¿Cómo impactan las noticias falsas en la democracia y en la confianza ciudadana en los medios?
En un contexto marcado por la proliferación de las noticias falsas y la tergiversación de la información, dos estudios recientes, liderados por Livia García Faroldi de la Universidad de Málaga, arrojan luz sobre la percepción ciudadana respecto a la desinformación y la confianza en los medios de comunicación en España. El primero, ‘Noticias falsas y percepción ciudadana: el papel del periodismo de calidad contra la desinformación’, que ha contado con la participación de la investigadora Elena Blanco, se ha centrado en cómo los ciudadanos europeos, especialmente en España, enfrentan y perciben la desinformación, destacando que más del 80% de los españoles se siente expuesto a noticias falsas, viendo en el periodismo de calidad una herramienta crucial para combatir este fenómeno.
Por otro lado, el segundo estudio, que lleva por título ‘Imagen de los medios de comunicación ante la creciente complejidad informativa: análisis de la opinión pública española (2018-2021)’, se sumerge en la crisis de confianza que afecta a los medios de comunicación tradicionales en España, evidenciando un descenso notable en la confianza del público hacia estos, en contraste con una mayor confianza depositada en el periodismo de calidad. Este trabajo pone de manifiesto no solo la disminución de la credibilidad en los medios tradicionales frente a las redes sociales, sino también la percepción de la ciudadanía sobre la fiabilidad y la diversidad de puntos de vista que los medios tradicionales ofrecen, a pesar de reconocer las presiones comerciales y políticas a las que están sujetos.
La noticias falsas y el ecosistema informativo
Ambas investigaciones subrayan la creciente complejidad del ecosistema informativo y la importancia de fomentar la alfabetización mediática entre la ciudadanía para mejorar la capacidad de discernir entre información fiable y desinformación. Los resultados revelan una demanda clara por parte de la población de un periodismo que no solo sea diverso y de calidad, sino también libre de influencias indebidas, junto con un apoyo decidido a los servicios de verificación de contenidos. Este enfoque resalta la responsabilidad compartida entre medios, profesionales de la información y autoridades públicas para asegurar un entorno informativo saludable y democrático.
La convergencia de estos estudios apunta hacia un escenario en el que, pese a los desafíos presentes, existe un reconocimiento del papel vital que el periodismo de calidad juega en la preservación de la democracia y en la lucha contra la desinformación, subrayando la necesidad de estrategias integrales que refuercen la confianza pública en los medios de comunicación.