Alberto Granados: «Las reacciones del lector son un verdadero banco de pruebas del que puede aprender mucho un autor»
Alberto Granados (Alcaudete, Jaén, 1949) acaba de publicar su segundo libro, ‘Mariana contemplando las mareas y otros relatos’, editado por el propio autor.
Se trata de doce cuentos aparecidos en su blog durante los últimos cinco años que presenta en sociedad el miércoles, 19 de abril, a las ocho de de la tarde, en el Salón de Plenos del Ayuntamiento de Granada. En este acto, además de sus anfitriones, María de Leyva Campaña, concejala de Cultura y José Vallejo, director del Área de Cultura, también le acompañarán, Francisco Gil Craviotto y Miguel Cobo Rosa. La nota musical la pondrán los músicos de la OCG, Ruth Engelbrecht (violonchelo) y Ximo Osca (fagot)
– ¿Por qué decides darle formato de libro a los textos previamente publicados como entradas en tu blog y por qué aparece autoeditado?
– Estos cuentos han ido apareciendo ya en el blog y he recibido comentarios muy favorables, tanto en el mismo blog, como en correos privados y redes sociales. Por otra parte, un grupo de amigos del mundillo literario local llevan tiempo insistiéndome en que mis cuentos son ya lo suficientemente maduros como para publicarlos. Y yo, que tengo mi ego y mi vanidad, me he dejado llevar y ha surgido el libro. Lo de la autoedición es por simplificar el proceso y saltarme los beneficios de una editorial y una distribuidora. Se trata de una tirada corta y me conformo con cubrir gastos.
-¿Cuál es el mecanismo por el que se llega a un cuento?
-¡Buff…! Eso sí que es difícil de contestar… Hay cuentos que han surgido de una situación leída en un libro. La presencia me llegó leyendo un cuento de Doris Lessing en que una niña que vagabundea por la sabana africana se siente sobrecogida porque percibe que alguien la observa. Casa cerrada apareció en mi mente leyendo una novela de Dulce Chacón. En alguna ocasión la fuente ha sido una canción, un cuadro o una simple conversación, un aria de ópera, una imagen, un encuentro casual, un fragmento mínimo de conversación al cruzarme en la calle con alguien. Todo puede llegar a ser materia narrativa. Lo difícil, como asegura Muñoz Molina, es no ejercer de narrador.
– En estos relatos repites temas de los cuentos de Cabos sueltos. ¿Por qué?
– Creo que mis relatos son bastante realistas, muy cercanos y cotidianos, lo que significa que reflejan a un ser humano muy común, atenazado por las mismas angustias y zozobras de siempre. Son temas tan antiguos como el primer ser humano: el deseo, la búsqueda de la felicidad, un erotismo sugerido, el miedo, la mujer y su universo… Son temas eternos e inmortales. También aparecen otros temas circunstanciales: nuestras guerra y postguerra, la violencia contra la mujer, la infancia…
– Predominan los personajes femeninos como protagonistas ¿A qué se debe?
– Creo que los hombres somos muy primarios y previsibles. En cambio, la mujer es de una complejidad enorme, lo que la hace un elemento narrativo excepcional. Culturalmente se ha obligado a la mujer a ocultar sus procesos mentales y emocionales, de ahí que hayan desarrollado mecanismos de defensa que las hace especialmente atractivas como personajes literarios. Entre escribir sobre alguien parecido a Ana Ozores, Fortunata o la Celestina y escribir sobre alguien más o menos como yo, no tengo duda: me quedo con el personaje femenino. Es siempre mucho más estimulante.
– Desde el punto de vista de la forma, los relatos, como afirma Miguel Cobo en el prólogo, están pulidos minuciosamente hasta el perfeccionismo más exigente ¿es así?
– Cuando empecé a escribir relatos en mi anterior blog, lo importante era que estuvieran a la hora habitual y me importaba más aparecer que la calidad literaria. Yo escribía un cuento en treinta minutos. Pero conocí a Francisco Gil Craviotto, que me introdujo en este mundillo literario. Comprendí que en sus comentarios a mis relatos quería decir que debía ser mucho más autoexigente. Ahora un relato se lleva treinta o cuarenta horas de trabajo, duda, inseguridad y revisión.
– Machado, Proust, Muñoz Molina, Lorca, Valera, Buero Vallejo… ¿qué otros autores se pueden intuir en los relatos seleccionados?
– ¿De verdad? ¡Qué más quisiera yo! Tal vez la influencia más directa sea Muñoz Molina, alguien a quien admiro y que inconscientemente tal vez intento imitar. Lo leo y releo continuamente y he participado mucho en su web, en la que he colocado varios textos. Con todo sé que él y yo estamos a años luz de madurez creativa. Pero creo que también han influido algunos prosistas del boom americano de los setenta. En realidad yo me conformaría con ir encontrando mi propio camino, para lo cual alcanzo unos neuróticos niveles de autoexigencia que me llevan a retocar continuamente.
Cada relato tiene su propia dedicatoria: A Ana Jiménez Valladolid, Nicolás Palma, Mari Carmen Fuentes y Miguel Arco, Maribel Manjón y Ángel Romero, Paqui Calvo, Ana Gámez, Ruth Engelbrecht y Ximo Osca, Rafael Guillén, Ginés y Bernardino (de Librería Nueva Gala). |
– Cada relato tiene su propia dedicatoria a una persona (Ana Jiménez Valladolid, Nicolás Palma, Mari Carmen Fuentes y Miguel Arco, Maribel Manjón y Ángel Romero, Paqui Calvo, Ana Gámez, Ruth Engelbrecht y Ximo Osca, Rafael Guillén, Ginés y Bernardino, de Librería Nueva Gala) ¿Cuáles han sido las motivaciones?
– Es algo que he aprendido de Ángel Olgoso. No cuesta trabajo reconocer amistad, afinidades, años de compañerismo, afectos, gratitud… En estas dedicatorias no están todos los que son porque no caben en doce relatos, pero sí que son todos los que están
– ¿Por qué coloca al final el relato que da título a la obra y que, al parecer le fue inspirado por el cuadro que aparece en la portada?
– Creo que ese relato es diferente a los demás por su propia génesis. Una imagen vista en varios blogs de la que nadie sabía nada, aunque estaba llena de sugerencias. Me lancé como un obseso a investigar el dichoso cuadro. Contacté con departamentos universitarios de Arte, con galeristas y creadores, me metí en foros y blogs de contenidos artísticos… Y mientras tanto la mujer que miraba el mar desde su ventanal me estaba pidiendo que escribiera su historia. Y lo hice siguiendo el modelo de los folletines del XIX, con el capítulo siguiente preparado, pero aún abierto a las sugerencias de los lectores. Una lectora puso un divertido comentario (“A ver qué novio le vas a buscar a esa chiquilla”). En sí mismo, es un relato diferente en todo a los demás y por eso lo uso de título y de cierre.
– ¿A qué lectores/as les pueden llegar especialmente estas historias?
– Ya he mencionado que trata de temas muy comunes y de personajes muy directos. Si estos relatos tienen alguna virtud es la de la cercanía. Cualquier persona puede reconocerse en esas situaciones, así que cualquiera puede acceder a mis cuentecillos.
– ¿Cuándo lo va a presentar y quien le acompañará en el acto?
– Mi Mariana (le puse ese nombre por mi admiración a la figura de Mariana Pineda) se presenta en sociedad el próximo miércoles, día 19, a las ocho de de la tardeen el Salón de Plenos del Ayuntamiento de Granada. La entrada es, lógicamente, libre y me encantaría ver por allí a los muchos amigos y seguidores de mi blog. En el acto, además de María de Leyva Campaña, la Concejala de Cultura, también estará José Vallejo, Director del Área de Cultura. Ambos ejercerán a la vez de anfitriones, pero sé que van a combinar la parte institucional con todo su calor y su amistad. La parte literaria la he dejado para mis dos inmensos amigos Francisco Gil Craviotto y Miguel Cobo Rosa, amigo, colega de profesión y gran poeta que reside en Córdoba. No me va a faltar calor humano y eso lo agradezco desde este momento.
– ¿Deseas añadir algo?
– Solo decir que como se ve bien el funcionamiento de un libro es ante las reacciones de los lectores, por lo que me ofrezco para los clubs de lectores que lo deseen, siempre que estén cercanos a Granada. Las reacciones del lector son un verdadero banco de pruebas del que puede aprender mucho un autor. Estoy dispuesto a encauzar ese magnífico caudal de aprendizaje.
ANTONIO ARENAS: http://en-clase.ideal.es/2017/04/19/28802/