Primera batalla europea del Gobierno: el impuesto al sol ya tiene fecha de caducidad

El Gobierno se ha estrenado con un “cambio de posición” que ha dado frutos: el impuesto al sol tiene fecha de caducidad y el 32% de la energía en la UE en 2030 será verde

El Gobierno de Pedro Sánchez se ha estrenado esta semana ante la Unión Europea anunciando un “cambio de posición” de España sobre las energías renovables. Dicho y hecho. Menos de cuatro días después, ya se ha dejado sentir, con el acuerdo alcanzado esta madrugada sobre el paquete de energías renovables para 2030. Teresa Ribera, nueva ministra de Transición Ecológica, se sale con la suya: el ‘impuesto al sol’ tiene fecha de caducidad. Y no solo en España, sino en toda Europa.

En el texto, que aún deberá pulirse para su aprobación formal, “se consagra el derecho a ser autoconsumidor”, explican a El Confidencial fuentes europeas. Una idea que al anterior Gobierno no le gustaba en absoluto, lo que le había llevado a bloquear hasta ahora cualquier avance del dosier que propusiera garantizar que cualquiera tiene derecho a instalar un panel solar o un molino eólico en su casa para producir su propia electricidad. Y a almacenarla, sin que se le cobre ninguna carga por ello.

El acuerdo, sellado en torno a las cuatro de la madrugada tras cerca de nueve horas de negociaciones entre los representantes de la Eurocámara, la Comisión Europea y los estados miembros de la UE, va más allá. También garantiza que los consumidores podrán vender la energía que les sobre de sus instalaciones renovables en la red. Y “a valor de mercado”. Un punto que no agradará a las eléctricas tradicionales, recelosas de esta nueva competencia.

La nueva normativa se espera que entre en vigor en 2021 y que conceda a los países seis meses de margen para adaptar sus normativas nacionales a las nuevas medidas. Para entonces, el ‘impuesto al sol’ español tendrá que haber sido derogado. El acuerdo “obliga a España a adaptarse”, explica a El Confidencial la eurodiputada de Izquierda Unida Paloma López, una de las negociadoras de un acuerdo en el que también ha estado implicado el socialista José Blanco.

El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, durante su encuentro con el primer ministro de Irlanda, Leo Varadkar. (EFE)
El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, durante su encuentro con el primer ministro de Irlanda, Leo Varadkar. (EFE)

Italia y España, claves para una mayor ambición

Varias fuentes consultadas reconocen que el cambio de Gobierno en España, así como en Italia, ha sido clave a la hora de lograr un acuerdo sobre el paquete de las renovables. Ribera defendió este lunes ante sus homólogos europeos la necesidad de aceptar unos objetivos de energías renovables más ambiciosos de los que, en principio, las capitales estaban dispuestas a aceptar: entre un 27% y un 30%. Finalmente, el 32% de la energía producida en la UE en 2030 tendrá que ser verde. Eso sí, no habrá objetivos por países —lo que les añade una mayor presión—, aunque sí una cláusula de revisión al alza del esfuerzo colectivo.

Ribera estaba dispuesta a aceptar el 35% que la Eurocámara demandaba. Y el nuevo Gobierno italiano se ha mostrado también más abierto a elevar la ambición en las renovables y el autoconsumo. Los cambios de posición de la cuarta y quinta economías de la UE han terminado por decantar la balanza. Eso sí, a cambio, los países se llevan importantes concesiones en el sector de los biocombustibles, donde las nuevas normas son más laxas de lo que quería la Eurocámara, punto muy criticado por las ONG mediambientalistas.

Las tres excepciones a partir de 2026

López no esconde su satisfacción por los términos en los que se han pactado las nuevas normas del autoconsumo, más ambiciosas que la posición de partida que defendían los países. Estos se han asegurado, no obstante, el derecho a introducir salvaguardas a partir de 2026 para garantizar que el sistema no se desequilibra. En tres supuestos, sí que tendrán la opción —que no la obligación— de introducir tasas al autoconsumo.

En primer lugar, si los propietarios se están beneficiando de ayudas públicas para sus instalaciones, siempre y cuando las cargas que les impongan los países sean “equilibradas” y no reviertan el incentivo que ofrecen los subsidios. Además, si en un momento dado el autoconsumo supera el 8% de la electricidad instalada en un mismo país, el regulador nacional podrá evaluar si la exención generalizada pone en riesgo el sistema eléctrico. En tal caso, se podrán introducir cargas, si no hay disponibles otras medidas para equilibrar la situación.

Finalmente, los países pueden optar por aplicar gravámenes a las instalaciones que superen los 25 KW, pero en ningún caso aquellas que se encuentren por debajo de esta potencia. La nueva normativa no define en concreto cómo deben ser las cargas aplicables en estos supuestos, pero sí aclara que no pueden ser discriminatorias, desproporcionadas, ni superar los incentivos al desarrollo de energías renovables.

Un nuevo mercado

El acuerdo también abre la puerta al desarrollo de un nuevo mercado, al permitir el autoconsumo colectivo. Dicho de otro modo: será posible instalar un panel solar en un edificio, cuya propiedad quede en manos de un tercero, y que los vecinos se beneficien de la electricidad generada. En el caso de que se produzca un excedente, se repartirán las ganancias entre el tercero y los habitantes del inmueble.

FOTO:La ministra de Transición Ecológica, Teresa Ribera, ya había advertido de que quería derogar el impuesto al sol. (EFE)

A %d blogueros les gusta esto: