23 noviembre 2024

Las aseguradoras privadas se hacen de oro en pleno deterioro de la sanidad pública desde la pandemia

Hasta junio, los precios en los seguros privados de salud han crecido de forma continuada hasta un 9,5%, casi el doble que en 2020, cuando el índice era del 4,8%. En el primer trimestre de 2024, la facturación de la sanidad privada ha subido un 7,16% respecto al año anterior.

 

Los precios de los seguros privados relacionados con la salud han registrado sus valores más altos en la primera mitad de 2024 desde que hay datos disponibles. De enero a junio de este año, su coste ha crecido de forma continuada un 9,5%, según reflejan los índices del Instituto Nacional de Estadística (INE). A su vez, la sanidad privada continúa haciendo caja, aumentando sus ingresos un 7,16% hasta marzo, embolsándose 3.180 millones, según los datos de la Unión Española de Entidades Aseguradoras y Reaseguradoras (Unespa). Y, entre tanto, la sanidad pública se desangra como nunca antes.

La pandemia ha supuesto un punto y aparte ineludible para el Sistema Nacional de Salud. El contagio masivo de coronavirus puso contra las cuerdas a una red pública que venía flaqueando desde los recortes de 2008, y la situación no ha mejorado.

De hecho, dos de cada tres personas creen que funciona peor que antes de la covid, según el CIS, y más del 60% se muestran convencidas de que las administraciones públicas en su conjunto no están desarrollando las medidas y actuaciones comprometidas en lo peor del confinamiento, de acuerdo con una investigación publicada por el SATSE. Las listas de espera y las plazas vacantes de profesionales sanitarios tampoco dan tregua. Todo ello, apuntan las organizaciones sanitarias, favorece «evidentemente» la contratación de seguros por parte de «quien se lo puede permitir».

En 2023, había 12,4 millones de personas pagando por una póliza de salud en el país. Es decir, en torno a un 26% de la población total. Mientras que, en 2022, pagaron por estos servicios hasta 12 millones de afiliados, un 4% más que en 2021. La patronal de las aseguradoras explica este crecimiento, principalmente, debido a que «muchas empresas han incorporado el seguro de salud para sus trabajadores como concepto retributivo complementario». «El seguro de salud es uno de los beneficios sociales más valorados entre la plantilla. Esto hace que los seguros constituyan una herramienta de atracción y retención de talento», apuntan fuentes de Unespa.

Uno de los principales motivos que tendrían las compañías para ofrecer una póliza sería reducir el supuesto absentismo laboral que generan las listas de espera y la precarización del sistema público. Sin embargo, Marciano Sánchez Bayle, presidente de la Federación de Asociaciones para la Defensa de la Sanidad Pública (FADSP), señala que estos seguros «siguen siendo desgravables» y advierte de que esta «podría ser otra de las causas» de su popularidad.

«Estamos financiando todos la sanidad privada mientras vemos como la pública se desmorona»

«Hasta que no se intervenga, seguirán siendo un incentivo para las empresas y, además, un incentivo que pagamos todos. De alguna manera, estamos financiando todos la sanidad privada mientras vemos como la pública se desmorona», critica el doctor. «Están también las pólizas para funcionarios o para empresas que son públicas, como RTVE. No tiene sentido. No tenemos por qué financiar un seguro de nadie», añade Sánchez Bayle.

Esto contradice otro de los argumentos de la sanidad privada, que viene a decir algo así como que «las atenciones en las clínicas privadas son atenciones que se ahorra el sistema público sanitario». Desde la FADSP tampoco están de acuerdo en que los seguros «alivien» la carga del SNS, pues «está comprobado que el tratamiento de las enfermedades graves lo asume el sistema público, así como la atención a las personas mayores». Un punto que confirma la propia patronal, desde donde refieren que, en concreto, alrededor del 30% de las personas con seguro de salud se situaba en la franja de los 40 y los 50 años.

Una subida récord incluso en Europa

Cada vez hay que pagar más por nuestra salud y, aunque esta revalorización podría atribuirse al encarecimiento general de la vida, los datos del INE apuntan otra cosa: solo la electricidad (17,8%), los seguros relacionados con el transporte (10%), los servicios de alojamiento (21,5%) y los paquetes turísticos (11,7%) se han encarecido tanto o más en lo que llevamos de ejercicio.

Según los últimos datos publicados por Eurostat, además, los precios de los seguros sanitarios españoles se situaron a la cabeza de toda la Unión Europea en 2023, solo superados por Irlanda, donde han subido más del 10%. Entonces el encarecimiento había sido del 8,4% en nuestro país, casi cuatro puntos por encima de 2022, cuando el índice era del 4,8%. Unas cifras que contrastan con los aumentos del 1,9% en Francia, del 2% en Italia, del 1,6% en Alemania, y del 2,9% de media registrado en el conjunto de la eurozona.

María Martínez Collado

FOTO: Manifestantes contra la privatización de la sanidad, a las puertas de la Asamblea. LUCA PIERGIOVANNI / EFE

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