Los expertos alertan del riesgo del virus de la gripe este invierno e insisten en la vacuna

La falta de exposición al virus y la relajación de la prevención podrían traducirse en una incidencia «más intensa» este año

El estallido de la pandemia por coronavirus en 2020 trastocó por completo el ciclo epidemiológico natural de la gripe estacional, habitual en los meses de invierno. Con la implantación de medidas preventivas tan exhaustivas para hacer frente a la covid-19 –como el distanciamiento social, el uso de mascarillas en interiores o la desinfección constante con gel hidroalcohólico–, parecía haber «desaparecido».

Tres años después, estos hábitos se han relajado, un factor a tener en cuenta y que, unido a la falta de exposición al virus, podría traducirse, alertan los expertos, en una incidencia «más intensa» esta temporada, consecuencia de la baja inmunidad que presenta la sociedad actual. Ante esta situación, la principal recomendación es obedecer las pautas de la campaña de vacunación, especialmente menores de 5 años y mayores de 60. Estos últimos entran este año por primera vez en el cupo establecido por la Junta de Andalucía para vacunarse, que hasta 2022 partía de los 65. La consejería de Salud ha trasladado a este periódico su preocupación ante la «resistencia» que está demostrando este nuevo grupo tanto en la provincia de Granada como en el resto de la comunidad autónoma. De hecho, es una problemática que se está dando en toda España.

«El cambio de temperaturas de este otoño veraniego hace que sea menos frecuente la incidencia, así que no percibimos el virus con tanta peligrosidad y mucha gente no se vacuna», explicó a IDEAL el médico especialista en Medicina Preventiva, Epidemiología y Salud Pública José Martínez Olmos, también docente en la Escuela Andaluza de Salud Pública.

Según él, «lo más probable es que se retrase la ola». El pico de contagios de gripe estacional suele producirse entre finales de diciembre y finales de enero, pero este invierno la incidencia podría llegar más tarde. «La cuestión es que estamos a tiempo. Los servicios sanitarios tienen las vacunas y los profesionales y la sociedad, la accesibilidad para aprovechar esta oportunidad», insistió el doctor.

Por su parte, la catedrática y directora del departamento de Medicina Preventiva y Salud Pública de la Universidad de Granada, Aurora Bueno, señaló que «las temporadas pasadas no hemos tenido gripe porque hemos tenido unas medidas preventivas exhaustivas con el coronavirus». Es decir, al llevar desde 2020 con una circulación muy baja de gripe, «el riesgo es cada vez más alto porque la inmunidad se va desvaneciendo», advirtió.

Por lo tanto, «cuando venga una ola es posible que haya muchos más casos y que la incidencia sea más intensa», aunque no hay indicio de que vaya a circular ningún virus no contemplado en la vacuna de la gripe y en el caso del covid, que se produzca una ola dependerá de si aparece una cepa que se salte la barrera inmunitaria. Sea como sea, «nos vamos a enterar cuando empiece a circular por Europa».

La red de médicos centinela toma muestras a la población en atención primaria y hospitalaria para saber «qué está circulando». «El problema es que todo puede cambiar de una semana a otra y lo recomendable es vacunarse mínimo dos semanas antes de que aparezca el virus, así que el momento ideal para vacunarse es ahora», subrayó Bueno.

Predecir la incidencia «es siempre un misterio» porque el virus de la gripe muta rápidamente. La vacuna se produce anticipándose a cuál va a ser la cepa prevalente ese año. «A veces, se acierta de pleno y otras, no tanto», apuntó el catedrático de Bioquímica y Biología Molecular de la UGR, experto en Inmunología, Ignacio Molina. Según él, «no podemos olvidar que su tasa de mortalidad es apreciable, no es un patógeno completamente inocuo».

«Se le tiene poco respeto porque se confunde con los resfriados comunes cuando son completamente diferentes y conlleva complicaciones muy severas», resaltó Molina. Cada año, dependiendo de las cepas, se registran en España entre 2.000 y 15.000 muertes por gripe, por lo que «es fundamental mantener el nivel de inmunidad en la población».

La vacuna de la gripe ha demostrado una protección eficaz, no provoca efectos secundarios y fomenta el mantenimiento de la calidad de vida, motivo por el que muchas empresas se la financian a sus trabajadores. Se la puede poner todo el mundo, pero está especialmente indicada en mayores de 60 años, considerados de riesgo, además de en personas con patologías crónicas, cardiovasculares o pulmonares, con tensión arterial o diabetes, entre otras.

También recomiendan su administración a niños menores de 5 años, «porque no han tenido exposición previa al virus y son los que más contribuyen a difundir la enfermedad». A eso se suma la Navidad, época de encuentros y reuniones que multiplica los contagios. Por eso, «es importante adoptar medidas como la distancia social o el uso de mascarillas, que han funcionado razonablemente en el covid, y vacunarse para aumentar la inmunidad».

Sara Bárcena