22 noviembre 2024

El café fue descubierto en Etiopía y las autoras de su descubrimiento fueron… ¡unas cabras! Al menos así es como nos lo cuenta la leyenda, recogida por primera vez en 1671 por el profesor Antoine Faustus Nairon, en su tratado De saluberrima potione cahue seu cafe nuncupata discurscus. (1)

Según esa historia, fue un pastor etíope llamado Kaldi quien se percató de que sus cabras se excitaban notablemente después de comer unas bayas rojas en el bosque. El pastor quiso comprobar si su teoría era cierta, si eran aquellos frutos los causantes de tal agitación en sus animales, y él mismo masticó varios granos.

Tras experimentar una increíble sensación, Kaldi sintió que debía ir a comunicar el descubrimiento a alguien y acudió al monasterio más cercano. Se presentó allí con unas cuantas bayas en la mano para poder probar lo que decía, pero el monje que lo recibió apenas quiso escucharle. Creyendo que se trataba de algo maligno o reprobable, lanzó los frutos directamente al fuego. Poco a poco las bayas comenzaron a arder, desprendiendo un delicioso aroma, y el monje pareció entonces interesarse por ellas. Recogió algunos granos y los mezcló con agua caliente, dando lugar a… ¡la primera taza de café del mundo!

Desde entonces, el interés de la humanidad por el café no ha hecho más que crecer. Hoy es el segundo producto más exportado del mundo, sólo por detrás del petróleo.

Sobre el café se han dicho todo tipo de cosas, buenas y malas. Por eso es importante que yo hoy les dé esta buena noticia: ¡ya no hay duda posible, el café es excelente para la salud!

Disfrute de él en la cantidad que desee. En ningún caso sus pequeños inconvenientes, que detallaré más adelante, podrán hacer sombra a sus fantásticos efectos sobre la salud.

Grandes estudios para cerrar el eterno debate

Los resultados del mayor estudio realizado sobre del café y sus efectos fueron publicados en el New England Journal of Medicine en 2012.

Los investigadores realizaron un seguimiento durante 13 años a más de 400.000 personas de edades comprendidas entre los 50 y 71 años.

La conclusión es simple: cuanto más café se bebe, menor es el riesgo de muerte. La cantidad óptima es de 4 a 5 tazas al día: con ella, la mortalidad de los hombres se reduce en un 12% y la de las mujeres en un 16%. Más allá de esa cantidad, el descenso en la curva de mortalidad se detiene.

Pero incluso un consumo moderado de café (por ejemplo, de 1 taza al día) se asocia a una reducción de entre un 5 y un 6% del riesgo de muerte.

En 2015 un estudio publicado en la revista Circulation, de la American Heart Association, ratificó que un consumo moderado de café (menos de 5 tazas diarias) reduce el riesgo de muerte por enfermedades cardiovasculares, neurológicas, diabetes tipo 2 y por suicidio. (2)

Puede que estas cifras le parezcan bajas, pero teniendo en cuenta los centenares de millones, si no miles de millones de personas que beben café asiduamente, el efecto global de sus beneficios para la humanidad es simplemente enorme. ¡Se trata de la tercera bebida más consumida del mundo, por detrás del agua y el té!

De cualquier modo, tenga en cuenta que estos estudios no son ni los primeros ni los únicos que se ha realizado. Durante años se han ido acumulando pruebas claras de las virtudes del café. Déjeme destacarle algunas de ellas:

  • El café podría reducir el riesgo de padecer alzhéimer hasta en un 20%, y la cantidad óptima para beneficiarse de esa protección es de 3 a 5 tazas diarias. (3)
  • Reduce el riesgo de diabetes. De acuerdo con un gran estudio finlandés realizado entre 1982 y 1992, quienes beben café regularmente se ven menos afectados por la diabetes tipo 2. (4)
  • Es bueno para los dientes, ya que la cafeína evita que las bacterias Streptococcus mutans se adhieran a ellos y colonicen el esmalte dental. (5)Un reciente estudio brasileño ha demostrado que su efecto antibacteriano protege contra las caries, pero sólo podemos hablar de este efecto en el caso del café sin leche y sin azúcar. (6)
  • Beber de 3 a 4 tazas de café al día reduce entre un 20 y un 30% el riesgo de sufrir cálculos biliares (este efecto se debe a la cafeína, por lo que el café descafeinado no resulta útil en este caso). (7)
  • El café protege a las personas con sobrepeso, quienes corren un gran riesgo de desarrollar resistencia a la insulina, la cual conduce a la diabetes y a la acumulación de grasa en el hígado. La acumulación de grasa hepática, conocida como esteatosis, puede conducir en los casos complicados a un estado de fibrosis avanzada y causar cirrosis hepática.Los datos publicados en Estados Unidos, Europa y Japón son extremadamente inquietantes, en tanto que indican que entre el 10 y el 25% de los adultos padecen esta enfermedad. La cirrosis está más relacionada con el abuso de alcohol y con ciertas infecciones que con la esteatosis hepática, que es un fenómeno inicial de daño hepático, pero detrás de estas alarmantes cifras también está el aumento de la obesidad en esos países. (8)

    Sin embargo, beber café podría reducir los riesgos asociados al sobrepeso, según un estudio publicado en la revista Pharmaceutical Research que describe experimentos realizados en ratones. (9)

  • El café también mejora la concentración. Seguro que no hace falta que se lo recuerde, pero el café es excelente para mejorar la concentración y el rendimiento intelectual y sus efectos comienzan a notarse apenas 10 minutos después de haberlo bebido. (10)¿Cuántas vidas al volante se habrán salvado gracias al café? De acuerdo con un estudio australiano publicado en la British Medical Journal, los conductores que consumen cafeína antes de ponerse al volante tienen un 63% menos de probabilidades de tener un accidente. Ya lo ve: el café es uno de los mejores amigos de nuestra concentración, y no únicamente en la carretera. Una investigación realizada por el ejército de los Estados Unidos demostró que los soldados privados de sueño durante 72 horas responden mejor y más rápido en los ejercicios de tiro después de haber tomado de 200 a 300 mg de cafeína. (11) (12)

Sin embargo, a algunas personas les preocupa el efecto excitante de la cafeína sobre la presión arterial. Si bien es cierto que la aumenta de 7 a 10 mmHg, ésta vuelve a descender después, sin suponer ninguna amenaza para los hipertensos.

Un enorme exceso de cafeína puede llegar a matar, pero habría que beber entre 80 y 100 tazas de café en muy poco tiempo para alcanzar la dosis letal. ¡No hace falta que le aconseje que no debe hacerlo!

La primera fuente de antioxidantes en las dietas occidentales

El componente del café que siempre nos viene a la cabeza es la cafeína, pero en realidad contiene centenares de sustancias diferentes. Muchas de ellas no han sido identificadas todavía por la ciencia. Otras sí han sido estudiadas, pero estamos lejos de conocer todos sus efectos e interacciones.

Lo que sí sabemos es que muchos de estos componentes del café son antioxidantes que protegen nuestras células y órganos de la oxidación (considerada uno de los mecanismos del envejecimiento) y los desgastes causados por la acción de los radicales libres en nuestro cuerpo. (13)

Parece difícil de creer, pero el café es la primera fuente de antioxidantes de las dietas occidentales, ¡superando a las frutas y las verduras aunque se consuman juntas! ¡Contiene muchos más antioxidantes incluso que el vino tinto! (14) (15)

Una bebida excepcional

Llegados a este punto, sabemos que el café es una bebida excepcional; eso no admite discusión. Pero hay quienes van más allá de todos estos beneficios que ya he citado y afirman que también reduce el riesgo cardíaco y de cáncer, mejora el ánimo y la memoria, aumenta la libido, etc. (16)

Sin embargo, detrás de estos otros estudios que van más allá de las virtudes que le he comentado suelen estar las firmas cafeteras, por lo que de momento es mejor tomarse con prudencia e incluso cierto escepticismo sus conclusiones.

Sin riesgos para el corazón

El café tiene fama, incluso entre los médicos, de ser malo para el corazón. Pero investigadores de cardiología de la Universidad de Northwestern (Chicago, Estados Unidos) han recopilado datos sobre cientos de miles de consumidores de café y han demostrado que:

  • No aumenta la presión arterial a largo plazo.
  • No aumenta el riesgo de infarto (al contrario, podría hacerlo bajar).
  • No aumenta el riesgo de accidente cerebrovascular (ACV).
  • No aumenta el riesgo de alteraciones del ritmo cardíaco (arritmia).

El café sí puede aumentar la frecuencia de las extrasístoles (lo que produce la sensación de que el corazón salta en el pecho) en las personas que son propensas a ellas, pero sin poner en peligro su salud. (17)

El café también tiene sus inconvenientes

Nunca es todo blanco o negro, tampoco en el caso del café. Existen algunos inconvenientes menores en su consumo que también debo señalar.

Aunque se trate de pequeños contras si los comparamos con los beneficios que aporta a la salud, es necesario mencionarlos, dada su importancia para ciertas personas:

  • Quienes tienen problemas de ardor de estómago y de reflujo gastroesofágico pueden ver agravado su problema por culpa del café.
  • Quienes sufren insomnio o descanso poco reparador deben evitar el consumo de cafeína entre 6 y 4 horas antes de acostarse.
  • Quienes tienen propensión a padecer anemia también deberían limitar su consumo, ya que el café disminuye la absorción del hierro a causa de los taninos que contiene.

Al tomar café, la mayoría sólo piensa en disfrutar del placer de su delicioso aroma y su fuerte sabor, pero en realidad también están tomando… ¡un verdadero elixir de juventud, tanto para el cuerpo como para la mente!

¡A su salud!

Luis Miguel Oliveiras