SERRAT Y EL PREMIO PRÍNCIPE DE ASTURIAS
Empezó Serrat su discurso son una anécdota sobre su vida juvenil: «Tuve que recurrir a empleos eventuales. La empresa tenía un teléfono de fichas. Tiene tres minutos joven, pero cuando se tiene algo que comunicar tres minutos es suficiente».
«Soy un señor mayor tirando a viejo. Vengo de una familia humilde. En el camino fue encontrando las razones para tirar adelante, hasta llegar aquí. Soy una persona que se alegra mucho de la vida, que se siente querida, respetada, al que le gusta el oficio al que dedicó la vida: escribir canciones»
«Prefiero los caminos a las fronteras, el instinto a la fuerza»
«Este oficio me sirvió para comunicarme con los demás. Lo que soy capaz de contar viene de la observación, de escuchar, oír. Soy partidario de las vidas propias y ajenas. Prefiero los caminos a las fronteras, el instinto a la fuerza».
«Soy un alma instintiva y emotiva. Creo en la tolerancia, en el respeto al derecho ajeno, en el diálogo, en la liberdad, en la justicia y en la democracia. O van de la mano o no van» Les confieso que no me gusta el tiempo que vivimos: está contaminado y es insolidario
Pero, añadió «Les confieso que no estoy a gusto con el tiempo que me tocó vivir recientemente. Es contaminado, insolidario, los valores solidarios han sido sustituidos por los del mercado».
«No me conformo con ver los sueños varaos en otras orillas».
Agradezco a quienes han hecho suyas 60 años de canciones y a quienes se alegran de que yo esté aquí hoy». Espero no haber llegado hasta aquí sin ser agradecido con mis semejantes. Quiero agradecerlo, a mi mujer mi compañera, que ha sido tan generosa de dejarme vivir su vida; mi familia, mis padres, y mis hijos que son mi mayor orgullo. Casi 60 años han hecho mías sus canciones y a quienes se legran de quienes yo esté aquí hoy. A mí me gusta cantar y no les doy otra manera de dar las gracias que cantando».
Y con una violinista cantó «Aquellas pequeña cosas».