1 abril 2025

«Estrellas nazaríes» por Juan de Dios Villanueva Roa

Pasó, pasó la tarde de los glamurosos pasos y paseos; pasaron los días en los que esta ciudad y los alrededores se llenaron de gentes que salen por la tele y hacen películas, que disfrutaron de lo mejor de estos lugares nazaríes, que nos proyectaron hacia el mundo, con entrevistas, con calles llenas de periodistas, con un tiempo espléndido.

Pasó el minuto de gloria, pasajero como los aires que bajan por el Paseo Andrés Manjón; como las aguas que descienden hasta el Genil desde la sierra de Huétor; como la Alhambra, recorrida por quienes han de llevarse en sus retinas los embrujos de una tierra que cada vez es más de quienes hasta ella llegan que de quienes en ella viven y la trabajan.

Pasó y se fue aquel tren que trajo a los mejores, se fueron volando los aviones que hicieron de nuestro aeropuerto un espacio de paparazzi. Solo faltaron los representantes de quienes tienen el mundo en jaque, de sus nuevos dueños, que son adorados por quienes quieren ser como ellos aquí, y echar a los que ellos creen que no merecen respirar este aire ni beber estas aguas, porque los consideran inferiores, porque piensan (es lo poco que piensan) que no son dignos de estar en estas tierras castas y santas que nunca debieron ser pisadas por huestes forasteras de pobres. Todos los demás estuvieron en el reino nazarí y fueron vistos por sus calles, medio tapados, ocultos muchos para que la gente no los reconociera. ¡Qué absurdo llegar a una ciudad y esconderte de los ojos de quienes la trabajan, de quienes la habitan! Que no los molesten pero que les aplaudan de lejos. Menos mal que las auténticas estrellas sí bajaron a la tierra y fueron atrapadas para siempre.

FOTO: https://www.infolibre.es