» Iconografía oficial de la mujer» por Alberto Granados
En este Día Internacional de la Mujer os ofrezco una galería de imágenes sobre mujeres, de la que puede sacarse una verdadera lectura ideológica. Son imágenes que he localizado en la red. Como la mayoría son ya de dominio público no he anotado la procedencia: distintos blogs, Wikipedia, etc.
Una reflexión como punto de partida: cada sociedad genera los iconos que necesita la cultura asentada, el sistema, para autojustificarse y mantenerse. Esa máquina de reproducción de esquemas formará una costra ideológica dañina, por lo que tiene de incuestionable para la masa social, que suele ser bastante acrítica. Es el viejo sistema de los mecanismos ideológicos, que se reproducen y perpetúan sin otra forma de salir de la espiral que el análisis crítico y la disposición a rechazar las enormes falacias encerradas en esa ideología, que normalmente benefician al sector más conservador. Y respecto a la mujer, el sistema ideológico ha creado y reproducido una interesada forma de mirar el mundo y aferrarse a unos supuestos derechos que sólo encuentran justificación en que es lo que ha pasado siempre, sin el menor planteamiento crítico o igualitario.
¿Con qué se ha identificado desde siempre a la mujer? O dicho de otro modo, ¿qué iconografía ha generado el universo femenino?
Toda la cultura judeo-cristiana, parte del relato del Génesis que asegura que Eva salió de la costilla de Adán, con lo que se asienta el primer rasgo ideológico sobre la mujer: su dependencia del hombre, del que procede. Cualquier mujer que se salga de los linderos establecidos merece el menosprecio, la burla y la más feroz crítica. En la vida práctica, extrapolando hasta el límite este pensamiento, merece las bofetadas de un dignísimo marido o aparecer en las páginas de sucesos como una víctima más de los asesinatos machistas.
El papel social secularmente atribuido a la mujer es el de obediente esposa y madre perpetuadora de la especie. Apartarse de este camino equivale al menosprecio social (la solterona, la lesbiana, la buscona, la fresca, la prostituta, la calentona…). Resulta evidente que en otras épocas, para llegar a esposa de alguien hay que entrar en una clara competencia con otras mujeres en edad de merecer (¡hasta la fraseología es humillante!), de donde sale otra de las constantes ideológicas: el culto a la belleza. La mujer tiene que estar siempre bella, consumir toda una costosa gama de productos de moda (ropa exterior, lencería, perfumería, complementos…) que aseguren la admiración y el deseo del hombre al que ha unido su vida. Entre otros peligros, porque el hombre puede buscar otra más bella y más joven. No seguir esta línea oficial de pensamiento conlleva la broma, el chiste tabernario y otras mil formas de desprecio.
Una de los ámbitos que más empeño ha puesto siempre en reproducir este esquema es precisamente la educación. Durante siglos, se ha estado preparando a la mujer para cumplir la función previamente diseñada: ser una buena esposa, un ama de casa intachable y con recursos para hacer feliz a su marido y criar a la prole. ¿Cómo olvidar en este aspecto a la Sección Femenina y las canastillas de bordados y los exámenes de aquella asignatura exclusiva para las chicas, llamada “Labores del hogar”?
Los dos senderos de la mujer
Me llama la atención este esquema simplista que he encontrado en un blog: se llama Los dos senderos y parte de una pregunta: ¿En qué se convertirá la chica? Si se escoge el sendero de la izquierda, a los trece años la niña leerá “mala literatura”, a los treinta se ocupará del “flirteo y la coquetería”; a los veintiséis años llevará una “vida fugaz” marcada por la “disipación”; irremediablemente, a los cuarenta será una “marginada”. Todo eso por leer. Por el contrario, si la niña sigue el sendero de la virtud, a los trece seguirá una pauta de “estudio y obediencia”; a los veinte, estará instalada en la “virtud y la devoción”; a los veintiséis será una “amante madre” y, por último, a los sesenta, una honorable abuela. Lo único que no considera este esquema es la posibilidad de que la chica llegue a encontrar su propio camino y sea feliz por su propio desarrollo personal, tal vez leyendo lo que le dé la gana, sin casarse, sin ser madre ni abuela…, sino siendo simplemente ella misma.
He encontrado una variante de las dos versiones:
Creo que las imágenes hablan por sí mismas, así que dejo que ocupen el protagonismo.
Para ello empezaré por la educación de la mujer y las cortapisas, incluida la fobia a la lectura, algo que siempre me ha parecido sintomático.
En un segundo grupo, os ofrezco el proceso que va desde la fase de buscar un novio hasta convertirse en el reposo del guerrero.
Pero ha habido mujeres que, voluntariamente o debido a las circunstancias, no se han ajustado al “patrón ortodoxo” y han enfocado sus vidas hacia otros entornos, no siempre aceptados socialmente. Las llamo mujeres heterodoxas y engloba a prototipos como las cigarreras (el origen de la ópera Carmen de Bizet), lesbianas, prostitutas, etc. Conste que la supuesta heterodoxia de estas mujeres no es una apreciación personal, sino la oficialmente aceptada en la sociedad.
Un cuarto grupo recoge imágenes sobre mujeres pioneras en algo, mujeres rompedoras que han marcado un hito en algún aspecto. Incluyo sólo unas cuantas de las miles que se podrían haber seleccionado.
Dejo para el final el sufrido papel de las mujeres presentes en algún tipo de conflicto, sea bélico, ideológico, religioso… Es posiblemente la culminación del despropósito sexista. Las imágenes lo dicen todo.
Termino deseando que la sociedad encuentre definitivamente la forma de acabar con estas injusticias, no solamente en esta fecha, sino a lo largo de toda la vida.
Alberto Granados