“Maria Perez” por Juan de Dios Villanueva Roa
No por ser María quien es dejamos de currar todos los días, como su madre, que se dedica a la ayuda a domicilio’, dice su padre a Ideal, de la mano de J.M. Cejudo.
Y es que él, Luis, trabaja en lo que sea, campo, obra, limpiando calles en Orce… Su madre, Paqui, se dedica a ayuda en domicilio, cuidando a quienes la necesitan. Humildad, como casi toda la gente de ese pueblo famoso por su hombre, en esa zona del norte granadino con inviernos duros, que parece lejana a todos sitios, con Galera, María, Cúllar… Tierras en las que cada cual se hace a sí mismo.
De donde salió la atleta más grande de todos los tiempos, igualada a Carl Lewis, Usain Bolt y Mo Farah. Y lo que aún tiene por delante.
Dicen quienes comparten su vida que su capacidad de superarse es enorme; siendo de donde es, viniendo de quien viene y de donde viene no podemos esperar otra cosa. Ella, que ha estudiado el grado de magisterio, tenía pocas posibilidades de romper lo pre-escrito hace casi treinta años, al nacer: luchar, luchar más que los demás.
No había otro camino para romper lo que todo ser humano puede romper, para reescribir su vida. Vendrán premios, llegarán reconocimientos, pero la vida del atleta es corta, efímera. Y ha de labrarse el futuro más allá del hoy. Ella lo sabe, porque desde la humildad se aprende más que desde la opulencia, porque no hay más camino que la resistencia y la lucha para alcanzar ese espacio, no mejor, no más arriba, más allá. Ella lo ha conseguido, pero mañana volverá a amanecer y habrá de comenzarse una nueva carrera, y eso solo lo saben quienes decidieron y pudieron reescribir su vida, como María, la hija de dos trabajadores de Orce, provincia de Granada. Orgullo de todos.