“Tus hijos no van a recordar tus michelines”: el mensaje para madres que sufren por ponerse bikini
Un vídeo publicado en Facebook invita a las mujeres a olvidar sus complejos este verano y disfrutar de sus hijos
Varias madres en una playa juegan con sus hijos en la orilla del mar. Saltan, los cogen en brazos, sonríen y saludan a cámara. Van en bañador, tienen un aspecto natural y disfrutan. Junto a sus imágenes aparece el siguiente mensaje: «Tus hijos no van a recordar tus michelines, tus arañas vasculares o tu culo flácido. Ellos te recordarán a ti. ¡Feliz verano!»
El mensaje ha sido compartido y traducido al español en Facebook por Madre Saturada. En su post la responsable de esta página señala que la presión social por lucir un cuerpo perfecto hace que en ocasiones olvidemos lo que realmente importa, e invita a compartir el vídeo para que ninguna madre se quede sin disfrutar por culpa de los complejos.
En realidad Madre Saturada lo que ha hecho es traducir un vídeo que fue publicado el pasado 28 de mayo en la página de Facebook Scary Mommy, una comunidad online especializada en contenido para padres en clave de humor. Desde ahí se ha reproducido 17 millones de veces, comentado en 3.800 ocasiones y compartido otras 280.000.
«¡Me alegro mucho de haber visto este vídeo!», explica una mujer en la sección de comentarios, «Voy de acampada este fin de semana y solo puedo pensar en qué me voy a poner porque he engordado bastante. Pero tiene razón, quiero que mis hijos sean felices. A quién le importa lo que piensen otros de mi aspecto». Otras madres reconocen haber dejado de hacer alguna actividad para evitar mostrar su cuerpo: «Muy cierto, solía no nadar nunca con mis hijos porque no quería ponerme en traje de baño. El verano pasado, decidí mandarlo a la mierda: ‘La vida es demasiado corta, métete en el agua». Mis hijos estaban encantados. Lección aprendida ¡Vive tu vida!».
En 2012 se hizo muy popular un post de la escritora Allison Tate en el que reflexionaba sobre la animadversión de las madres a aparecer en las fotos cuando su aspecto no era el mejor. En Mamá, ponte en la foto -publicado en la sección de blogs de El Huffington Post- Tate contaba cómo un día cambió de opinión y decidió dejar de ser un fantasma en los retratos de infancia de sus hijos.
La publicidad también ha intentado en varias ocasiones mostrar la diferencia entre la percepción que tenemos de nosotros mismos y cómo nos ven los demás. En 2014 Jubilee Project abordó la cuestión de los complejos preguntando a personas de distintas edades qué cambiarían de su aspecto si pudieran. Mientras los adultos se quejaban de las dimensiones de su frente o de sus ojos, los niños soñaban con tener alas y una cola de sirena.
Además de tener menos prejuicios, los niños también suelen priorizar asuntos que poco tienen que ver con la apariencia o lo material en la relación con sus padres. Así se evidenciaba, por ejemplo, en un experimento que llevó a cabo IKEA en su campaña de Navidad 2014. Para rodar su anuncio la compañía propuso a un grupo de niños escribir una carta de Reyes Magos alternativa. El resultado era que casi todos reclamaban a sus padres más tiempo y más juegos juntos.