.

Desde el IES Villanueva del mar de La Herradura su director, José Luis Contreras, expresa que «la mayoría de los directores querrían una regulación de los móviles que no les eche el peso encima». Él, en su centro, también le ha declarado la guerra a los teléfonos y espera que esto se vaya controlando con el tiempo. «Echamos de menos una regulación porque recae en cada centro», señala este director que cree que hay que controlar los dispositivos en los menores porque generan problemas de convivencia. En su instituto ya no requisan teléfonos, ya que esto les suponía un conflicto con algunas familias.

En el IES Mariana Pineda también está prohibido el uso y cuentan que fue difícil cambiar la inercia pero que traían problemas de convivencia y de falta de concentración. Los partes son la herramienta para que se cumpla la normativa. La comunidad educativa, preocupada por el mal uso que se le puede dar a los móviles por parte de los menores, espera alguna regulación que les ayude a controlar estos dispositivos.

Laura Ubago

Un alumno del instituto Los Neveros de Huétor Vega deposita su teléfono en la caja donde se quedan ‘custodiados’. Pepe Marín

https://www.ideal.es/granada/comunidad-educativa-granada-reclama-apoyo-alejar-moviles-20231127235902-nt.html

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