24 noviembre 2024

Realmente, hay personas, que nos impulsan, nos aportan, que suman, que nos dan la posibilidad de ver el mundo con otros ojos.

La gente así, es la gente que nos gusta, que merece la pena conocer, que vale la pena ser su amigo, que es bueno estar cerca, son personas que nos enriquecen. Son personas que suman, que aportan, que nos elevan y nos empujan en dirección a nuestros valores y metas.

El tipo de persona que te gusta explica mucho sobre tu personalidad. Que una persona nos atraiga no habla solo del tipo de personas que físicamente nos parecen atractivas, también revela datos sobre los valores, carencias emocionales y aspectos de nuestra personalidad.

Si nos gustan las personas espontáneas que viven la vida al límite, es posible que nosotros también queramos vivir estas experiencias. Si no somos así, puede que las queramos vivir a través de la otra persona.

Si nos atraen las personas analíticas que tienen un gran sentido común y lógica, puede que seamos una persona decidida y segura de nosotros mismos. Nos gustan las cosas bien hechas y somos asertivos en cuando a nuestras necesidades.

Si somos una persona disciplinada y que gestiona bien sus emociones, quizás nos atraigan las personas responsables. Una persona que no es responsable no podrá ponerse de frente ante los problemas de la relación.

Si nos gustan las personas cariñosas y alegres con todos, puede ser que prefiramos tener el control o sentirnos atraídos por aquellos que no son complicados para tener una relación.

Y yo diría como cuenta Benedetti:

Me gusta la gente que vibra, que no hay que empujarla, que no hay que decirle que haga las cosas, sino que sabe lo que hay que hacer y que lo hace. La gente que cultiva sus sueños hasta que esos sueños se apoderan de su propia realidad. Me gusta la gente con capacidad para asumir las consecuencias de sus acciones, la gente que arriesga lo cierto por lo incierto para ir detrás de un sueño, quien se permite huir de los consejos sensatos dejando las soluciones en manos de nuestro padre Dios.

Me gusta la gente que es justa con su gente y consigo misma, la gente que agradece el nuevo día, las cosas buenas que existen en su vida, que vive cada hora con buen ánimo dando lo mejor de sí, agradecido de estar vivo, de poder regalar sonrisas, de ofrecer sus manos y ayudar generosamente sin esperar nada a cambio.

Me gusta la gente capaz de criticarme constructivamente y de frente, pero sin lastimarme ni herirme.
La gente que tiene tacto.

Me gusta la gente que posee sentido de la justicia.

A estos los llamo mis amigos.

Me gusta la gente que sabe la importancia de la alegría y la predica. La gente que mediante bromas nos enseña a concebir la vida con humor.

La gente que nunca deja de ser aniñada.
Me gusta la gente que con su energía, contagia.

Me gusta la gente sincera y franca, capaz de oponerse con argumentos razonables a las decisiones de cualquiera.

Me gusta la gente fiel y persistente, que no desfallece cuando de alcanzar objetivos e ideas se trata.

Me gusta la gente de criterio, la que no se avergüenza en reconocer que se equivocó o que no sabe algo. La gente que, al aceptar sus errores, se esfuerza genuinamente por no volver a cometerlos.

La gente que lucha contra adversidades.
Me gusta la gente que busca soluciones.
Me gusta la gente que piensa y medita internamente. La gente que valora a sus semejantes no por un estereotipo social ni cómo lucen. La gente que no juzga ni deja que otros juzguen.

Me gusta la gente que tiene personalidad.
Me gusta la gente capaz de entender que el mayor error del ser humano, es intentar sacarse de la cabeza aquello que no sale del corazón.

La sensibilidad, el coraje, la solidaridad, la bondad, el respeto, la tranquilidad, los valores, la alegría, la humildad, la fe, la felicidad, el tacto, la confianza, la esperanza, el agradecimiento, la sabiduría, los sueños, el arrepentimiento y el amor para los demás y propio son cosas fundamentales para llamarse GENTE.

Con gente como ésa, me comprometo para lo que sea por el resto de mi vida, ya que por tenerlos junto a mí, me doy por bien retribuido.

O como dice el poema de Hamlet Lima Quintana:

Hay gente que con solo decir una palabra, enciende la ilusión y los rosales;
Que con solo sonreír entre los ojos, nos invita a viajar por otras zonas,
nos hace recorrer toda la magia.

Hay gente que con solo dar la mano, rompe la soledad, pone la mesa, sirve el puchero, coloca las guirnaldas,
Que con solo empuñar una guitarra, hace una sinfonía de entrecasa.

Hay gente que con solo abrir la boca, llega a todos los límites del alma, alimenta una flor, inventa sueños, hace cantar el vino en las tinajas, y se queda después, como si nada. Y uno se va de novio con la vida, desterrando una muerte solitaria
pues sabe que a la vuelta de la esquina, hay gente que es así, tan necesaria.

Porque como escribe mi amigo Alex Rovira, esta buena gente es la que nos hace la vida más llevadera cuando ésta se complica y se pone cuesta arriba; ellos son el consuelo en el dolor, incluso los que hacen que las crisis, las travesías del desierto, puedan acabar en oasis, o igual en paraísos.

Valoramos lo auténtico, porque el hecho de que se unan los verbos decir y hacer es la más maravillosa de las casualidades.

Me gusta la gente que acepta a los demás tal y como son, que no prejuzga, que no critica. Me gustan porque conocen sus límites y saben bien que aunque no es oro todo lo que reluce, siempre hay algo en el interior de las personas que merece una sonrisa. Y es que nos gustan las personas que se parecen a nosotros y nosotras.

FOTO: Me gusta la gente que posee sentido de la justicia» | Foto: Remitida 

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