SIERRA NEVADA Y EL CALENTAMIENTO GLOBAL
La capa de hielo subterránea de Sierra Nevada está a punto de desaparecer por el calentamiento. Investigadores españoles muestran que las temperaturas del subsuelo en el pico Veleta son positivas, lo que impide el mantenimiento del permafrost, una capa helada permanente
Debido al calentamiento global, las temperaturas han aumentado en la zona más de 1ºC desde el siglo XIX, lo que ha provocado la desaparición de los glaciares y estos hielos perpetuos.
Los hielos perpetuos están desapareciendo de los picos más altos de Sierra Nevada. Así lo desvela un estudio cuyos resultados demuestran que, por primera vez durante la última década, el suelo del Picacho de Veleta no ha llegado a helarse en todo el año.
En las montañas de la Península Ibérica las temperaturas han aumentado más de 1ºC desde el siglo XIX. Este aumento de temperatura se debe tanto al calentamiento global, como al final de la Pequeña Edad de Hielo, un período frío que abarcó desde comienzos del siglo XIV hasta mediados del XIX y que provocó la formación de glaciares en Sierra Nevada y los Pirineos.
La subida de temperatura ha provocado diversos cambios en los ecosistemas de la alta montaña peninsular, como el crecimiento de las especies vegetales a mayores alturas, o la desaparición de los glaciares, aunque aún se mantenía hielo perpetuo bajo el subsuelo de las montañas, conocido como permafrost.
Sin embargo, según un nuevo estudio llevado a cabo por un equipo de investigadores de varias instituciones españolas, bajo el subsuelo de Sierra Nevada «no se han detectado temperaturas negativas permanentes». Los datos térmicos del sustrato del Picacho del Veleta están alejados del punto de congelación, con lo que los investigadores concluyen que «en Sierra Nevada no hay condiciones de permafrost, salvo en enclaves aislados de topografía favorable, tal y como sucede en el resto de las más altas cumbres peninsulares, como en Pirineos y, probablemente, Picos de Europa».
Las medidas se han tomado gracias a una perforación realizada en el año 2000 en la base del pico Veleta. Esta perforación tiene 114,5 metros de profundidad y en los primeros 60 metros se instalaron 11 sensores térmicos situados a diferentes profundidades, que han servido a los investigadores para estudiar las variaciones de temperatura del subsuelo de la montaña más alta de la España peninsular.
Los datos recopilados durante estos años, y que han sido publicados en la revista Science of the Total Environment, muestran que entre 2003 y 2013 «las temperaturas medias anuales del sustrato del picacho del Veleta oscilaron entre los 3,25 ºC, a los 0,6 metros de profundidad, y los 2,47 ºC en la cota de los 60 metros».
Aún quedan hielos en el corral del Veleta
Pese a que la investigación revela que en los picos más altos de Sierra Nevada no existen condiciones para mantener hielos perpetuos, aún hay algunas excepciones. En particular, en un enclave situado en la cara norte del Veleta, llamado el Corral del Veleta, donde se formaron glaciares durante la Pequeña Edad de Hielo. Según los investigadores, algunos restos de hielo aún perduran en el subsuelo bajo ciertos paquetes de rocas, pero cada vez se encuentran a mayor profundidad.
Los científicos pretenden seguir analizando la evolución de las temperaturas del subsuelo a profundidades superiores a los 60 metros, ya que «cabe preguntarse qué comportamiento térmico debe caracterizar la cota de 300 metros, coincidente con la base del Corral del Veleta, donde aún persisten cuerpos helados en profundidad», aseguran en un informe.
Sin embargo, los investigadores advierten de que lo más probable es que las condiciones térmicas a esas profundidades también estén «lejanas al punto de congelación», lo que impediría la existencia de permafrost.