14 mayo 2025

«Las cubiertas mudéjares de la iglesia parroquial de Atarfe» por Ignacio Henares Cuéllar

Atarfe constituyó en la Edad Moderna una importante población dentro del conjunto de enclaves de la denominada Vega de Granada o del río Genil.

La producción agrícola de esta zona potenciada al amparo de las condiciones de convivencia impuestas por la monarquía castellana tras la conquista de Granada, así como la importancia política de la ciudad de Granada en la primera mitad del siglo XVI, posibilitó que poblaciones como Atarfe, Albolote, Pinos Puente o Maracena se desarrollaran urbanísticamente, traduciéndose su importancia en la dotación de importantes arquitecturas religiosas que tienen su punto álgido en la construcción de la iglesia parroquial.

Es más, la crisis económica que se produjo, en general, en los territorios hispanos a fines del siglo XVI y que se arrastró durante el siglo XVII afectó en menor grado a aquellas comunidades, como la atarfeña, que basaban su economía en la producción agrícola, al margen de los problemas derivados de la devaluación monetaria.

En este marco histórico hay que señalar que la población atarfeña tendría una primera iglesia acorde con las necesidades de evangelización propias del momento posterior a la toma de la ciudad de Granada. Esta iglesia respondía a los intereses de aculturación de los nuevos dirigentes del Reino proponiendo iglesias mudéjares de distinta cualidad que aseguraran la conversión de los moriscos y las prácticas rituales cristianas.

Estos proyectos realizados durante el siglo XVI se mantuvieron en muchas poblaciones, pero en otras que fueron adquiriendo preponderancia económica y demográfica, como es el caso de Atarfe, se realizaron sustituciones tendentes a dotar de grandes arquitecturas acordes con su importancia urbana.

Por ello, en el primer cuarto del siglo XVII asistimos a la construcción de la iglesia de Atarfe. Será el arquitecto Ambrosio de Vico quien haga la traza. Actuarán, también, el albañil Antonio Bermúdez y el carpintero Cristóbal Calvo. Esta iglesia que muestra excelentes ejemplos de armaduras mudéjares en su interior se resuelve con una planta de cruz latina que repite, según el investigador José Manuel Gómez-Moreno, simplificadamente el modelo de la iglesia de San Pedro de Granada. Este espacio también, con ligeras diferencias será utilizado por el mismo arquitecto en las parroquiales de La Zubia y de la vecina Albolote, aunque en el caso de Atarfe las capillas laterales se restringían en origen a las dos adosadas a los brazos del crucero.

El exterior de la iglesia, pese al juego de volúmenes arquitectónicos, es bastante sencillo, incluidas las portadas. La principal, a los pies, solo dibuja un arco de medio punto y una hornacina en la parte superior. Diseño similar a las aberturas laterales que enmarcan el hueco con pilastras y entablamento. El conjunto de los muros son de ladrillo y cajones de mampostería, al igual que la torre que está dividida en cuatro pisos marcados por cornisas.

Mucho más rico es el interior de la iglesia. Este presenta tres naves, las laterales de época posterior y más bajas, cubriéndose tanto la nave principal como el crucero con importantes armaduras mudéjares. El coro se alza, en el inicio de la nave central, con pies derechos y zapatas lobuladas.

La gran armadura de la nave es de limas bordones o simples, perdiendo el faldón simétrico que vemos sobre el coro en su unión con el arco toral que le separa del crucero. Tiene cuadrales, seis tirantes pareados y uno simple con apeinazamiento de lazo de ocho sobre canes de diseño manierista invertido.El almizate presenta lazo en el extremo sobre el coro.

Los elementos estructurales (pares y nudillos) van pintados en rojo, azul y oro.Una nueva armadura de excelente calidad encontramos sobre el crucero. Es cuadrada de limas simples con el almizate o harneruelo cubierto con lazo de ocho. Los cuadrales dobles también llevan decoración de lazo. Los elementos estructurales se pintan con los mismos colores que encontrábamos en la armadura de la nave.

Los brazos del crucero, por su parte, presentan cubiertas de colgadizo o alfarjes inclinados. Reseñar, por último, que el resto de cubiertas están realizadas en épocas posteriores con yeserías, destacando, entre ellas, el medio cañón de la capilla mayor.