«El 5 a las 5» por Alberto Granados
En mitad de ese ambiente histórico un grupo de intelectuales granadinos, con el poeta José García Ladrón de Guevara a la cabeza, convocaron el primer “5 a las 5“, un gran homenaje a Federico en el Paseo de García Lorca de Fuentevaqueros, el día 5 de junio a las 17,00 h. para celebrar el nacimiento del poeta y, de paso, mostrar su oposición al régimen que lo había asesinado impunemente.
Fue un gesto que aún perdura y que ha hecho desfilar a lo mejor de la música comprometida. Fue también un desafío: aquel primer “5 a las 5” los tejados de las casas que rodean el paseo lorquiano estaban ocupadas por puestos de ametralladoras y números de la Guardia Civil para disuadir a la población asistente y dejar claro que si había el menor conato subversivo, se haría fuego. Rector de la Universidad, periodistas, intelectuales y todos los que tenían alguna relevancia en la ciudad presionaron sobre el Gobernador Civil, que finalmente accedió a retirar todo el aparato represor y dejarlo en segunda fila, siempre al acecho, por si tenían que intervenir.
Hoy, día 5 de junio, quiero recordar aquellos hechos. Han pasado 36 años y muchos de quienes me leéis no conocéis esta parte de nuestra reciente historia. En este tiempo, la sociedad española ha cambiado, es una democracia estable, si bien enturbiada continuamente por la derecha (¿hace falta recordar que Falange mantiene un vergonzoso homenaje a José Antonio en Bibataubín, o que se les niega la decencia a los muertos de la Memoria Histórica o que se ha apartado a Garzón de la carrera judicial o…?).
También deseo recordar a Federico a través de uno de los poemas que le dedicó Rafael Alberti.
SOLEARES DEL QUE NUNCA FUE A GRANADA
Mis ojos que tanto vieron,
nunca llegaron a ti
porque para ti murieron.
Ven a Granada. Y Granada,
que estaba cerca, qué lejos
se fue aquella madrugada.
Ven en el verano. Y era
verano cuando en Granada
murió aquella primavera.
Ya sólo la puedo ver
como una fuente que llora
desde aquel amanecer.
Como una torre de pena
sobre el jardín donde el agua
en llanto se desmelena.
Como una flor escondida
que en cuatro muros de cal
sueña que pierde la vida.
Como fruta ensangrentada,
fruta en el atardecer
del que nunca fue a Granada.
(Rafael Alberti, “Fustigada luz” [1972-1978])
No se puede olvidar el espíritu de “el 5 a las 5”, ni bastardearlo apropiándose del nombre, como han hecho los de Manos Limpias. Por eso hoy lo recuerdo para vosotros.
Alberto Granados