Los delitos sexuales crecen en España casi un 12% con un incremento de las agresiones en grupo
Los menores de edad supusieron el 44,5% del total de las víctimas, según la última estadística del Ministerio del Interior
La cifra de delitos sexuales sigue su escalada en las estadísticas de criminalidad. El último informe específico sobre los ataques a la libertad sexual elaborado por el Ministerio del Interior, y referido a 2022, muestra que desde 2016 ―y con la única salvedad de 2020, el año del confinamiento por la pandemia, cuando se desplomaron todos los índices de criminalidad― este tipo de delitos no ha dejado de aumentar. El año pasado, las fuerzas de seguridad tuvieron conocimiento de 19.013, frente a los 17.016 del año anterior, lo que representa un 11,7% más. El adelanto del balance de criminalidad de los nueve primeros meses de 2023, hecho público por Interior hace dos semanas, apunta a que esta tendencia ascendente se mantendrá también este año.
No es el único dato preocupante. La estadística, dada a conocer este viernes, refleja también que en 2022 fueron 8.337 las menores de edad víctimas de algún delito sexual, lo que representa el 44,5% del total. No obstante, este porcentaje supone un descenso respecto al del año anterior, cuando, con 8.317 casos, supusieron el 49% del total. El informe destaca un segundo dato negativo: el aumento, “paralelo al crecimiento de los delitos sexuales”, de las agresiones sexuales cometidos por dos o más personas, que han pasado de 573 en 2021 a 632 el año pasado, el más alto de la serie histórica. No obstante, Interior destaca que los ataques a la libertad sexual “gozan de un alto grado de eficacia policial, pues durante el año 2022 se esclarecieron el 79,8% de los mismos”.
El nuevo informe de Interior no detalla las posibles causas de esta escala sostenida, aunque desde hace varios años los distintos ministerios implicados ponen matices al mismo. De hecho, el último balance de criminalidad, el referido a los primeros nueve meses de 2023, insistía, como en anteriores ocasiones, que el incremento está relacionado “con las activas políticas de concienciación y de reducción de la tolerancia social y personal frente a este tipo de hechos delictivos, que se traducen en una mayor disposición de las víctimas a denunciarlos y a poner sus casos en manos de las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad, lo que reduce los niveles de infradenuncia existentes en relación con estos tipos penales”. El propio ministro Fernando Grande-Marlaska, en su comparecencia en el pleno del Congreso del miércoles, apuntó en este mismo sentido después de que el diputado de Vox Ignacio Gil Lázaro le recriminara el aumento de estos delitos. “Sí, para mí es muy preocupante. Toda la violencia hacia la mujer es muy preocupante, pero se ha olvidado usted de una cosa muy clara, esta sociedad ya tolera mucho menos y denuncia mucho más”, le respondió Grande-Marlaska.
En el informe hecho público este viernes, Interior desglosa por primera vez los datos sobre la relación entre los agresores y sus víctimas. Así, en el caso de las víctimas de sexo femenino ―el 86% del total―, en el 73,6% no había ningún tipo de relación con el agresor; en el 4,1% de los casos se produjo dentro de la pareja —cónyuge (0,4%), pareja (1,6%), expareja (2,1%) y en proceso de ―separación o divorcio (0,1%)—; y en el 6% ocurrieron dentro de la propia familia —padre o madre (0,7%), hijo o hija (2,2%), resto de familiares (3,1%)—. Los vecinos o conocidos supusieron el 0,7%; los amigos, el 3,3%; los compañeros de trabajo, el 1,7%, y las personas del entorno escolar, un 1%. La estadística adjudica al apartado “otra relación” el 5,8% restante. Por modalidad delictiva, las agresiones y abusos sexuales con penetración (1.558) se cometieron principalmente contra mujeres situadas en la franja de edad entre 18 y 30 años, aunque no muy lejos de están las menores de edad, con 1.361 casos. Estas últimas representan, sin embargo, el principal grupo de las que sufrieron abusos y agresiones sin penetración (4.992).
Interior recoge en su informe que, “contrariamente” a lo que sucede con las víctimas, el perfil predominante entre los 11.699 detenidos o investigados por un delito contra la libertad sexual es el de hombre (90%), de nacionalidad española (64,2%) y situado en la franja de edad entre los 41 y los 64 años (32,9%). No obstante, entre los agresores identificados también hay un numero importante de menores, al contabilizarse 1.031 entre los 17 y los 14 años (edad de inicio de la responsabilidad penal), que representan el 8,8% del total.
La estadística de Interior resalta que, en 2022, aumentaron los delitos sexuales cometidos por dos o más personas respecto a años anteriores. El mayor incremento se ha producido en agresiones y abusos sexuales con penetración, que pasaron de 188 en 2021 a 218 el año pasado. No obstante, la modalidad delictiva que sigue acaparando el mayor número de casos perpetrado es grupos son las agresiones y abusos sin penetración, con 414 casos, que representan el 65,5%. Sobre el total, los delitos sexuales cometidos por dos o más personas suponen el 4,2%, lo que representa un ligero retroceso respecto a los porcentajes de los años anteriores.
El informe refleja también la existencia de espacios donde se producen más habitualmente este tipo de delitos. Así, 9.712 (el 51%) se produjo en viviendas o espacios anexos, seguido a distancia por los perpetrados en vías públicas, como calles, caminos o áreas de servicios, donde se perpetraron 3.704 (19,3%). También existe territorialidad si se atiende al criterio de número de agresiones sexuales por cada 100.000 habitantes. En este caso, el informe sitúa “a Islas Baleares, Ceuta, Canarias y Navarra como los lugares con más de estos delitos”. En números absolutos, sin embargo, son Cataluña (3.671 casos), Andalucía (3.067), Madrid (2.663) y Comunidad Valenciana (2.390), las comunidades con mayor población, las que registran más hechos conocidos.
Ciberdelitos sexuales
Esta tendencia general al alza no tiene reflejo, sin embargo, en los delitos sexuales cometidos en internet, donde se ha producido un ligero retroceso, con 1.750 hechos conocidos frente a los 1.756 del año anterior. La cifra es, de hecho, sensiblemente inferior a la de 2020, el año de la pandemia y el confinamiento y, por tanto, de mayor actividad de la ciberdelincuencia, cuando fueron 2.029, récord histórico; pero también es menor que la de 2019, el año que se sigue tomando como referencia estadística, ya que fue el anterior al inicio de la crisis de la covid, periodo en el que se registraron 1.804.
La ciberdelincuencia sexual muestra perfiles aún más marcados que en la convencional, tanto en la tipología delictiva como en las víctimas y agresores. Así, los tres principales delitos —la pornografía de menores, el acoso de adultos a menores de 16 años con fines sexuales o grooming y la corrupción de menores e incapacitados— concentran el 74,1% de todos los hechos conocidos por las fuerzas de seguridad. Este dato se traduce además en que ocho de cada 10 víctimas fueron el año pasado menores de edad, la mayoría por debajo de los 13 años. De las 1.248 víctimas conocidas, el mayor porcentaje fueron mujeres (el 68%) y la inmensa mayoría tenían nacionalidad española (89,9%).
Sobre los ciberdelincuentes sexuales, la estadística de Interior refleja que los de sexo femenino “son prácticamente residuales” (28 detenidas o investigadas frente a 748 hombres) y que el porcentaje más alto se sitúa en hombres en la franja de edad entre 41 y 64 años (el 36,7%), seguido de los que tenían entre 18 y 30 años (el 29,5%). El 83,8% de los arrestados eran españoles.
Isabel ValdésÓscar López-Fonseca