Lo que la pandemia cambió, lo que nos cambió PARTE 1

Hace cinco años los españoles se confinaron en sus casas para frenar la expansión del coronavirus. Muchas cosas, y muchas vidas, no volvieron a ser iguales. Este es un balance del primer lustro poscovid-19
La pandemia de la covid fue una conmoción planetaria que provocó en todo el mundo millones de muertes y transformó muchas vidas. El impacto trascendió el ámbito sanitario. Trastornó la manera en la que nos relacionamos, consumimos, nos movemos, dormimos y trabajamos. Lo hizo desde el plano social al más íntimo, en todos los países. Sin embargo, cinco años después, el cambio radical que supuso ha tenido un poder transformador más limitado. En el quinto aniversario del confinamiento en España, EL PAÍS analiza lo que cambió y lo que nos cambió, a todos, la pandemia. Ha pedido a periodistas expertos en diferentes áreas una reflexión sobre en qué medida el coronavirus ha modificado la sociedad; ha recabado testimonios de personas sobre cómo ha impactado en sus vidas. Y, al final, invita a los lectores a comparar sus propias percepciones con las del conjunto de los españoles reflejadas en una encuesta del CIS.
LO QUE CAMBIÓ
El coronavirus ha dejado una huella que sigue dibujando su contorno cinco años después. Algunas cosas cambiaron, otras volvieron al punto de partida. Por ejemplo, las emisiones de CO₂ se desplomaron durante los confinamientos, pero tiempo después regresaron a los niveles prepandemia e, incluso, aumentaron. Algo parecido pasó con el teletrabajo. Pero, en el camino, muchos ciudadanos descubrieron otra forma de relacionarse con el espacio público. La pandemia fue el manantial que alimenta los ríos de desinformación que marcan la actualidad de hoy. Recordó el poder de la ciencia, disparó las vocaciones médicas y destapó las miserias de las residencias de mayores, que cinco años después parecen estar aún lejos de subsanarse.

Una persona teletrabaja desde su casa durante la segunda ola de la pandemia de coronavirus en Madrid. JAIME VILLANUEVA
Auge y frenazo del teletrabajo
Emilio Sánchez-Hidalgo
Los confinamientos de la pandemia impulsaron como nunca antes dos fenómenos laborales: los empleados frente a un ordenador teletrabajaron más que nunca y los de actividades no relacionadas con oficinas pararon en seco, pero la mayoría quedaron protegidos por los Expedientes de Regulación Temporal de Empleo (ERTE).
El trabajo en remoto era poco común en España antes de la crisis sanitaria, con tan solo un 4,8% de los ocupados en 2019, según Eurostat. Es decir, solo uno de cada 20 trabajadores trabajaba al menos la mitad de los días laborables desde su casa. Era un poco menos que la media europea (5,4%) y que en los países más avanzados, como Países Bajos (14,1%). El retraso español en esta variable no es sorprendente, dada la menor preeminencia de actividades de alto valor añadido en la economía española.
El panorama cambió en 2020, con un impulso hasta el 10,9% en España y hasta el 12,1% en promedio europeo. Entonces muchos presagiaron un cambio radical en la presencialidad laboral, que el teletrabajo se asentaría. No fue así: desde entonces año a año la proporción de empleados que teletrabajan cae. En 2021 España ya retrocedió a un 9,1% y en el último dato disponible, de 2023, queda en un 7,1%. Es más que antes de la pandemia, pero queda lejos de las expectativas de muchos especialistas. Grandes corporaciones incluso han convertido el rechazo al teletrabajo en una de sus banderas, al compás de la ola reaccionaria.
Otras variables han virado a peor desde la pandemia, como la incapacidad temporal. España registra más bajas laborales que nunca, un fenómeno que, advierten los especialistas en salud laboral, se ha intensificado desde la crisis sanitaria. También señalan la influencia del envejecimiento de la población, del atasco en la sanidad pública (que alarga bajas que podrían resolverse antes) o del cambio de actitud respecto al trabajo en parte de la población, con cada vez más personas que no están dispuestas a inmolarse en el trabajo. Entre priorizar el cuidado de la salud mental y un potencial e incierto ascenso, cada vez más (sobre todo jóvenes) apuestan por la primera opción
https://elpais.com/sociedad/2025-03-14/lo-que-la-pandemia-nos-cambio.html