“Hoy es un día especial para ti,hoy es un día especial para Él, vas a recibir tu primera comunión”

Con este estribillo comienzo mi relato queridos lectores del Mirador de Atarfe.

“Tu Primera Comunión” es una canción que compuse el 21 de mayo de 1983 y que a día de  hoy el coro de la parroquia de la Encarnación de Atarfe canta durante todo el mes de mayo, mes por excelencia dedicado a celebrar las “Comuniones”.

Nuestra primera comunión es una fecha que a casi todos los que la hicimos nos gusta recordar con alegría porque además del significado y compromiso religioso (acto de fe), es una celebración muy familiar en donde desde la abuela hasta las vecinas y vecinos, todos nos ataviamos con nuestras mejores galas para acompañar al niño o a la niña que tras comulgar por primera vez se une a Jesucristo al tomar el pan y el vino (cuerpo y sangre de Cristo).

En la actualidad los niños y niñas que deciden hacer la primera comunión se apuntan en la parroquia y tras un proceso de formación coordinado por el cura párroco e impartido por catequistas con los que se establece un fuerte vínculo de respeto y cariño, los postulantes en mayo, reciben la sagrada forma.

En mi infancia era diferente puesto que la formación se recibía en tu colegio. Yo estudié EGB en el colegio Nuestra Señora del Rosario, conocido como el colegio de las monjas (Hermanas de la Caridad de San Vicente de Paul), el actual SAFA. Allí las hermanas de la Caridad nos preparaban para ese gran día. Recuerdo que simulábamos el acto de confesión: Ave María Purísima, decíamos. Sin pecado concebida, contestaba sor Ana María  que representaba el papel del sacerdote después, muchas nos quedábamos calladas pues no sabíamos qué decir porque sólo teníamos escasos siete años y la palabra “pecado” se nos hacía extraña y muy grande.

¿Quién de niña, si tenía hermanos, no peleaba con ellos?, ¿quién no refunfuñaba cuando tocaba comer lentejas? o ¿quién no decía alguna mentirijilla?

Otro momento importante era el de la preparación para entrar en el templo y como si de una coreografía de baile se tratara, sor Isabel, sor Carmen y sor  Ana María  nos preparaban. En el patio justo delante de la puerta de la capilla del colegio, en fila de dos en dos íbamos entrando y nos colocábamos en el sitio asignado, coreografía que repetiríamos sin dudar en la iglesia parroquial.

El 31 de mayo de 1969 a las 12 del mediodía recibí mi primera comunión, dos horas antes fuimos convocadas en el patio de la casa de los Fernández ubicada en la calle Real justo en donde ahora está la Caixa. En el zaguán esperábamos hasta que el portón color gris perla se abría para desfilar cantando “Venid y vamos todos con flores a María” en dirección hacia el  templo y entrar por la puerta principal.

¡Qué bonita está decorada toda la iglesia! .¡Qué sonido más hermoso y armónico la envuelve!. ¡Qué bien suenan aquí los cánticos!

Llega el momento de recibir la hostia consagrada y aunque a más de una se nos pegó en el paladar, sin embargo coincidimos algunas en que esa forma sagrada estaba más buena que la que nos daban en los ensayos.

Tras la ceremonia llega el momento del festejo y aquí sí noto más diferencia entre mi época y la actual, ahora incluso se sacan préstamos para celebrarla y se hacen regalos “caros”. Mí comunión se celebró en el patio de mi casa y apenas si tuve regalos pues la costumbre era visitar a los vecinos y estos te daban dinerillo con el que se llenaba la bolsa que a modo de complemento del vestido llevaban las niñas. Un besico, unas monedas e incluso algún billetico y a cambio una estampa como recordatorio de un día tan especial.

Para terminar, lo que yo hubiera dado por tener un móvil para hacer más fotos, en aquellos años la costumbre era  hacerse la foto de familia unos días antes o unos días después de la ceremonia. En mi caso fueron unos días después , cosa que agradecí  muchísimo puesto que tras recorrer con la bolsita acompañada por mis amigas la calle del Barquillo y el Paseo de Santa Ana, mi madre me quitó el vestido para no mancharlo y estrené un bonito vestido de manga corta que me hizo Angelitas Márquez modista.

Un corazón de guitarra quisiera para cantar lo que siento.

(Alberto Cortez)

FabiolaGMontijano (Creativa)

 

A %d blogueros les gusta esto: