Este artículo no pierde actualidad y fue publicado en el MIRADOR DE ATARFE en papel hace 24 años en noviembre de 2001. Rebajar la edad del voto a los 16 años vuelve a estar sobre la mesa. En 2012 en España, el Estado invirtió un 113% más en mayores de 65 que en menores hasta 19 años, según el estudio Los equilibrios del Estado del Bienestar (2021) del Observatorio Social de La Caixa. Una población cada vez más envejecida y una sociedad que tiende a favorecer el estado de bienestar de los mayores antes que el de los jóvenes.

¿EL PASOTISMO JUVENIL ES SÓLO UN ESPEJISMO? ¿SOMOS SIMPLES MARIONETAS AL SERVICIO DEL CONSUMO? ¿ NOS INTERESAN LAS CUESTIONES QUE VAN A MARCAR NUESTRA VIDA?

Me tocó hablar de gente joven, siendo joven; formando parte de un grupo heterogéneo de mentes y de pensamientos, de sentimientos y problemas. Sí heterogéneo. Hoy la homogeneidad que caracterizóa la juventud de un antaño, no tan lejano en el tiempo, pero sí distante en propósitos y acciones, se hadiluido con el paso de los años como delicado rocíode una primavera que muere en silencio.

Quisiera ser sincero, y que lo que escribo sirva, cuanto menos, para despertar el espíritu crítico y transformador que todo joven lleva desde que nace para la sociedad, con la llegada de la adolescencia.

No quiero pensar que somos simples marionetas al servicio del consumo. Esclavos del futuro que no aprecian lo que tienen, y desprecian su pasado obviando, de una manera ingenua, que hasta la raíz del roble más robusto se puede arrancar con el olvido y la indiferencia. No, no quiero.

Quiero pensar que los jóvenes nos preocupamos más por la LOU que por el problema del botellón en Granada. Que nos importa más nuestro futuro en el mercado laboral y nuestra educación para este pro- pósito, que el viaje de Rivaldo o la lesión de Figo.

Que de verdad nos interesan las cuestiones que van a marcar el camino a recorrer por nosotros y por nuestros hijos (el que quiera tenerlos, claro). En definitiva, que el pasotismo juvenil es sólo un espejismo fruto de mi imaginación, y que en contra de éste existe una juventud que, con el trabajo presente, está construyendo su futuro. Pero, ¿de verdad es así?.

Algo dentro de mi me dice que no. La voz del conformismo cristalizada en silencio y apatía es lo único que se escucha en las ciudades y pueblos de nuestro país. De vez en cuando se oye el murmullo muy remoto de unos cuantos “locos” que quizás sean los únicos que comprenden que nosotros, los jóvenes, somos los que tenemos que luchar para mejorar este mundo. Un mundo que, seguro, no es el de nuestros padres y abuelos; pero que corre el peligro de estancarse y perder lo conseguido por éstos si esta juventud y las que nos seguirán, nos convertimos en simples espectadores de una vida que, sin darnos cuenta, está dejando de ser nuestra.

Tenemos que despertar de este letargo cuadriculador, y dejar el somnífero del consumismo en la mesita de noche. Tirar el conformismo otoñal que nos impregna el alma al contenedor más próximo, y buscar el camino correcto en el laberinto de la Libertad. A nosotros y sólo a nosotros nos dejó el hilo que conduce a ella, sólo los jóvenes podemos encontrarla; sólo la juventud puede construir el camino.

FOTO: https://www.religiondigital.org/religion_digital/Pasotismo_7_936876304.html