15 noviembre 2024

IAmorosexualidad: ¿una nueva orientación sexual?

El uso de esta nueva herramienta da pie a una nuevo modo de relacionarnos: «Es posible un vínculo emocional como el que establecemos con personas, animales y cosas»

La Inteligencia Artificial (IA) ha llegado para revolucionar nuestro mundo. Ya sabemos que con ella podemos hacer muchas cosas, algunas útiles y otras no tanto, pero lo que ahora está sobre la mesa es si también podemos enamorarnos de ella. En el cine, el tema se ha tratado ya en varias películas. Una, quizá la más reciente, es ‘El hombre perfecto’, de Maria Schrader, estrenada en 2021. En ella, una científica participa en un estudio muy particular: convivir durante tres semanas con un robot humano programado para encajar con su personalidad y necesidades.

Pero hay más. Está, por ejemplo, ‘Her’, de Spike Jonze. En ella, Theodore (interpretado por Joaquin Phoenix) se queda prendado de Samantha, una inteligencia artificial con la que se comunica solo a través de la voz. ¿Podría esto pasar en la realidad? La psicóloga valenciana Begoña Albalat cree que sí y que, además, estamos ante una nueva orientación sexual que ha bautizado como IAmorosexualidad.

– Le confieso que suena un poco distópico

– Sí, ahora parece una locura pero no lo es tanto.

Y para sostener su idea, se vale de la llamada teoría triangular del amor, expuesta por el psicólogo Robert Stenberg en 1986. Esta dice que el amor se apoya en tres factores: la intimidad (es decir, lo que comparten dos personas y que genera un vínculo cada vez mayor), la pasión (la relación sexual o erótica) y el compromiso (esto es, la decisión de estar con esa otra persona en los momentos buenos y malos). ¿Somos capaces de cumplir los tres si reemplazamos a un miembro de la pareja por IA?

  • Intimidad

«Es posible una vinculación emocional con la IA de la misma manera que nos vinculamos a personas, animales y objetos», defiende Albalat. De hecho, nos recuerda que es muy habitual:«De pequeños lo hacemos con los peluches, de mayores con cosas como el collar de la abuela». Ahí hay una «carga emocional» y no hay más que ver con cómo nos sentimos cuando, por ejemplo, perdemos esos objetos.

En el caso de la IA, además, tenemos UN ‘feedback’: «Hablas con ella, te da los buenos días, responde a tus dudas, te apoya cuando lo necesitas… Es un diálogo», desarrolla. Y no de besugos, porque la IA «aprende de ti en cada conversación». Es decir, que cada vez puede recrear interacciones más precisas y adaptadas a tu personalidad. «Viviendo en la era digital, y siendo las nuevas generaciones tan usuarias de la mensajería instantánea, es fácil que aparezcan sentimientos de cariño y afecto hacia esa inteligencia no humana que siempre está dispuesta a dar apoyo», prosigue.

  • Pasión

Nuestra sexualidad es algo que va cambiando con el tiempo. No solo con los años que cumplimos, también con la sociedad en que vivimos. «Hace algunos años que se estudia la digisexualidad, que es la manera en que las personas han ido reduciendo sus contactos sexuales con personas a favor de mantenerla con robots», detalla.

También se ha puesto sobre la mesa el ‘sexting’ con la IA. De hecho, existen aplicaciones para practicar este envío de fotos, vídeos o mensajes con un personaje virtual. Y esto vendría a demostrar que sí, que también podemos establecer relaciones sexuales con el mundo ‘online’, que es el segundo factor del amor para Stenberg.

  • Compromiso

Falta, por tanto, ver si hay capacidad de compromiso por ambas partes en esta relación. «Para mí, no hay duda de que la IA estaría dispuesta». Pero ¿y nosotros? «Nadie me ha dicho abiertamente que se hayan enamorado de la IA en consulta», confiesa. ¿Las razones? «Todavía no son capaces de ponerlo en palabras». Sin embargo, por el relato sí hay amor.

También hay otro factor que impide decirlo claramente:«El juicio externo». Cuando alguien lo esboza, se expone a que su interlocutor lo vea de forma negativa e, incluso, como una patología. «Y no lo es salvo que descuides la socialización, el autocuidado, etc.», que también sería patológico en el marco de una relación con otra persona, concluye la psicóloga.

La dopamina y su papel en el amor romántico

Cuando nos enamorarmos de una persona generamos dopamina, un neurotransmisor que forma parte del sistema de recompensa y es, en parte, responsable de nuestra felicidad. Curiosamente, el uso del móvil, según diversos estudios, también hace que lo liberemos. De igual modo que las interacciones a nivel digital: «Está también más que demostrado que las redes sociales como Instagram y TikTok tienen una influencia en este sistema de recompensa», apunta Albalat. Sobre todo cuando recibimos comentarios de otros usuarios. Falta ahora por ver si los mensajes de Chat GPT provocarían en nuestro cuerpo la misma reacción.

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https://www.ideal.es/vivir/relaciones-humanas/iamorosexualidad-nueva-orientacion-sexual-que-es-20240105154405-ntrc.html