Debió generarle gran satisfacción y un enorme sosiego a la mano que vertió veneno en una urbanización granadina.

Veneno en el comedero de gatos que se alimentaban y vivían en ella, sin hacer más daño que su presencia. Hay gentes que viven en la Edad Media, que aún no han comprendido el valor de la vida, que no entienden que no estamos solos aquí, que ellos son solo habitantes sin más derechos que los demás. Gentes que deciden coger matarratas y verterlo en la comida que otros dejan para los gatos que acuden hasta los comederos, que caminan silenciosamente entre nosotros y que ni roban ni engañan ni quitan nuestro tiempo con sandeces. Y los matan, hacen que sus órganos revienten y mueran porque, para estas gentes, estos animales no tienen derecho a la vida entre nosotros; y ellas, estas gentes, tienen derecho a matarlos, caiga el que caiga, tenga dueño o sea libre, maúlle o calle.

Vivimos tiempos en los que aquello que no produce no tiene importancia. El ministro Wert dijo que hay que estudiar lo que dé riqueza, más o menos, y hay quienes piensan que solo debe permitirse la vida a quienes nos dan algo de provecho según sus propios valores. Y así, nos encontramos con asesinos de animales que conviven con nosotros, o asistimos tranquilamente al cierre de la Sociedad Protectora de animales y plantas de Granada definitivamente en las instalaciones cedidas por la Diputación de Granada en Fuentevaqueros, por motivos de reforma el próximo 20 de febrero. Esos perros tienen un oscuro futuro, pero no importa, no son ni carreteras ni pantanos ni votan. En este caso, solo son perros ajenos.

publicado: https://www.ideal.es/opinion/juan-de-dios-villanueva-roa-perros-gatos-20240131001717-nt.html

FOTO: https://fundacioncadisla.com/project/parque-pipi-can/parque-pipi-can/

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