Correa Urinaria
«Urinary leash» Historia de los baños separados por sexo y el intento de mantener a las mujeres fuera del espacio público.
Nuestros derechos nunca son adquiridos
La sociedad general da por hecho que los baños separados por sexo son algo básico, sin embargo, hemos olvidado que no siempre existieron para las mujeres, como con todo, tuvimos que luchar por tener estos espacios.
En la actualidad estamos viendo como nuestros espacios están en riesgo, por lo que es importante recordar la historia de las mujeres, esa que no nos cuentan.
Historia
Hasta la época victoriana no aparecieron los baños cerrados, pero en un primer momento eran sólo para varones.
Por supuesto, esto afectaba la capacidad de las mujeres de salir de casa.
Para hacer frente a la falta de baños bebían menos agua, aguantaban la orina durante horas o tenían que pasar menos tiempo en los espacios públicos.
«En el Omnibus» de Maurice Delondre (1880)
Las mujeres que querían viajar tenían que planificar su ruta para incluir áreas donde pudieran hacer sus necesidades, casi nunca viajaban mucho más lejos de donde vivían familiares y amigos.
A esto se llama la «correa urinaria» o “urinary leash”, ya que las mujeres solo podían recorrer la distancia que sus vejigas les permitían.
La falta de acceso a los baños impide el acceso de las mujeres a los espacios públicos. Sin duda fue una forma de controlar sus movimientos y mantenerlas fuera de esos espacios.
Lucha de las mujeres
Tras la invención del primer inodoro (1851) se creó la Asociación Sanitaria de Señoras (Ladies Sanitary Association) para hacer campaña a través de conferencias y de la distribución de folletos. Tuvieron algo de éxito, ya que se abrieron algunos baños de mujeres.
Mujeres de la WSPU – Flora Drummond, Christabel Pankhurst, Annie Kenney, Emmeline Pankhurst , Charlotte Despard, con otras dos compañeras, 1906–1907
Luego surgió un segundo grupo llamado Unión de Asociaciones Liberales y Radicales de Mujeres (Union of Women’s Liberal and Radical Associations), que hizo campaña para que las mujeres de la clase trabajadora tuvieran baños públicos en Camden. Los planes para un baño de mujeres se retrasaron varios años, ya que los hombres se opusieron a que los baños de mujeres estuvieran situados al lado de los de hombres.
Respuesta patriarcal
Los planes para la creación de baños para mujeres eran atacados constantemente. Cuando se instaló un modelo de inodoro para mujeres en Camden High Street, los hansom cabs (coches de caballos taxi, conducidos por hombres) se estrellaron deliberadamente contra el inodoro para demostrar que estaba en un sitio muy inconveniente.
En la actualidad
La política de inodoros para mujeres todavía está presente hoy en día dentro de la sociedad.
La UNESCO recomienda inodoros de un solo sexo para impulsar el acceso de las mujeres a la educación. Una de cada 10 niñas africanas no asiste a la escuela durante la menstruación. 46 millones de mujeres en Etiopía y 355 millones de mujeres en India no tienen acceso a retretes seguros.
Nuevo ataque patriarcal, espacios en riesgo
Los baños públicos de mujeres siempre han sido algo político.
Actualmente estamos viviendo una clara manifestación del sistema patriarcal, las necesidades sanitarias todavía insatisfechas de las mujeres alrededor del mundo tienen menos publicidad e importancia que las problemáticas derivadas de las nuevas “identidades de género”, y que ante esas problemáticas se avance sobre los espacios de las mujeres antes que sobre los privilegios de los varones es una muestra más de ello.
Curiosidad
El Museo de Londres exhibe un rollo de papel higiénico con la imagen de una mujer sentada con un traje victoriano y la leyenda:
«¿Sentarse cómodamente? Gracias al coraje y la tenacidad de las mujeres pioneras en la ley, ahora todas podemos.»
Fuentes: