«La huelga de las mujeres» por Iñaki Gabilondo
Tal como yo la entiendo, la huelga de las mujeres convocada a escala mundial para el próximo día 8 de marzo aspira a ser un gran trompetazo, un puñetazo en la mesa, un basta ya que lleve las conciencias de todos a la convicción de que no estamos ante un aniversario más con las reivindicaciones habituales, sino que es preciso abordar un nuevo capítulo en la historia de las relaciones hombre-mujer, que la lucha de la mujer por sus derechos no acepta ya el ritmo de paso marcado hasta ahora por la condescendencia de los hombres y que exige, no solo una aceleración de dicho ritmo, sino una relectura del tema.
Doy por supuesto que ni la activista más fervorosa se plantea iniciar el día 8 una revuelta subversiva, aunque sí aspira legítimamente a desestabilizar nuestras mentes y las de nuestras sociedades para sacudir perjuicios y posiciones de poder, las más resistentes. Hay que estar muy ciego para no percibir que esa corriente tiene alcance mundial y que se extiende más allá de las vanguardias feministas, que está penetrando en un grado o en otro en todo el universo femenino.