Cuando creíamos que lo habíamos visto casi todo en este culebrón venezolano que es la política española tras las elecciones del 23J, han llegado las señoras de Podemos y, desde el cajón de sastre en que se ha convertido el Grupo Mixto, han apretado el botón rojo para demostrarnos que la revancha será refinada y tortuosa.

No ha dado margen Belarra a que pasen las rebajas de enero ni el febrerillo loco de sequía cuando ya se han vestido de nazarenas todas anunciando que llega la cuaresma (con minúscula intencional), el inicio de la penitencia para el gobierno de Sánchez&Díaz. El pecado cometido de no mantenerlas como ministras estaba claro que tendría consecuencias y aquí llega la primera, con esta bofetada a la Ministra Yolanda Díaz que han dado en la cara de los españolitos que están en paro no apoyando el nuevo decreto laboral para aumentar el subsidio de desempleo.

Y ahí hemos visto cómo se entremezclaban los votos de las herederas de Pablo Iglesias (el amado líder siempre en la sombra que marca los designios podemitas) con los de Vox, formando una pócima que andamos tratando de comprender en términos de lo que hasta ahora ha sido la política. Y ahí está el error: en que en este tiempo no hay política de estadistas defendiendo España; son negocios extraños, una ofensiva sin cuartel que se va a llevar por delante aquel totum revolutum que salió del 15M cuando Pablo, Monedero y Errejón planearon tomar los cielos por asalto y montaron unos círculos que ya se ha visto que sólo sirvieron cuando les daban la razón.  

Luego ha ido viniendo la debacle por fascículos, porque esta gente creyó que gobernar era un juego delirante donde sólo cabían dos opciones: victoria o muerte. Y ellos piensan morir matando a quienes antaño fueron sus compañeros de viaje, incapaces de olvidar el desprecio de Yolanda estos meses, esa voluntad de hacerlas transparentes. A la gallega, ahora renegada de la fuerza morada, se le ha olvidado que esta gente se ha leído simultáneamente y a saltos ‘El arte de la guerra’ de Sun Tzu y la saga de ‘Juego de tronos’ de George R. R. Martin y parecen tener un caos mental que parece una versión castiza de ‘Los Buddenbrook’ de Thomas Mann. O sea, un sindiós que no hay por donde cogerlo. Mira que ya lo avisaba Iglesias Turrión cuando, en los buenos tiempos de coche oficial y poder chulesco, identificaba a su partido con Khaleesi, protagonista de ‘Juego de tronos’, un personaje pleno de ambición y sin principios que no se ajustaran a su beneficio. Digo, Khaleesi, naturalmente, vayamos a confusiones.

Lo cual que, ahora más que nunca y con la guerra entre sus socias de antaño Pedro Sánchez va a tener que sobrevivir al manoseado proverbio estoico de “hacer de la necesidad virtud”, pero ya no sólo aplicado a los deseos descabellados de Puigdemont, sino de algo más de medio hemiciclo que exige una parte del botín poselectoral. Sin olvidar, naturalmente, las venganzas, los puñales por la espalda y la oposición PP-Vox, que resulta lo más llevadero de estos días. Si hubiera sabido que el trasfondo de la frase era esta, lo mismo ahora estaría liderando la OTAN o en otro cargo de relumbrón internacional. Cualquier cosa antes que soportar esta agonía que sólo acaba de comenzar.

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