15 noviembre 2024

Cómo tomar apuntes en clase: consejos para que estudiar sea más fácil

No se trata de transcribir todo lo que dice el profesor sino de quedarse con lo esencial. Estos son algunos consejos para empezar bien la universidad

El primer año de universidad es una época de grandes cambios, tanto vitales como académicos. Un antes y un después en la vida de muchos estudiantes que acuden emocionados a sus primeras clases, pero que nada más cruzar la puerta de la facultad se encuentran de bruces con una nueva realidad para la que no siempre están preparados.

Aulas enormes con decenas de compañeros, un montón de asignaturas, profesores que exigen una asistencia mínima para aprobar, otros a los que les da igual… También los hay que llegan, sueltan la lección y se van, y los que adelantan todo el contenido y dedican sus clases a resolver dudas. Pasado el susto inicial, uno de los principales retos a los que se enfrentan los estudiantes noveles es precisamente aprender a gestionar toda esa materia que les permitirá superar el examen. Y las dudas son muchas: ¿Es necesario ir a todas las clases? ¿Hay que apuntar todo lo que dice el profesor? ¿Y si no entiendo? ¿Llevo un portátil, un cuaderno o mejor las dos cosas?

«Somos libres de estudiar autónomamente todas las lecturas obligatorias y optativas de una asignatura –seguramente más de 200 páginas–, para después resumirlas y hacer esquemas. Pero si esto nos da pereza, hay un atajo efectivo para sacar buena nota: tomar apuntes. De esta manera, contaremos con una síntesis de todas esas lecturas, de entre 40 y 80 folios, realizada por un experto, que además es el profesor que nos va a evaluar», revela Alicia Silvestre, doctora en Lengua España y profesora de la Universidad de Zaragoza.

Conocer el estilo del profesor

Antes de desgranar las claves para tomar apuntes de la manera más eficiente posible, conviene aclarar algunos aspectos para rentabilizar esta práctica al máximo. «Cuando un estudiante se enfrenta a una situación nueva, tiene que estar expectante para verlas venir. Es decir, lo más importante antes de lanzarse a tomar notas es saber cómo va a trabajar el profesor y cómo se va a trabajar la asignatura. ¿Vamos a tener libro? ¿Vamos a disponer de material de consulta antes de la clase o después? ¿Nos van a facilitar lecturas para resolver dudas? ¿Cómo se nos va a evaluar?… Saber todo esto es fundamental porque si el estudiante va a disponer, por ejemplo, de material por escrito antes de la clase, le resultará mucho más sencillo tomar apuntes porque tendrá una base sobre la que hacerlo», precisa Sylvie Pérez, profesora de los Estudios de Psicología y Ciencias de la Educación de la Universitat Oberta de Catalunya (UOC).

En este sentido, también es interesante conocer el estilo del profesor: es de los que habla rápido, despacio, de los que dicta, de los que suele remarcar lo importante o simplemente suelta la chapa y se va. «Los alumnos tienen que tener la suficiente flexibilidad para entender y adaptarse a la manera de impartir clase de cada docente», añade. Para Alicia Silvestre, «tomar apuntes supone asistir a clase a diario para no perder contenido sustancial de un programa cohesionado y coherente. En otras palabras, nos permite seguir la trama de esa asignatura de principio a fin como si fuese la narración de una serie o película. Y el acto de apuntar exige al estudiante una atención plena, sin distracciones».

No es un dictado

Tomar notas no es otra cosa que escribir de manera resumida lo que se está escuchando. No hay que apuntar todo lo que dice el profesor, básicamente porque es imposible. Hacer eso es transcribir no coger apuntes. «Es mucho mejor reformular las frases y resumir las ideas principales con nuestras propias palabras», aconseja Silvestre, que recomienda a los estudiantes leer mucho para tener un mayor vocabulario y poder usar sinónimos. «Si además somos capaces de entender y organizar nuestras notas de manera ordenada sería perfecto porque eso significa que ya hemos procesado esa información y nos facilitará su estudio», coinciden las expertas.

Lo de la pizarra va a misa

Si el profesor apoya su clase en un documento escrito, «lo que sugiero es copiar nota de los títulos y subtítulos para estructurar la asignatura. Y lo que haré después es ir rellenando esos huecos con las ideas que más se repiten. Aunque en ese momento no entiendas muy bien algo de lo que se está explicando, si el docente insiste en ello, apúntalo siempre. Algunos profesores no facilitan material escrito, pero usan la pizarra para hacer esquemas o destacar palabras clave. Consejo: lo que se escribe en la pizarra va a misa», insiste Sylvie Pérez.

¿Portátil o cuaderno?

«Cuando la asignatura está muy pautada –se facilita material, enlaces, lecturas…– normalmente es porque el profesor quiere que los alumnos estén más atentos a las explicaciones que a tomar apuntes. En este caso, se puede seguir con un portátil. Ahora bien, cuando no es así, es más eficaz coger los apuntes por escrito».

Grabar audio, vídeo o hacer fotografías en el aula es ilegal

Si algún estudiante tiene la tentación de grabar la clase que está dando su profesor porque le resulta imposible seguir las explicaciones o se le ocurre hacer una fotografía a la pizarra sin el consentimiento del docente, debe saber que se trata de una práctica ilegal y puede tener consecuencias sobre su expediente académico. «El problema es que las plataformas de apuntes no solo fomentan prácticas poco éticas sino que encima tampoco resultan fiables del todo porque los docentes cambian y revisan sus apuntes», advierte Alicia Silvestre, profesora de Lengua Española de la Universidad de Zaragoza.

Carmen Barreiro

FOTO: LEAL

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