«HASTA LA VISTA, PACO» por Remedios Sánchez
Con la misma discreta elegancia que lo caracterizó siempre se nos ha marchado hoy, casi en silencio, el último intelectual de una generación irrepetible para Granada. Me refiero, claro, a Paco, Francisco Gil Craviotto, el hombre bueno y sabio que era la memoria viva, el último que podía ponerle los nombres exactos a la ciudad que ya no existe.
Porque hubo un tiempo, no hace demasiados años, en que si subías por la calle recogidas, te podías encontrar con el cronista Juan Bustos camino de Ayuntamiento, tomar luego un café con Paco Izquierdo en Plaza Nueva mientras te contaba como había intentado crear una academia que respondiera a la verdad polifónica de la literatura granadina; tras un rato donde te acercaba también alguna de las anécdotas más sabrosas de su faceta como editor madrileño, aparecía también Pepe Ladrón de Guevara.
Más tarde, y si ese día oficiabas de paseante y tenías la jornada libre para poder aprender, lo conveniente era acercarte a la Carrera de la Virgen para saludar a nuestro Paco Gil Craviotto y José Antonio Mesa Segura, el nieto del gran periodista, que fue Mesa de León, cuando por escribir un artículo o una columna, te jugabas la cárcel. La suya era una memoria prodigiosa en la que, a pesar de haber estado tantos años viviendo en París, cabían todos los sucesos grandes y pequeños de esta vida de provincias en blanco y negro, con sus nombres y sus detalles.
Gil Craviotto era un notable novelista, un sagaz periodista, un sobresaliente crítico literario,, un excelente conversador y un excepcional biógrafo.  Y ahora, cuando se nos ha ido , es cuando nos daremos cuenta de que vamos perdiendo todos los referentes, de que todos esos nombres que he citado (y muchos más) ya no están y quedan pocas personas que les den su sitio. Porque Paco era de dar el sitio a todo el mundo, aunque él se quedara de pie. Nos vimos por última vez hace unos meses, cuando iba quedando desvaído el color de las últimas rosas del Paseo del Violón.
Hablamos de sus excepcionales Retratos de figuras granadina con la Alhambra al fondo, de tantos amigos perdidos, del número, que estaba en ciernes de ls revista EntreRios (de la que él fue desde el principio miembro del consejo de redacción, cuando un grupo de personajes de la ranciedumbre obtusa nos echaron de la revista anterior que dirigía Mariluz Escribano). Paco, nobleza llevada al último extremo, como otros miembros del equipo de redacción, decidieron iniciar la nueva aventura con Mariluz y con esta adjunta suya, que ahora escribe.
Por eso, Paco, otra vez, gracias, amigo por tanto bueno, como has hecho por esta ciudad, por sus gentes y por la cultura. Como a Machado, te debemos cuanto has escrito, y quiénes te hemos conocido no olvidaremos tu bonhomía y ese saber estar, esa capacidad para respetar y apreciar a todos que ha sido un ejemplo en tu modo de transitar por la vida. Una forma admirable de estar en el mundo. Que la tierra te sea leve y que un jardín inmenso de amapolas, margaritas y violetas de coronen el pecho.
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