«EL HARTAZGO DE CADA DÍA» Por Francisco L. Rajoy Varela

Habitualmente, la rutina diaria de cada individuo y por regla general, consiste en levantarse para afrontar una nueva jornada dedicada al trabajo u otras actividades.

La liturgia es siempre la misma, ducharse o asearse y después desayunar. Al mismo tiempo que preparamos el desayuno y de forma automatizada, conectamos la radio o la televisión, evidentemente esta acción no es una norma general de todos los individuos, siempre suele haber excepciones que no siguen las mismas pautas de actuación.Y a partir de ese instante en que conectamos la televisión o la radio, y salvo que sintonicemos un canal o un dial que contenga un programa de entretenimiento o musical, se produce un fenómeno que es el origen de la reflexión de este artículo.

Ese acto personal e íntimo que debería ser desayunar en silencio y reflexionar en cómo afrontar una nueva jornada con la mejor predisposición de ánimo, queda absolutamente contaminado, perturbado por una catarata salvaje de noticias apocalípticas, de tragedias sin fin en las que se tiene la sensación de que el fin de este planeta es cuestión de horas o minutos.

Las cadenas de televisión o de radio rivalizan por conseguir un mayor índice de audiencia pero no por algo que nos motive a la esperanza o la ilusión de que a pesar de todo, la vida tiene su sentido. Al contrario, cuanto más trágico, más macabro, mejor. Un negocio obsceno de chantaje y manipulación emocional. Una forma de sicótica maldad, de perversidad enfermiza organizada por esos lobbys o grupos de presión que buscan influir en la toma de decisiones públicas y privadas a favor de intereses específicos de un sector o grupo social o político determinados.

Aunque esta es la triste realidad, no es menos cierto que una buena parte de la cuota de responsabilidad de aceptar esta situación la tiene la ciudadanía entrando al trapo de este juego
obsceno. ¿Realmente es la gente consciente de este juego cuya finalidad es manipular tus ideas y tus sentimientos teniéndote atemorizado emocionalmente y anular tu libertad llevándote al precipicio que ellos quieren y lograr el objetivo de despeñarte? Insisto, ¿se es consciente de esta perversa manipulación a la que se somete a diario al ciudadano de a pie? Francamente, no.

Es más cómodo, más fácil, dejarse arrastrar por el río y ya se verá donde nos arrastra la corriente. Decía Blaise Pascal sobre la soledad, “todos los problemas de la humanidad provienen de la incapacidad del hombre para permanecer solo y en silencio en una habitación”. Esta idea sugiere que la infelicidad humana se debe a nuestra necesidad de distracción para evitar enfrentarnos a nosotros mismos, a nuestros pensamientos y a nuestros sentimientos.

Es muy posible que si supiésemos estar solos, ojo que no es lo mismo estar que saber estar a todos los niveles, afrontaríamos la vida de muy distinta manera. Pero no sabemos estarlo, necesitamos ruido, necesitamos estar rodeados de personas aunque no nos aporten nada positivo. Tenemos miedo a enfrentarnos a nuestros demonios internos en vez de convivir con ellos y por mucho que intentemos espantarlos siempre nos acompañarán.

Esto genera una incomodidad que tratamos de llenarla de cualquier manera y no de la mejor forma posible y el mejor ejemplo lo tenemos en la exposición de nuestra desnudez y nuestro vacío emocional en las redes (anti)sociales. Necesitamos conocernos a nosotros mismos y mimarnos y para ello se requieren una buena dosis de soledad y silencio.

No es extraño que cada día aumenten los casos de problemas mentales, construimos castillos en el aire y luego pasan los sicólogos y los siquiatras a cobrarnos el alquiler. La raíz y la solución de nuestros problemas están dentro de nosotros. Se trata de ser coherentes con nuestros ideales y nuestros sentimientos, en tener la fortaleza espiritual y mental en no dejarnos
arrastrar y doblegar por nadie y ante nadie.Asumamos pues nuestra cuota de responsabilidad y no culpemos a los demás de nuestros errores.

Si realmente se quiere una sociedad más justa e igualitaria, empecemos por nosotros mismos cambiando nuestros planteamientos de forma de vivir. Mientras no sea así no podremos generar una auténtica conciencia colectiva, ¿que es utópico? Lo es mientras no estemos dispuestos aluchar por conseguir el objetivo.

FOTO: https://sentidoradio.com/blog/tendencias-en-comunicacion-politica-2023/