30 enero 2025

La vuelta de Trump a la Casa Blanca alarma a los ecologistas: «Es un retroceso que va en cascada»

El republicano ha declarado sus anhelos expansionistas respecto a Groenlandia, el canal de Panamá o el golfo de México, así como de recuperar una política energética basada en el petróleo.

Donald Trump representa el ultraderechismo más peligroso en todos los ámbitos. Desde su victoria, y con el magnate tecnológico Elon Musk como mano derecha, otros empresarios como Mark Zuckerberg, responsable de Meta, o Jeff Bezos, de Amazon, han suprimido algunas de sus políticas en diversidad, desprotegiendo a las mujeres y las personas LGTBIQ+. Se trata de un precedente de graves consecuencias y que puede extenderse a otros ámbitos del discurso del reelecto mandatario, como es el caso del negacionismo climático.

«Es un personaje que viene a hacerle la guerra a las personas y al planeta», advierte a este periódico Eva Saldaña, directora ejecutiva de Greenpeace España. Con la llegada del republicano al Despacho Oval, «claramente va a haber un retroceso, con un enfoque basado en la perforación y el extractivismo«, indica la ecologista.

«Todo el sector privado y político, que va en la dirección contraria de todos, se empodera de repente, empieza a retroceder en los objetivos climáticos, como también en los objetivos de diversidad humana o de protección de la biodiversidad en general», indica Saldaña. «Es un retroceso muy grande que va en cascada».

Empresas financieras en EEUU comienzan a desentenderse de los objetivos climáticos

De hecho, la acción contra la crisis medioambiental ya atiende a las primeras consecuencias. La firma financiera BlackRock abandonó el 9 de enero el Net Zero Asset Managers (NZAM), una iniciativa voluntaria que pretende ayudar al sector de la gestión de activos a comprometerse con un objetivo de emisiones netas cero.

Anhelos expansionistas sobre Groenlandia

Esta decisión tuvo lugar después de que Trump expresara el pasado 7 de enero sus anhelos por comprar Groenlandia a Dinamarca, ante lo que su primera ministra, Mette Frederiksen, reiteró el 15 de enero que la isla «no está en venta». Las declaraciones del nuevo líder estadounidense marcan una política expansionista que ha hecho saltar las alarmas del ambientalismo.

«Es una auténtica temeridad y una irresponsabilidad por parte de alguien que va a ser presidente de una nación como Estados Unidos», valora a Público Javier Andaluz, responsable de cambio climático en Ecologistas en Acción. «Que las declaraciones de un futuro presidente del Gobierno sean en el sentido de vulnerar la legislación internacional es un hecho muy grave».

Javier Andaluz, ecologista, sobre las intenciones de Trump en Groenlandia: «Es una auténtica temeridad»

El territorio groenlandés cuenta con una importante reserva de las denominadas «tierras raras«, una serie de elementos clave para el desarrollo de la tecnología y sobre los que China ejerce un control mayoritario. La riqueza del enclave en estas materias ha quedado al descubierto a consecuencia del deshielo en el Ártico. Este deshielo es en gran medida causado por el calentamiento global, un fenómeno que el republicano ha negado en reiteradas ocasiones.

«Es evidente el interés de Trump en controlar el comercio mundial», indica Andaluz, quien alude a la «competencia que tiene con China, que se está comiendo el papel estadounidense». El ecologista incide en que la estrategia del país norteamericano consiste en «recuperar la obsoleta industria americana».

Existe una segunda razón por la que el ultraderechista ha puesto su ojo en Groenlandia: «Tener más influencia en el Ártico«, explica a este medio Mario Rodríguez Vargas, director asociado de Transición Justa y Alianzas Globales en el think tank ecologista ECODES.

Lo que busca el mandatario es abrir «nuevas líneas de transporte marítimo y controlarlas», añade el experto. Por esta razón, «le interesa tener más superficie en contacto con el Ártico aparte de Alaska y quiere reproducir ese mismo modelo con Groenlandia». Rodríguez indica que estas rutas pretenden servir de alternativa a otros itinerarios como el canal de Panamá.

Una «bravuconada» contra la soberanía internacional

El mismo día que declaró sus anhelos expansionistas sobre Groenlandia, el mandatario también abogó por la recuperación del control sobre el canal de Panamá y por renombrar el golfo de México –donde en los últimos años ha habido varios hallazgos de petróleo– como «golfo de América».

Eva Saldaña (Greenpeace), sobre las palabras de Trump respecto al golfo de México: «Son declaraciones de guerra»

El de ECODES califica estas afirmaciones de «bravuconada más propia de una conversación de sobremesa». Rodríguez considera que estas declaraciones responden a «la arrogancia propia de un multimillonario que pretende gestionar el país como una multinacional».

Saldaña valora las palabras de Trump en una línea parecida: «Son declaraciones de guerra. Su política es la de ‘aquí estoy yo, yo vengo, yo domino y además lo voy a hacer por la fuerza’. Eso es lo que él quiere instaurar». No obstante, la directora ejecutiva de Greenpeace España recuerda que habrá que esperar a ver en qué se materializan sus declaraciones, ya que «no hace todo lo que dice«.

Las energías limpias, una fuerza imparable

Movimientos sociales y expertos coinciden en que, pese a la política petrolífera que Trump quiere instaurar, su materialización tiene un carácter más complejo. Rodríguez señala que algunos estados federales bajo mando republicano han encontrado en las energías renovables un potente motor económico para hacer frente a la crisis.

El de ECODES recuerda que los estados cuentan con cierto margen de maniobra. De este modo, tanto los dirigentes del Partido Republicano como del Demócrata podrán tomar medidas propias que frenen el retroceso del marco trumpista en materia energética. A este respecto, Saldaña describe la transición hacia energías limpias como un movimiento «imparable» y subraya que «los inversores lo saben».

De igual manera se refiere a las amenazas del ultraderechista sobre la salida de EEUU del Acuerdo de París –lo que lo convertiría en el cuarto país en estar fuera, junto a Irán, Libia y Yemen–. «Aunque se salga del acuerdo, este va a seguir, no se va a perder». La de Greenpeace concluye en clave positiva, reivindicando que el ecologismo es un movimiento «resiliente» y «resistente»: «Él es uno y los demás somos muchos. Esto también va a ser muy interesante».

Adhik Arrilucea

Graduado en Periodismo y Humanidades y máster en Teoría y Crítica de la Cultura por la Universidad Carlos III. Con experiencia en información científica e institucional, ha colaborado con diferentes medios y pasado por la redacción de la Agencia SINC. Sus intereses abarcan desde los derechos climáticos hasta las artes y la literatura.

FOTO: Un modelo en 3D del presidente electo de Estados Unidos, Donald Trump, y la bandera de Groenlandia aparecen en esta ilustración realizada el 15 de enero de 2025.REUTERS/Dado Ruvic

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